PES.- Cuatro grados más de temperatura planetaria en unas pocas décadas es el vaticinio del informe que el Banco Mundial ha hecho público el 19 de noviembre de 2012, una semana antes de que se inaugure oficialmente la Conferencia de Doha sobre el cambio climático, prevista para los días 26 de noviembre al 7 de diciembre, al que ha tenido acceso el periódico francés Le Journal de l’Environnement.
En el informe, realmente alarmante, se describe el mundo tal y como será en un futuro muy cercano – que la publicación califica de “dramático”- si no modificamos nuestra forma de desarrollo “muy carbonada”, si no terminamos de una vez por todas con nuestra adición a las energías fósiles. Otro informe reciente, llevado a cabo por la consultoría Pricewaterhousecoopers, demuestra que sin una reducción masiva de las emisiones de gases de efecto invernadero el planeta podría alcanzar un calentamiento de hasta 6ºC, de aquí al final del tercer milenio.
Respecto a la cita del final del mes en Doha, los expertos mundiales se muestran pesimistas en relación con sus resultados: “No se tomarán decisiones en la conferencia sobre el clima de Doha”, vaticinaba en octubre pasado, en el diario Le Monde, Bettina Laville, abogada, exfuncionaria y coordinadora por parte francesa de la Cumbre de Río de 1992: “Seguimos en un punto muerto respecto a la cuestión crucial de la limitación de emisiones de gases de efecto invernadero. Por una parte, algunos de los países más desarrollados (entre ellos Estados Unidos y Canadá) se niegan a comprometerse activamente en la lucha contra el cambio climático, y a fijar objetivos que les obliguen a limitar las emisiones; por otra, países desarrollados como China, India o Brasil, se apoyan en el pasado para no participar en los gastos y esfuerzos que exige el futuro. Además seguimos sin saber como encontrar los cien mil millones de dólares anuales que deben alimentar el “Fondo Verde” creado en la cumbre de Durban, en noviembre de 2011, para ayudar de aquí a 2020 a los países en vías de desarrollo a limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, y adaptarse a los efectos del cambio climático. Y encima, en esos países siempre existe el peligro de que el dinero acabe yendo a parar a proyectos de desarrollo que a ellos les interesen más”.
Por su parte, los climatólogos recuerdan que los compromisos adoptados por la comunidad internacional en la cumbre de Copenhague de 2009 no van a evitar un calentamiento de 3ºC, de aquí a 2100. Y “si no se cumplen las promesas, podrían aumentar hasta 4ºC en torno al año 2060”, según el informe del Banco Mundial que se apoya en la literatura científica en la materia, empezando por la evaluación del prestigioso Grupo intergubernamental de expertos para la evaluación del clima (Giec).
Del informe se extrae una primera enseñanza: que ningún país va a quedar exento de las consecuencias que va a provocar el calentamiento global, pero que los más afectados serán los más vulnerables: “En los trópicos se prevén aumentos de la temperaturas sin precedentes que tendrán como consecuencia efectos considerablemente más importantes sobre la agricultura y los ecosistemas”. Los países tropicales y subtropicales tendrán que adaptarse a una crecida de las aguas “un 15% o un 20% superior a la media mundial”, y en cuanto a la tierra “hay que esperar una desertificación y un aumento substancial de la sequía”. Las regiones de mayor altitud se verán afectadas por olas de calor comparables a la que “se produjo en Rusia en el verano de 2010, que causó 55.000 muertos y millones de hectáreas devastadas por los incendios”.
El aumento de la temperatura del agua tendrá como consecuencia la desaparición de muchas especies marinas. Más calor y menos agua transformará los biotopos y se calcula que, solo en la Amazonia, el número de incendios podría duplicarse antes de transcurrir medio siglo, consecuencia de un calentamiento superior a 1,5ºC, así como que disminuirá considerablemente la producción mundial de cereales al sumergirse zonas agrícolas de los deltas de los ríos Nilo (Egipto), Ganges-Brahmaputra Bangla-Desh) y Mekong (Vietnam).
Respecto a la pregunta clave de si la humanidad podrá adaptarse a los cambios, los autores del informe se muestran bastante pesimistas: “A medida que el calentamiento progresa hacia los 4ºC y se combina con tensiones sociales, económicas y demográficas independientes de la evolución climática, aumenta el riesgo de rebasar los umbrales críticos para el equilibrio del sistema social. Una vez alcanzados esos umbrales perderán su eficacia, e incluso se hundirán completamente, las instituciones existentes que podrían haber puesto en práctica medidas de adaptación”.
- Enlaces: www.journaldelenvironnement.net
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