
María Rosa Medel
Todos los fanatismos llevan en su interior el germen de la cobardía, del miedo a lo “otro”, a la diferencia. Para mantener al personal fácil de manipular y de controlar. Ya lo decía Serrat: “manipulan nuestros miedos, sabiendo que el miedo nunca es inocente”.
La cultura y la educación son un medio infalible para no caer en fanatismos, inútiles en todos casos y sumamente dañinos.
Ahí tenemos a los talibanes, que a todos nos dan mucho miedo por sus actos e incluso por su estética. Donde gobiernan arrasan y donde no lo hacen, lo intentan. Cuando alguien se rebela, lo eliminan, y ahí tenemos a la niña Malala con su catorce años siendo tiroteada a matar por unos señores de la guerra, tan “valientes” ellos…
Los noruegos han perdido su oportunidad. Llevan bastantes pérdidas. Nos han sorprendido con el premio Nobel de la Paz del año 2012 nada y más y nada menos que a la maltrecha Europa,. No digo que no tenga méritos, en su inicio la Unión Europea consiguió muchas mejoras para sus países, pero en este momento parece un sarcasmo. Y más si nos fijamos en que Noruega es un pueblo que ha votado muchas veces en contra de su adhesión a la UE.
En fin, la vida está llena de contradicciones, pero ahora ¿no se lo podían haber dado a esta niña, que lleva luchando desde los 11 añitos, ya daba discursos, defendiendo algo tan simple y tan vital como el derecho de las niñas a la educación?
Malala nos ha contado cómo las niñas escondían sus libros debajo de los mantos para que no se dieran cuenta que iban a la escuela. A pesar de nuestra tormenta educativa, que por culpa de los recortes tenemos en este país, a nadie se le ocurre discutir sobre la necesidad de la educación y la cultura, hasta ahora.
Bien, pues no hay otro camino, si queremos ayudar a las personas a salir de la pobreza, la penuria, el maltrato, la deshumanización, no hay más remedio que invertir en educación. El negar a las mujeres sus derechos siempre empieza por dejarlas sin escuela. Si se dan cuenta de que pueden, podrán, y en eso no están de acuerdo ni en esos países ni en algunos que se creen más desarrollados. Estas sociedades que tienen sojuzgadas a las mujeres bien lo saben y bien lo practican, por eso la ofensiva de quien quiera ayudar tiene que ir por esta vía.
Bravo, Malala,. Es cierto que es una pena que te hayan hecho perder la infancia y ahora hayan querido arrebatarte la vida. Aunque no te hayan dado el merecido Premio Nobel de la Paz, mucha parte del mundo está contigo, aunque no nos veas, ahí estamos.
Publicado también en el periódico comarcal semanal Canfali Marina Alta, Dénia, 20 de octubre de 2012.
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Bravo Malala !