Los padres ya podemos estar tranquilos. Contamos con un instrumento novedoso y accesible: un teléfono móvil.
Antes había que seguir algunas pistas, aunque nada fiables, para detectar a nuestro hijo gay. Casi todos los padres eran sorprendidos cuando recibían la noticia de que alguno de sus vástagos lo era. Pero ahora ya tenemos un instrumento a mano para poder anticiparnos a la jugada.
De momento, el debate está en Francia, pero ya nos llegará, que los Pirineos cada vez separan menos.
Si ya es un problema la aplicación en sí (que por cierto es bastante baratita, descargarla nos cuesta 1,99 euros), mucho más discutible son las veinte preguntas que nos hace el aparatito para poder obtener la información que nos interesa.
Las preguntas son de juzgado de guardia, si no estuvieran ya bastante colapsados. En fin, veremos a quién reclamamos, pero algunas son del siguiente porte:
-“¿Le gusta el fútbol?“
-“¿Lee diarios deportivos?“
-“¿Ha participado en alguna pelea?”
-“Dedica mucho tiempo a peinarse?”
-“Cuando usted estaba embarazada, ¿soñaba con una niña?”...
Y así hasta 20.
Si yo fuera hombre, estaría bastante ofendido y casi preferiría pertenecer al universo gay. Si para ser hombre te tiene que gustar el fútbol, participar en peleas y otras “habilidades”, yo renunciaría.
Tiene otro problema esta aplicación, además de su filosofía inicial. Sólo contempla el universo masculino. ¿Qué pasa con la homosexualidad femenina? En teoría, las lesbianas tendrían que tener las habilidades que se requieren para que el aparatito te considere “macho”.
Y ahora vamos al siguiente paso. ¿Qué hace la madre que ha recibido la noticia? Según esta aplicación, puede estar todo “en orden” o tener un homosexual en la familia. Qué barbaridad, hasta dónde hemos llegado.
Algunas veces el progreso no va en el sentido de hacernos progresar, sino en el de hacernos caminar hacia un pasado oscuro que creíamos superado. En fin, parece que nos queda bastante trabajo por hacer para mantener vivo el sentido común, que como bien sabemos es el menos común de los sentidos.
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Publicado en el periódico comarcal semanal Canfali Marina Alta, Denia, 1 de octubre de 2011