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Miercoles, 23 de Enero de 2013

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Juan Tomás Frutos

El ser humano se pasa la vida, nos pasamos la vida, buscando el río de nuestras existencias, ese punto que es origen y finitud casi al mismo tiempo. Por eso no deberíamos tener prisa por hallarlo, puesto que, una vez localizado, se apaga la vela. Al menos, eso creo. El Santón de Kim lo encontró al final de sus días, y se dio cuenta de dos cosas: que el río del que hablaba, del que hablamos, está siempre más cerca de lo que creemos; y que, cuando caemos en la cuenta de ello, es momento para despedirnos. Eso es lo que destacaba un grupo de mi juventud que se llamaba, y se llama, Revólver. Recuerdo que decía que, cuando sabes manejar la partida, cuando sabes de qué va, se te acaban las monedas. Así es. Los que hemos crecido con máquinas recreativas sabemos muy bien a lo que se refiere.


Fernando-GuillenJuan Tomás Frutos

Llevamos unos meses aciagos. Se nos están marchando algunos de los mejores actores en el panorama cinematográfico. Ahora ha sido el caso de Fernando Guillén, quien ha muerto a los 81 años de edad. Este catalán universal ha sido, sin lugar a dudas, una de las referencias del teatro y el cine españoles de los últimos 50 años. También ocupó un lugar estelar en la televisión.


Juan Tomás Frutos

Buscamos a menudo razones, cuestiones objetivas, que expliquen por qué suceden unas cosas u otras. La mayoría de las veces no sabemos el motivo. Al principio nos inquietan los vacíos, una vez ocurre algo inesperado o que no aceptamos, pero esa zozobra pasa, y luego queda únicamente una especie de pseudo-olvido. La vida es así, y puede que sea bueno que se presente de esta guisa.


Juan Tomás Frutos

Se llamaba Sebastián, pero seguro que ustedes lo conocerán por otro nombre. Era simpático, muy simpático, y severo a la hora de exigir. ¡Faltaba más! Lo que pasa es que lo hacía de tal manera que no nos dábamos cuenta del esfuerzo que finalmente conseguía sacar de nosotros. Tenía también una gran capacidad de trabajo, que aumentaba con lo que podríamos denominar “una ingente voluntad”.


Juan Tomás Frutos

No conozco a nadie de mi entorno que soporte a un niño llorando. Me dicen que existen algunos desalmados con esa capacidad, pero, afortunadamente, no sé de ellos. Bueno, confieso que, de vez en cuando, nos hallamos ante personas, de ésas con las que te cruzas inevitablemente, a las que no les importa ver al mundo llorar. Procuro decir que no las conozco, porque, ciertamente, es así. No puedo decir que sepa de un conciudadano mío si a éste no le importan los avatares humanos, sociales, naturales…


Juan Tomás Frutos

Llega la Navidad, y con ella experimentamos unos momentos de intensos sentimientos que se traducen en ansias de vivir mejor, de compartir, de tirar hacia delante con unas premisas cargadas de amores y de buenos actos. No obstante, la Navidad, como el resto del año, aparece y transcurre con contradicciones preñadas de ciertos grados de dejadez, de hastío y hasta de impotencia. Todo lo cotidiano parece cohabitar con carencias, con insolidaridades, con grados de soledad y de indiferencia que no casan con el espíritu que queremos trasladar.


Juan Tomás Frutos

Sabemos que comprender necesita lógica, pero también esfuerzo. Ponernos en el lugar del otro contribuye, en paralelo, a que entendamos lo que no se advierte en primera instancia conforme a una rotación precisa para dar, asimismo, con las soluciones que buscamos y que conseguimos, podemos obtener, con aires estimulantes. Hagamos caso a lo que sentimos. Es una buena luz para marcar la senda de la vida.


Juan Tomás Frutos

María sabía que había llegado su hora. Lo notaba en su cuerpo cansado, en su mente libre, en su clarividencia respecto de lo que sucedía. El corazón ya mostraba indicios de que no podía seguir. Había sobrepasado los trámites existenciales. Percibía que se había acercado el momento de cruzar las montañas del más allá, para ir hacia ese mundo de sueños que siempre le acompañó.


Juan Tomás Frutos

Caminamos en una búsqueda permanente de amor, de paz, de equilibrio, pero no siempre damos con esa llave que suponga la solución a nuestros problemas y que nos permita dar con las dosis y niveles de alegría y de felicidad que precisamos. El mundo, en su complejidad, es sencillo, pero debemos ser capaces de vislumbrarlo así. La confianza es la base para caminar con resoluciones a los conflictos.


Juan Tomás Frutos

Saboreo en el comienzo del día una ducha caliente, en estas jornadas de intenso frío en regiones como Murcia, lo que me hace, en paralelo, pensar en el frío que estarán pasando en otras latitudes. Recojo por unos minutos el calor de un agua sanadora, y me acuerdo de la intensidad de la vida cuando ésta ofrece opciones, pero es evidente que no todo el mundo las tiene.