Viernes 5 de octubre de 2012. Tras visitar la magnífica exposición “Encuentros con los Años 30” en el Reina Sofía, cruzo a la estación de Atocha-cercanías y tomo un tren dirección Príncipe Pío – Las Rozas. Mi destino es Majadahonda. Aproximadamente 3:15 de la tarde en Atocha, 3:40 en destino. Escasos minutos después de bajar del tren me doy cuenta de que no tengo mi bolso. ¿Me le he dejado en el tren? Extraño pero posible. Poco después y atando muchos cabos me doy cuenta de que también es posible de que haya sido sustraído por algún artista. Vuelvo inmediatamente a la taquilla de la estación, desde allí llaman a un teléfono interno de seguridad y dejo mis datos. Unas tres horas después me llaman a casa. No han encontrado nada. Todavía queda la esperanza de que desde alguna estación de cercanías comuniquen el depósito del bolso a la central de objetos perdidos en Atocha y ésta a la policía. En vano. Esta tarde hablo con esa central y ni mi bolso ni ninguna documentación a mi nombre ha sido entregada en ninguna estación de cercanías de la CAM.
De momento me encuentro sin documentación de ningún tipo, sin llaves, sin dinero, sin móvil. Tengo que hacer a pie los dos kilómetros largos desde la estación hasta casa, adonde puedo acceder con ayuda de una buena vecina que me abre el acceso a la urbanización y al portal. Desde su casa, contactar al conserje (que está en Ciudad Real en un funeral) pero llama a un colega de confianza para que me dé el duplicado de llave de casa. Desde casa de la vecina llamo a CPP para bloquear todas mis tarjetas de crédito. La vecina me deja las llaves de la urbanización y del portal para hacer copias. Algo es algo. Una vez en casa empiezo a llamar a mi número de móvil con la esperanza aún de que pueda estar en buenas manos. Inútil. No se pone nadie. Llamo al 1004 como a las seis de la tarde y por una vez una persona que parece bastante competente me dice que no ha habido llamadas salientes desde las 14:59 (que he hecho yo). Me dice que me conceda un par de horas, a ver si alguien contesta en el móvil y si no suspendemos la línea. Pero a las ocho es imposible que alguien atienda en el 1004. No lo consigo hasta las nueve y media. Me dicen que en ese momento no pueden rastrear llamadas salientes pero que conviene más que suspender, de momento restringir. Que vuelva a llamar al día siguiente. A esa hora, más de las diez de la noche estoy agotada.
Sábado por la mañana, voy a denunciar el hecho al cuartel de la Guardia Civil de Majadahonda. Hay suerte, el guardia que me atiende es un hombre joven y bien informado, conoce su trabajo. Y ahí me entero de algunas sutilezas –o más bien carencia de ellas- de la ley de protección de datos. Me dice: si nosotros pudiéramos directamente servirnos del IMEI –documento de identidad de cada móvil- podríamos enterarnos de donde está en cinco minutos, con lo que estos robos desaparecerían o se reducirían automáticamente. Pero la ley de protección de datos no es selectiva, no hace excepciones, así que para rastrear un móvil robado a través de su IMEI hace falta una orden judicial que es dificilísimo obtener, ya que les quitaría tiempo para cosas más importantes. ‘A nosotros – me dice el guardia civil - no nos dejan, porque el legislador piensa que podríamos dedicarnos a espiar a todos los españoles, ¡cómo si no tuviéramos ya exceso de trabajo! La verdad es que le creo, y creo que tiene razón cuando dice que desaparecerían los robos de móviles, etc., si pudieran localizar directamente al ladrón. Porque vamos a ver, en este caso, que por lo visto son miles, ¿a quién está protegiendo la ley de protección de datos? Al ladrón, claramente. Pero de esto ya seguiré hablando.
Así que cuando acabo en el cuartel me voy a una tienda de móviles que en mi caso es Movistar. Me atiende una persona muy competente. Antes de pensar en adquirir un movil de última generación que me sale gratis porque tengo un montón de miles de puntos, llamamos al 1004 a ver como van las cosas. Pero durante las dos horas largas que estoy en la tienda es imposible contactar porque “todos nuestros gestores están ocupados”. ¡Es el colmo! ¡Que la propia Telefónica no tenga líneas suficientes para atender a este servicio y le mantenga colapsado durante horas! La persona que me atiende, María, pone en el nuevo móvil un duplicado de la tarjeta del suspendido y para su sorpresa ese duplicado ¡también tiene restringidas las llamadas! Con razón, me dice María, ¡se han ‘columpiado’ los del 1004! Pero como están colapsados ¡hay que esperar horas para que se pongan y liberen el duplicado!
