Ileana Alamilla
Seguimos con angustia y consternación diaria al conocer tantos hechos de violencia, pero el Día del Cariño irónicamente fue escogido por sicarios para dar muerte a Lea de León, una abogada conocida, cuyas actividades profesionales y su especialidad en Derecho Penal la habían destacado en el foro de juristas litigantes, enviando un mensaje más de desesperanza a la población, que cada día se ve rebalsada por este interminable baño de sangre que tiene teñido de rojo al país.
El sistema de justicia, los y las juristas, los litigantes y en general el gremio de los abogados estamos de luto y, como personas de leyes y respetuosas del derecho, exigimos firmemente que este nuevo hecho de violencia no quede impune, palabras que ya suenan triviales, pues siempre tenemos que pronunciarlas cuando ocurre cada asesinato.
Pero también en el gremio de los periodistas estamos de duelo. Lea era la esposa de un prestigiado profesional de la información, Edín Hernández, editor de Prensa Libre. A pesar de su fortaleza, es inimaginable lo que está viviendo ante tal drama. Es muy grave la acusación que ha hecho señalando a un fiscal del crimen.
En este caso las autoridades tienen un gran desafío si no quieren quedar en entredicho, sobre todo el Ministerio Público, dada la connotación que reviste el crimen y la mención directa a un supuesto responsable, quien, según Edín, ya había sido denunciado en dicha entidad. En otro país sería sorprendente lo sucedido. Aquí todo puede pasar… y no pasa nada. Seguimos persiguiendo el sueño de vivir en paz, sin violencia, con justicia, sin impunidad, con ansias de que nos cumplan los ofrecimientos de combatir la inseguridad y terminar con este abrumador calvario.
Tanto el presidente de la Corte Suprema de Justicia, como el presidente de la Asociación de Jueces y Magistrados y otros representantes del gremio condenaron el vil asesinato, pero ¿cuándo vamos a tener aquí una vida con sosiego? ¿Cuándo va a cesar la violencia y el sufrimiento? Ya la gente no cree en los ofrecimientos de seguridad y de justicia. Estamos perdiendo la confianza en el sistema, en el Gobierno, en los funcionarios, lo que es muy riesgoso.
El gremio de los abogados ha sido históricamente diezmado, en diferentes épocas. Grandes valores, juristas reconocidos, académicos talentosos, honestos, inteligentes, fueron vilmente asesinados, privando al país de sus aportes. Pero este gremio también ha sido repudiado. Ciertamente habrá muchos que han enlodado una profesión que está llamada a garantizar la búsqueda de la justicia, incluso por encima del derecho.
Fue un ataque directo a una mujer, una profesional que asumió la defensa de casos que han sido calificados de alto impacto. Fue un crimen execrable. Estamos en manos de criminales desalmados y de autoridades incapaces de combatirlos, perseguirlos, detenerlos y juzgarlos.
Esta es una nueva deuda ante la sociedad. Tenemos a otra víctima de la criminalidad. Es la forma en que en Guatemala se vive la ausencia de justicia.
La violencia generalizada que nos acorrala y este repugnante asesinato han sido repudiados por todos los sectores, de forma unánime. Quienes trabajan en el ámbito de la justicia, sea en la administración, la investigación o en el litigio, están bajo acoso. Todos vivimos asediados y no hay plan ni fuerza de tarea capaz de combatirlo.
Las autoridades de Gobernación, el Ministerio Público y sobre todo el presidente de la República nos deben mucho.
Mi solidaridad con Edín, con su niñita y sus familiares.
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escrito por Guille, febrero 20, 2013