María Rosa Medel
Siguiendo con su estilo, nuestro ministro de Educación, mediático donde los haya, nos ha llevado otra vez a su terreno y ahí estamos todos discutiendo sobre el proyecto de la nueva Ley de Educación. Cada Gobierno, su propia ley, y así nos va. ¿Sería muy difícil pactar la educación de nuestros niños y jóvenes entre todos y para un tiempo?
De momento nos tenemos que felicitar: han cumplido una promesa. Eliminar la asignatura de Educación para la Ciudadanía, aunque se declaró constitucional por el Tribunal correspondiente. No importa, para una promesa electoral que están dispuestos a cumplir, no es cosa de que lo desaprovechen.
Lo que no nos habían dicho, es más, lo habían negado, es que han obedecido a la Conferencia Episcopal y “voilà”, vuelta al pasado. Volvemos a las clases de Religión a la antigua usanza, ahora que ya tiene una asignatura alternativa, o sea, que no se libra nadie. Parece que pocos se apuntaban a Religión y por eso es obligatorio elegir. Lo raro es que la alternativa sea una asignatura que se llama “Valores” o algo así. En fin, que o Religión católica, naturalmente, o Valores. Bonito dilema.
Este supuesto es importante. Estamos hablando de introducir en la escuela pública y privada la “catequesis”, o sea, doctrina, nada de esas “zarandajas” de Historia de las Religiones para disimular; nada, a pecho descubierto, pura doctrina católica.
Y yo me pregunto, viviendo en un Estado aconfesional, ¿alguien sabe lo que es eso?. Sí sabemos lo que no es: no es confesional… de ninguna confesión. Dando por supuesto que lo correcto es que la religión esté fuera de la escuela, cada uno en su casa o en su iglesia, ¿dónde están las demás confesiones, las demás religiones? Todas aceptaron la asignatura de Religión en la escuela como una concesión, que en la mayoría de los casos no se convierte en realidad. Unas veces porque no hay profesores, otras porque no hay alumnos, en fin… que no llega para nada. ¿No tienen nada que decir las otras religiones? Yo no he leído ni oído nada al respecto de las tres religiones que tienen Acuerdos con el Estado. ¿Será que protestantes, musulmanes y judíos no tienen nada que decir? De las otras, ni hablamos.
De aprobarse esta Ley, no olvidemos que estamos hablando de un Borrador, aunque me temo que en este caso se aprobará. “Con la Iglesia hemos topado.” Esto no tiene solución, será una asignatura reglada, incluida en el currículum y de la que hay que examinarse. Se podrá discutir de otras cosas y mientras andamos entretenidos, por ejemplo, con el tema de las lenguas, los obispos se frotan las manos. Ya tienen lo que pedían, luego vendrán las escuelas separadas por sexos, etc., en fin, el más puro pasado.
Lo dicho, están a punto de meternos un gol a todos y estamos tranquilos porque parece que no tiene importancia, pero haber eliminado la Educación para la Ciudadanía y sustituirla por la Religión católica es algo que debiera preocupar a toda la ciudadanía, creyentes o no.
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Publicado en el semanario comarcal Canfali Marina Alta, Dénia, 15 de diciembre de 2012.
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escrito por Epaminondas, diciembre 18, 2012
Eso si, la presencia de la religión en las aulas ha de conllevar la idea de pluralismo porque en un estado aconfesional (no oficialmente agnóstico si no aconfesional) el sistema educativo no puede optar por una religión o iglesia determinada, que sería tanto como decretar cual es la postura religiosa correcta. Así que no parece mala idea que los estudiantes tengan acceso al conocimiento de las religiones en el entorno normalizado de un colegio, quizá les ayude a conocer cosas distintas a las que salen por la tele y en la publicidad, que ya se encargan de enseñar las otras religiones: la de éxito personal, el pensamiento positivo, la astrología, el consumismo, etc.
Y se suele partir casi de un axioma, que el único ser humano bueno es el ser humano con creencia religiosa, lo que no es real; especialmente en la sociedad moderna donde se están ventilando abusos y excesos de religiosos con gran impacto, pero que basta leer los cuentos de El Decamerón de Boccaccio, para saber que tales asuntos vienen ocurriendo desde hace siglos tal cuales y se les ha dejado pasar sin una "reingeniería".
Al final de finales, en la realidad social, el ser humano, con religión, sin religión, en tránsito o duda, se expresará de verdad en su dimensión concreta valórica, en cada acto del día a día y ahí nada está asegurado de antemano.