Almuerzo con mi familia y cuando regreso a casa vuelvo a llamar al dichoso 1004. Para ser breve. Me dicen que hubo una llamada saliente a las 9:25 de la noche del viernes -¿en el límite de la restricción de llamadas? Bueno... Pregunto por el destino de esa llamada y para mi asombro me dice mi interlocutor que no me lo puede decir –por la dichosa ley de protección de datos-. Que tengo que esperar a que llegue la factura y después reclame... Una vez más ¿a quién protege esta ley? ¡Yo soy su cliente, es a mí a quién hay que proteger...
Así que hoy lunes por la mañana temprano hablo con mi abogada de Legálitas, me va a hacer un modelo de carta para envíar a Telefónica-Movistar, eso sí, certificada y con acuse de recibo, porque si no ni contestan. Y en ese momento comprendo porque nunca obtuve respuesta a una reclamación por facturación inadecuada a mi línea móvil en mayo y junio de este año...No envié la carta certificada y con acuse de recibo. Me dice mi abogada que las reclamaciones a operadores alcanzan cifras millonarias y no siempre se obtienen resultados satisfactorios. Vaya, que una cosa son los ladrones de bolsos y otra los de guante blanco...
También hoy lunes temprano por la mañana voy al estanco para solicitar una nueva tarjeta abono.transporte, pensando ¡ilusa de mí! que presentando la denuncia agilizarán el trámite. Pues no señor. Quince días durante los cuales tendré que gastar en transporte público una pasta o usar el coche que al precio que está la gasolina y los parkings, pues de todas maneras ¡una pasta! Ah y otra cosa. No basta el documento de denuncia para hacer la solicitud, como no tengo DNI me dice el estanquero que le lleve fotocopia del pasaporte. ¿Y si le pasa a alguien que no tiene pasaporte? País.
Llamada a la policía nacional en Pozuelo de Alarcón para pedir cita para un nuevo DNI. Lo primero que me dicen es, que ellos no gestionan las citas directamente, que para eso tienen contratada una empresa privada de la que me dan únicamente un teléfono que empieza por 902...o internet. Lo hago por internet, de momento no he tenido ninguna noticia y eso que en la solicitud queda claro que ha sido robado. De nuevo, aún alegre y confiada, aunque ya empezando a cabrearme, había pensado que los DNI por robo tendrían alguna prioridad. Pues no. Aquí las facilidades no existen.
Otra historia para no dormir es ponerme en contacto con mi compañía de seguros, ya que mi seguro de hogar tendrá que responsabilizarse de cambiar bombines de cerraduras, sobre todo la de la puerta de casa, -el ladrón tiene mi DNI y mis llaves...-¿Les suena esa historia de llamar a un 902 para que le digan, teclee el DNI, si es para esto o lo otro o lo de más allá teclee esto, lo otro o lo de más alla...Al final logro enterarme de quién es mi agente de zona, me dan un teléfono al que llamo pero no está operativo...Vuelta a empezar, para hacerlo a través de algo así como siniestros – emergencias, otra vez marque y vuelva a marcar...
Con un cabreo impresionante me voy a la calle, me siento un rato con mi conserje y amigo de años para desahogarme y mira por donde él está leyendo un libro que trata de todas las dificultades burocráticas con que tropieza el ciudadano, y en las que uno se vé envuelto en este mundo de líneas que son una estafa, siempre se las arreglan para alargar el tiempo en línea, ya sabemos todos para qué, la desesperación de no poder hablar con una persona física y cuando hablas con ciertas personas como las de la línea 1004 es para darse uno cuenta de la impotencia e indefensión a que someten las reglas del juego de las que es imposible escapar.
Y aún me falta por contactar a tráfico para el tema del carnet de conducir, que mucho me temo va a ser otra ordalía por el estilo. Es como si el sistema estuviera concebido para castigar al que tiene la desgracia de sufrir un robo. Es como si el sistema pensara ¿así que tú eres uno de esos imbéciles que se dejan robar? Pues j.....