Primero fueron los sindicalistas y el sindicalismo. Se les denigró, calumnió y vilipendió. Después implantaron “su” Reforma Laboral.
Luego vinieron los funcionarios públicos. La misma estrategia. Su excesivo número, sus prerrogativas, su “empleo seguro”. Se les recortó, despidió, y congeló.
Luego los estudiantes. Afloraron los sesudos expertos de la reforma del sistema educativo. Malos rendimientos, malos planes de estudios, la vagancia. Después de las recetas, la estaca. Mas ratio de alumnos/clase, menos ayudas, menos becas, mas tasas de matricula.