Ciertamente me he quedado un tanto alucinado cuando me he enterado de que en Granada se ha organizado una protesta ante la celebración del 2 de enero, fecha de la toma de la ciudad por los Reyes Católicos.
Debo confesar que no entiendo absolutamente nada. Un hecho histórico de esa índole que supuso, a pesar de mucho ahora, el nacimiento de España como nación es contestado por algunas fuerzas política, de esas que se dicen democráticas. Me gustaría ver si esos defensores de la globalización, que no quieren esa festividad porque puede molestar a nuestros vecinos de más allá del Estrecho, si también están dispuestos a hacer lo mismo cuando a alguien se le ocurra celebrar la invasión del 711 por parte musulmana y la derrota del reino visigodo, aunque puede que eso sea una idea de españolismo, de nación, que no es lo que les gusta.
La verdad es que estamos en un momento en el que socialmente hemos perdido el rumbo. No quiero entrar en el económico que es otro cantar, sino en el social y en el histórico. Cada Comunidad escribe su origen y desarrollo. Curiosamente hay alguna que pide su independencia cuando nunca ha sido independiente y mucho menos nación, sin preguntar a los demás si queremos seguir estando con ellos en meste país, por el momento llamado España.
Granada, 2 de enero, es un símbolo guste o no a los demócratas de pacotilla, a esos que se llaman demócratas y que no permiten el desarrollo normal de la sociedad, sólo lo que ellos creen y quieren. Me parece que a esto último no se le llama democracia, sino que tiene una denominación mucho más elocuente: ¿es tiranía?.
Vamos que si haces lo que yo creo es democracia, pero si haces otra cosa diferente, no lo es.
Para todos estos que se apuntan a un carro demasiado estrecho de miras, tan sólo uan recomendación. En Algeciras hay barcos que cruzan el Estrecho de Gibraltar, y en la propia Granada un aeropuerto que permite, quizás con alguna escala, cruzar el citado Estrecho.
Pero es más, ¿por qué hablar sólo de Granada? Abramos las puertas a una nueva invasión, y que se conforme un nuevo Al Andalus que llegue hasta Sierra Morena, tal y como tenía diseñado cierto líder libio en un gran plano en su despacho oficial.
Y ojito, tampoco celebremos Santiago Apóstol, pues quizás los judíos se enfaden; o Roncesvalles, o la conquista de Magerit, o la de Valencia, o las Navas de Tolosa, o Bailén, o..., total para lo que últimamente vale este país a nivel mundial gracias a los dos últimos líderes políticos que nos han gobernado y lo están haciendo, quizás sea mejor celebrar la toma de la Bastilla, la caída del III Reitch, o la separación de las dos Coreas.
Que pena dan los pueblos que se olvidad de donde vienen y a donde van, y eso es lo que nos está pasando ahora a nosotros.
En cuanto a la historia, me gusta lo dicho alguna vez por el historiador chileno Francisco Antonio Encina, que fue algo así: "La historia es lo qué es y no lo que nos gustaría que hubiera sido".