Francia: Un parado se inmola en Nantes. ¿Nadie dimite?
El Papa de Roma ha dimitido, el parlamento acaba de votar en Francia el matrimonio para todos, pero todavía tiene que pasar la ley por el Senado, un grupo de feministas “Femen” ha irrumpido en la catedral de Notre Dame en Paris, con los senos al aire, para festejar la dimisión del Papa reclamando un Papa mujer, Francois Hollande ha cedido en Bruselas frente al eje anglo germano revisando a la baja sus pretensiones, Europa se insurge pues nos dan gato por liebre, perdón caballo por vaca, en los alimentos congelados. La lucha de los trabajadores de empresas amenazadas con despidos masivos se prosigue en la casi indiferencia general, como si todo eso fuera normal. Y sin embargo solo la muerte es inevitable.
Así van las cosas en Francia. Las informaciones se superponen tapandose unas a otras y la prensa, la radio y la TV, las difunde dedicandoles mas o menos tiempo, con extrañas y parecidas prioridades, Y uno se pregunta ante esa multitud de noticias, cual es la esencial, la que me importa mas como ser humano y como ciudadano de esta Rex pública. Pues bien, hoy los telediarios han evocado brevemente una información que parece llegada del Tibet, y en cambio nos llega de Nantes, en la Bretaña francesa.
Un hombre de 43 años, casado, se ha inmolado ante las oficinas del paro, el “Polo empleo” es el eufemismo con que se denomina aquí a esas agencias que reciben las demandas de los parados, en largas colas de espera y desesperación. Y eso que Francia es uno de los países de Europa, junto con los paises nórdicos y Alemania, en donde el derecho del trabajo está mas protegido. Con la tristemente célebre Constitución liberal europea, que no consiguieron imponernos, aunque la idea les sigue rondando en la cabeza, el cálculo de esa Europa ampliada a 27 países, era sobretodo reducir los derechos laborales europeos al mas mínimo común denominador y abaratar el “costo” del trabajo permitiendo la libre circulación de asalariados cada vez mas precarios, y mas esclavizados. Siempre he pensado que el trabajo tiene un precio, y que debería ser un derecho y no una simple variable de ajuste en la rentabilidad.
Los trabajadores de Goodyear, de Renault, de PSA Peugeot, de Petroplus etc, etc... todos esos miles de personas y de familias que están amenazados por el paro, han dado pruebas de su determinación y siguen luchando para salvar sus empleos. Los tribunales acaban de dar razón a los trabajadores de Goodyear invalidando un Expediente de regulación en curso. Prueba de que no han logrado todavía desmantelar el Derecho del Trabajo en este hermoso país, pese a los grandes esfuerzos de Sarkozy y el incumplimiento de promesas de su sucesor Francois Hollande. Construir una Europa social con un nivel de vida digno para la mayoria sigue siendo posible. Nada es inevitable.
Que en pleno siglo XXI en Francia, un desempleado llegue hoy a inmolarse, muestra la grave situación a la que hemos llegado, en este país que no tiene tradición de bonzos, sino que está acostumbrado mas bien un combativo movimiento sindical y a poderosas manifestaciones callejeras.
El desempleado suicida de Nantes había enviado un e-mail, advirtiendo de cuales eran sus intenciones. Un grito de socorro, que fue publicado por la prensa, y que nadie escuchó. “Tengo cinco litros de gasolina y me voy a quemar vivo en la oficina del paro, que ha rechazado otorgarme mi subsidio”. Así decía este hombre desesperado, dando incluso las fechas en que pensaba pasar al acto.
Un dispositivo policial de vigilancia fue desplegado no obstante ante las puertas del “Polo empleo”, y los bomberos fueron advertidos. Pero cuando los policias de guardia vieron llegar a un hombre en llamas , ya era demasiado tarde. El Primer ministro francés se ha declarado consternado. ¿Habrá que esperar tragedias como está o explosiones sociales de envergadura, para que la clase política en el poder tome por fin medidas para proteger y mejorar la vida de la gente impidiendo la pauperización de la población, mientras las grandes multinacionales siguen generando beneficios bien protegidos ellos en los paraisos fiscales?
Un desempleado se inmola, el Papa dimite. Yo sé que las dos informaciones no tienen nada en común y sin embargo me hubiera encantado que tuviesen una relación de causa a efecto.
Ignoro cual es la razón por la que el Papa de Roma ha dimitido, pero la muerte de este desempleado francés, a mi juicio, hubiese sido una buena razón para dar su dimisión, ante tanta injusticia social. Por cierto ¿en esa oficina gubernamental del desempleo anunciado y programado, no hay nadie que dimita, sin necesidad de esperar a los ochenta y pico años?.