Manuel López
“Estas obras deberán ser originales y no deben haber sido presentadas en ningún otro certamen o concurso.”
“Las obras presentadas podrán ser eliminadas [sic] si no permiten la reproducción con la calidad necesaria.”
“Las obras presentadas quedarán en poder de… [la organización convocante de turno], a quien sus autores ceden sin limitación todos sus derechos sobre las mismas, pudiendo utilizarse en cualquier publicación que se considere oportuna…”
Tomo estas “perlas” de las Bases del Concurso fotográfico “Domingo de Ramos 2013” que convoca la Hermandad de la Entrada de Jesucristo en Jerusalén y la Entrega de Nuestra Señora de Calpe-Calp (Alicante), pero podría haberlas tomado de cualquier otro concurso, pues pocas cosas hay tan activas en la dinámica del “corta y pega” como las Bases de los Concursos de fotografía.
“Los organizadores tendrán el mayor cuidado en el tratamiento, traslado y custodia de la sobras, pero no serán responsables por pérdidas o deterioros que las mismas pudieran sufrir por cualquier casusa.”
“Las obras serán juzgadas por un fotógrafo y por autoridades de las instituciones locales.”
Estas dos últimas citas las tomo de las Bases del Concurso de Fotografía “Imágenes de Uranga. De la Biblioteca al Mundo”.
Tener que presentar a concurso obras rabiosamente originales, exponiéndose a que puedan llegar a eliminarlas si no alcanzan una indeterminada calidad según arbitraria decisión de los organizadores y cediendo “sin limitación” no este o aquel otro, sino “todos sus derechos”…
Salvo esta última, que vulnera la ley, pues si bien los derechos de autor patrimoniales son negociables, los morales -entre ellos el conocimiento previo y en su caso la consiguiente aprobación del uso que autoriza a dar a la obra- son i–rre–nun–cia–bles.
Más: el preceptivo compromiso de custodiar en perfecto estado de las obras presentadas a concurso es papel mojado en el segundo caso de ejemplo de Bases citado. Aquí se trata solo del valor material, que está más que dispuesto a asegurar cualquier agente de seguros. Menos mal que aquí al menos pueden pasar a retirar sus obras -eso sí, a saber en qué estado- los autores no premiados.
Difícil panorama, el que tienen los concursantes de fotografía con no pocas convocatorias de concursos. Si deciden participar, quedan obligados a aceptar unas Bases en muchos casos leoninas, total para, en el mejor de los casos, de resultar premiados, la “dotación” del galardón fuera:
“Edición del Cartel Oficial del Domingo de Ramos de 2013 de esta Hermandad y detalle de recuerdo.” (Primer premio en el primer caso, Calpe. La “dotación” del segundo y tercer premios, así como el premio Especial se queda en el mero “detalle de recuerdo”).
-“Trofeo y Diploma.” (Premios en el segundo caso, Uranga).
¿Y los jurados? Lo habitual es… despacharles con las manos vacías. Se acabaron aquellos tiempos en que el trabajo de un jurado era valorado como tal trabajo capital en el mundo de la cultura, por lo que era normalmente retribuido con unos honorarios acordes con la naturaleza y “posibles” de la entidad convocante, la cuantía de los premios, amén de la rentabilidad de imagen que la propia composición del jurado daba al correspondiente concurso.
Hoy no es infrecuente que los jurados se paguen de su propio bolsillo el desplazamiento al lugar del fallo y hasta las cañas de después. La cultura real de base, señoras y señores, españoles todos, la pagamos... la propia gente de la cultura. Contamos, eso sí, con la simpatía y el apoyo de las cajeras del súper del barrio, pero la cesta de la compra hemos de pagarla cada día con el dinero que podamos ir ganando con cualquier otra ocpuación que vaya saliendo al margen de nuestro oficio principal en la cultura.
Si arriesgado es el oficio de concursante, el de jurado profesional independiente es peligroso a más no poder. Tal como están las cosas, acabarán cobrándonos por el tremendo "privilegio" y la "honra" impagable -nunca mejor dicho- de ser jurados...
..
Normas para jurados decentes (Revista FOTO, 1985, 1996)
...
Sigue la actualidad de Periodistas en Español en nuestro
boletín de titulares.
Indica nombre, apellidos, profesión y país.