María Rosa Medel
Si hay una cosa que tenemos clara las mujeres es el cuidado que nos proporcionan los miembros de la clase dominante, es decir Los hombres. Siendo realistas, con la ayuda inestimable de muchas mujeres.
No sé si han oído ustedes oído alguna vez comentarios sobre el vestuario de los hombres, nunca se menciona el traje que lleva el Presidente o el ministro tal o cual, pero no me negarán que si estamos pendientes de estos temas en el caso de que sea una mujer. ¿Cuántas veces hemos comentado las chaquetitas de Frau Merkel? O el atuendo de tal o cual ministra, o de una presentadora de TV. En fin, creo que todos somos conscientes de lo que a veces nos traiciona el subconsciente.
Lo único que nos tranquiliza es que no es una cosa de nuestros días. A veces se han dictado leyes sobre el tema y esta semana nos hemos enterado de que en París, nada menos que en París de la Francia, la capital de la moda, les estaba prohibido por ley a las mujeres vestir pantalones.
Esta semana pasada la ministra francesa de los Derechos de las Mujeres, Najat Belkacem-Vallaud, derogó una sorprendente ley con más de 200 años -que naturalmente llevaba décadas sin ser empleada- en la que se perseguía el uso del pantalón por las mujeres.
Tenemos que reconocer que mucho han cambiado las leyes desde que el 17 de noviembre de 1800 se impuso esta ley por la que las mujeres que quisieran lucir pantalones, tenían que tener un permiso especial de la policía.
Esta ley no siempre permaneció inamovible. Entre 1892 y 1909 fue modificada, para permitir que las mujeres pudieran usar esta prenda, eminentemente masculina, en el caso de tener que montar a caballo o en bicicleta. ¡Qué detalle!
Para la ministra y muchas que compartimos su opinión, estas leyes están dictadas fundamentalmente para entorpecer el acceso de la mujer a ciertos trabajos en un plano de igualdad. En nuestra posguerra cuando se dictaron leyes que limitaban grandemente la libertad de la mujer se hacía en muchas ocasiones para protegernos de nosotras mismas, por si queríamos algo que no deberíamos desear.
Aunque hemos avanzado mucho, la indumentaria femenina ha estado presente, por ejemplo en la política desde que en la Revolución Francesa en 1789, las mujeres exigieron llevar pantalones para diferenciarse de las clases altas, e ir vestidas como los “sansculottes”.
Pero no es muy raro que hoy todavía esté mal visto la asistencia de las mujeres a los actos oficiales luciendo pantalones. En España, Carme Chacón, ministra socialista de Defensa, causó un gran revuelo cuando se presentó en la Pascua Militar de 2009 con un traje oscuro de chaqueta y pantalón “Horror”.
Bueno, pues, tranquilas. En París ya podemos llevar pantalones sin temor a que nos persiga la policía. Como vemos, la justicia es lenta en todas partes. Pero más vale tarde…
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