Con una fortuna actual de casi 3 mil millones de dólares, Oprah Winfrey es, según larevista Forbes, la persona afroamericana más rica del mundo.

 

La “reina de la televisión” norteamericana, está considerada, además, como una de las mujeres más influyentes del planeta. Tanto, que el presidente Barack Obama ha dicho que ganó la Casa Blanca gracias a ella. Hace poco ha sido nombrada, también, entre las cuatro personas que se considera dieron forma al siglo XX.

Nominada a un Óscar (por su papel de Sofía en la película El color púrpura de Steven Spielberg) y ganadora de varios premios Emmy, dueña de un imperio de medios que incluye un canal de televisión, una productora y una serie de libros y revistas, actriz y filántropa, Oprah es la creadora y conductora de un éxito televisivo sin precedentes, el Oprah Winfrey Show, el programa con mayor audiencia de la televisión estadounidense, vigente desde 1996.

En él sobresale, en especial, por sus profundas y humanas entrevistas, en las que consigue que hasta el invitado más impenetrable le abra su corazón.

Esta brillante comunicadora, crítica de libros y editora, acostumbra a trabajar con verdadera pasión. De inteligencia aguda, luchadora incansable, Oprah ha desplegado su talento multifacético en todas las vertientes del espectáculo y del periodismo.

Pero no se ha olvidado de los menos afortunados: ya lleva aportados más de 50 millones de dólares a obras de caridad, además de contar con su propia fundación de ayudas y de gestionar un programa de becas para beneficiar a mujeres, niños y estudiantes desfavorecidos.

Considerada un ídolo de masas, sus detractores afirman, sin embargo, que tiene una personalidad friamente calculadora, ambiciosa y despiadada y que nada la detiene a la hora de lograr sus fines…

Esta mujer hecha a sí misma, a quien hace pocos vimos en un difundido reportaje al ciclista Lance Armstrong, tuvo una infancia triste y durísima de la que emergió, como una mariposa de una crisálida, para transformarse en la mujer exitosa que es hoy.

Fruto de un amorío adolescente, Oprah nació en 1954 y, abandonada por sus padres, se crió en el miserable hogar de su abuela Hattie Mae Lee en Mississippi, EE.UU. Sus primeros años fueron difíciles. Era una niña negra, ilegítima y pobre, en el corazón del sur de la América más profunda… Sus primeros vestidos estaban confeccionados de sacos de alubias, por lo que solía ser objeto de las burlas de otros niños.

A los seis años fue a vivir con su madre y comenzó así la peor etapa de su vida. Abusada por un tío, un primo y un amigo de la familia, Oprah no descuidó, sin embargo, sus estudios como alumna aventajada. A los trece años, harta de los abusos, escapó de su casa, con la secreta esperanza de que tal vez la policía la llevaría a vivir con su padre, en Nashville, Tennessee. Anduvo con gente de mal vivir, pero poco después logró su anhelo: fue a vivir con su padre.

Éste, por medio de una educación estricta y mucha disciplina, logró hacer de ella una eximia estudiante y líder del equipo de oratoria.

A partir de allí su camino se allana. Oprah obtuvo una beca que le permitió estudiar Comunicación en la Universidad del Estado de Tennessee, ganó concursos de belleza, incursionó como actriz y comenzó a trabajar de reportera para una radio local.

A los 22 años ya conducía un programa de televisión y, desde entonces, su carrera fue imparable.

Adorada por millones de seguidores y atacada por los que le critican su apetito de poder, Oprah fue hace unos años protagonista de un libro no autorizado,Oprah: una biografía.

En ella, su autora, Kitty Kelley, después de cuatro años de minuciosa investigación, describe en sus más de 530 páginas el lado más secreto de la personalidad de Oprah: su drogodependencia, su lucha contra la obesidad y la relación lésbica con Gayle King, su mejor amiga.

Cuando le comentaron su contenido, Oprah, la mujer más poderosa de su país y la más rica de la tierra, sonrió desdeñosamente, encogiéndose de hombros: “No coopero con el libro, ni lo aliento ni dejo de alentarlo. Si ella quiere escribirlo, pues estupendo. Estamos en los Estados Unidos, éste es un país libre…”

Sin embargo, el año pasado la sorprendente Oprah Winfrey dejó boquiabierta a la audiencia cuando decidió confesar, en medio de un programa televisivo de laCNN, que el peor momento de su vida había sido cuando había quedado embarazada a los 14 años y había pensado, entonces, en suicidarse.

“Tenía sólo 14 años y mi embarazo fue producto de mi promiscuidad. Habiendo sido abusada sexualmente desde los 9, 10, 11, 12 años, a los 13 no me negaba absolutamente a nadie, no tenía límites. No sentí nada por el hijo que esperaba, porque ya había decidido matarme antes de que naciera. Entonces hice tonterías, como beber detergente, pero no logré suicidarme. Cuando mi bebé nació muerto, me sentí aliviada: la vida me daba una segunda oportunidad”.

Hoy en día, Oprah (quien nunca se casó ni tuvo otros hijos) considera que lo mejor que pudo haber pasado es que su hijo no viviera: “En esa época y rodeada de problemas y abusos, haberme convertido en madre hubiera significado el fin de mi vida y la de mi bebé”.

Claro ejemplo de voluntad y coraje, esta mujer valiente y de fuerte personalidad ha demostrado que se pueden superar hasta los más amargos momentos de la vida.

Y ofrece hoy su lado más luminoso después de haber decidido, con éxito, reinventarse a sí misma.

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