María Rosa Medel

Cuando vi la película que se recuerda en el título “Bailando con lobos”, me di cuenta que las apariencias engañan. En ese caso los buenos eran los lobos, ahora en muchas situaciones parece que también.

Cada día nos despertamos con un sobresalto, pero la mayoría de las veces no tienen gracia, mafiosos que subvencionan concejales de urbanismo, alcaldes, “sobresobres” para los políticos con dinero de no se sabe dónde, cuentas en Suiza, duques empalmados, secretarios, tesoreros, en fin, todo muy prosaico. Pero para mi satisfacción, aparece una nueva corrupción con olor de culebrón.

Todo el mundo sabe, supongo, de que estoy hablando, una Fundación del PSOE, llamada casualmente IDEAS, contrata a una escritora que no existe en realidad para desarrollar una serie de artículos que tienen como misión “aportar nuevas ideas al debate económico y social, y realizar análisis científicos y rigurosos de las cuestiones más candentes”. Eso firmó la escritora Amy Martín y el gerente del PSOE. Conozco a Xan Cornide de hace muchos años y me consta que es una persona inteligente. ¿Cómo se dejó engañar?, ¿quién le preparó los papeles?

Firmó con un fantasma, una escritora ficticia, “casualmente” un escondite para la mujer del director de la Fundación. Que para ser realistas fue cesado inmediatamente que el asunto saltó a la prensa, si bien no sabemos la distancia que hubo desde el momento que se descubrió hasta que se hizo público.

Espero que fuera poco, que no le dieran tiempo al PSOE a tomar medidas antes de publicarse, pero por desgracia se repitió la secuencia. Primero se publica en la prensa, ese “pérfido” Cuarto Poder y luego los políticos intentan hacernos creer que se ponen las pilas.

Para que sea menos entendible, resulta que la escritora fantasma firma con su nombre ficticio, da un número de la Seguridad Social y un domicilio en Washington. Según el gerente, todo se comprobó y estaba en orden. Para más inri lo que no parecen lógicos son los honorarios: no creo que haya ningún escritor que actualmente pueda presumir de cobrar 3.000 euros por pieza cada artículo de una serie, hasta un total una minucia de 50.000 euros de dinero público, “naturalmente”. Dinero que parece que tiene que devolver. ¿Lo veremos?

Ahora van a reestructurar la Fundación. Me parece bien. ¿Qué sentido tiene que haya despachos para pensar en las ideas, cuando está la ciudadanía en la calle llena de ellas? Sólo tienen que pasearse y hablar con la gente y verán la cantidad de buenas ideas y sugerencias que reciben y que nos ayudarían a pasar estos momentos de mejor manera.

No hace falta hacer fábricas de ideas y sobre todo no es admisible que en época de recortes las paguemos entre todos. Cada cual que tenga las ideas que se pueda pagar, como dice la derecha. Si esto vale para el Estado del Bienestar, mucho más para estos casos.

Blog de María Rosa Medel

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