Hace unos días recibí un escrito de Avaaz invitando a sus miembros de todo el mundo a iniciar campañas por causas justas. Apenas leí la invitación, fui directamente a abrir una campaña titulada “¡No a la privatización de la Sanidad Pública en la CAM!”, para añadir un granito de arena susceptible de crecer mucho, a todas las movilizaciones que llevan semanas en marcha en hospitales, centros de salud, asociaciones vecinales, campañas de firmas en la propia calle, manifestaciones, concentraciones, encierros...

 

 

Durante tres días he estando enviando emails a diestro y siniestro, poniendo el enlace en muros de facebook, en twitter, -quiero dar aquí las gracias a Santiago Segura que retwitteó el enlace a algunas decenas de miles de personas-y cuando los monitores de campaña me dijeron que podía empezar a ponerlo en prensa, apenas lo puse en la sección Madrid de elpaís.es, la campaña la hizo oficial Avaaz...para mi gran alegría y alivio. Eso quería decir que mi modesta campaña había alcanzado más de cien firmas en poco más de cuarenta y ocho horas, el número de firmas que Avaaz había pedido que obtuviera, supongo que para hacerla oficial pues sinó ¡vaya feliz coincidencia!

A continuación entrecomillo el mensaje –mucho más contundente que el mío- enviado por Luis Morago de Avaaz:

“La Comunidad de Madrid podría obsequiarnos con un envenenado regalo de Navidad: un plan que pondría la salud de millones de personas bajo el control de especuladores financieros y del ladrillo.

El gobierno de Madrid quiere poner nuestros servicios públicos de salud en manos de una maraña de intereses opacos que incluye a bancos y constructoras protagonistas del ladrillazo y a inversores en paraísos fiscales. Las medidas han generado un abrumador rechazo entre los profesionales sanitarios. Pero para detener el plan, hace falta desencadenar una imparable epidemia de oposición a nivel nacional dirigida a Rajoy, a la Ministra de Sanidad y a la Ministra Ana Pastor, figura clave dentro de su partido y respetada en círculos sanitarios.

La salud de todos está en juego. Madrid es sólo el laboratorio del desmantelamiento de la sanidad pública a gran escala, y si el nuevo plan triunfa aquí, acabará contagiando al resto del país. Firma a la derecha pidiéndoles que paralicen el plan de privatización y antepongan nuestra salud a la fiebre del oro del lobby sanitario, y comparte la campaña con todo el mundo.”

Y el enlace para adherirse:

http://www.avaaz.org/es/spain_stop_al_pelotazo_sanitario/?bcRrScb&v=20273 

Y todo esto sin el menor pudor, en ausencia de cualquier estudio serio comparativo, por la sencilla razón de que un hay comparación posible entre un servicio social público y un negocio privado, sin una información pública de las eventuales empresas que ya están felicitándose por el regalo que les van a poner en las manos, empresas a las que las importa menos de un bledo la Sanidad como servicio social, un servicio que ha llevado años construir, que está considerado como uno de los mejores en Europa, –que es tanto como decir en el mundo - riéndose de esa Ley de Transparencia que brilla por su absoluta falta de implementación, saltando una vez más por encima de la Constitución Española y a estas alturas pasando olímpicamente de la expresión mayoritariamente manifestada por la comunidad sanitaria y mayoría de usuarios de la sanidad madrileña. La Sanidad Pública la hemos construido los españoles y la pagamos los españoles con nuestros impuestos. Privatizarla es una imposición dictatorial en contra del más elemental sentido común y en contra de toda ética democrática.

Me caben muchas dudas de que una Comunidad Autónoma, por más que tenga las competencias de administrar una Sanidad Pública, las tenga para cargársela. Va en contra de cualquier criterio admisible, en contra de la raíz de cualquier gobierno democrático, que jamás puede ir en contra de los intereses ciudadanos, en contra de un logro social como es la Sanidad que hasta hoy tenemos.

Claro que esta faena no ha empezado ahora. Empezó con la construcción de un gran número de hospitales en la CAM, cuya gestión administrativa se adjudicó a los constructores. Que la gestión administrativa del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda la ejerza Florentino Pérez, ya es un disparate que notamos sus usuarios. ¿Se imagina alguien un Servicio de Urgencias sin camillas? Pues eso. Una urgencia que en un hospital concertado por una sociedad privada dura unas dos horas, en el Puerta de Hierro dura entre ocho y diez. La atención sanitaria es excelente, de todo lo demás es responsable esa interesada gestión administrativa.

Tras las construcción y gestión administrativa privada de los constructores vino la transformación de toda la CAM en Área Única Sanitaria, con la que jamás estuvo de acuerdo ni la comunidad sanitaria ni los usuarios, porque sabían que era el paso previo a lo que tratan de imponer ahora, la gestión sanitaria privada, con las terribles consecuencias que implica para toda la ciudadanía, usuarios y sanitarios.

La imposición dictatorial incluye el insulto a la inteligencia de los usuarios de la sanidad en la CAM, asegurando ‘que la atención va a seguir siendo pública’ cuando todos sabemos que no va a ser así. Si la gestión es privada, ¿cómo va a ser pública la atención?

En lugar de corregir los errores de gestión que la encarecen sin necesidad, estos políticos de ‘aparato’ pretenden cedérsela de un plumazo como dice en su petición Luis Morago a especuladores financieros y del ladrillo y evasores a paraísos fiscales. Suenan nombres, que no se hacen públicos, pero que ponen los pelos como escarpias.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España tienen la obligación de informar, de acuerdo a esa Ley de Transparencia y a la más elemental ética democrática política, de porqué, cómo y a quién pretenden ceder la gestión sanitaria, de momento, de esta Comunidad Autónoma. La opacidad es una mala práctica, un insulto a los ciudadanos y una admisión implícita de su propia incapacidad de realizar una buena gestión de uno de los servicios sociales públicos más importantes. Ni ello es razón para empeorar la gestión privatizándola, ni la dichosa crisis tampoco. La crisis está siendo solo el pretexto que están utilizando para empobrecer los recursos sociales de este país, presentes y futuros.

De ninguna manera podemos consentirlo. Los ciudadanos de este país deben concienciarse de una vez por todas de que los votos no dan carta blanca a ningún gobierno, para nada cuando tratan de arruinar lo bueno que ya tenemos.

Firmen, manden emails, pongan el enlace en todas sus redes sociales, unánse a los encierros en centros de salud y hospitales, a las manifestaciones, firmen también en todas las hojas de firmas a disposición en todos los hospitales, centros de salud, y en la calle. ¡Nos jugamos demasiado!

 

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