María Rosa Medel
Mañana, 25 de noviembre, es el Día Internacional de la Mujer. Otra vez estamos en un bucle que no se termina: el macabro tema que no cesa del maltrato a la mujer. A martes 20 de noviembre en que estoy escribiendo esto llevamos ya 43 mujeres muertas en lo que va de año a manos de sus parejas (maridos, exmaridos, novios, ex novios, etc.), a las que habría que añadir las muertas por enfermedad y los suicidios que no se contabilizan. En fin, una tragedia.
La Declaración de Naciones Unidas de 1993 sobre la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, en la que se establece que ha de entenderse como violencia contra las mujeres “todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada”.
Sería conveniente resaltar algunos errores de concepto que se repiten a menudo en nuestra sociedad. Son tópicos falsos que no ayudan nada a las mujeres que sufren el maltrato. Estos son los estereotipos y mitos más usuales:
-“El maltrato es un tema de las clases bajas.“
Falso. Se da en todos los estratos sociales, lo que ocurre es que sólo acuden a los recursos sociales las mujeres de las clases más desfavorecidas, las que tienen medios acuden a sus propios especialistas y por lo tanto no son contabilizadas para las estadísticas.
-“El maltrato está muy relacionado con las drogas y el alcohol.“
Falso. Esto sería verdad si viéramos como el maltratador se emborracha, casi siempre fuera de su casa y provocara la violencia allí donde está, pero no. Vemos como llegan a sus casas para maltratar a su mujer que es lo que realmente les gusta. A veces se emborrachan para pegarlas, pero nunca las pegan porque se emborrachan. Con las drogas podríamos decir lo mismo.
-“La familia es el lugar de acogida para todos nosotros.“
Falso. El “hogar, dulce hogar“ no siempre es real. La violencia se produce sobre todo detrás de las puertas de los hogares, en la intimidad, y hasta hace poco tiempo era considerado un asunto de la pareja, íntimo. A partir de la Ley contra la Violencia de Género de 2004, la violencia es un tema público, de toda la sociedad. Además de por la víctima, se puede denunciar por parte de los vecinos o de cualquier testigo de episodios de violencia.
-“El maltrato se puede solucionar con el amor.“
Falso. Estas mujeres aman a sus parejas, tanto, que creen que pueden cambiarlos. Hemos que tener en cuenta que el maltratador no lo hace las veinticuatro horas del día a veces no pega y a veces se “arrepiente”, para ser perdonado y volver a empezar.
-“Es un tema posible de arreglar con una terapia de pareja.“
Imposible. Para que se pueda dar este tipo de terapia, tendría que existir la pareja. En una relación de desigualdad como la que produce la violencia no existe tal pareja. En caso de que fuera un problema de pareja, la solución sería deshacerla o arreglarla, pues en el maltrato sólo existe una relación de dominio. La mujer es considerada como una “cosa” propiedad del hombre.
Así podríamos seguir con unos cuantos estereotipos más, pero creo que para muestra vale un botón y lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Tendremos de nuevo mañana, domingo 25 de noviembre, un Día de concienciación de la ciudadanía, en el que debemos comprometernos a no ejercer la violencia y a denunciarla en caso de ser testigos de maltrato.
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Publicado en el semanario comarcal Canfali Marina Alta, Denia, 24 de noviembre de 2012
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