Luchino-Visconti

Este 2 de noviembre de 2012 hace ciento seis años del nacimiento en un palacio milanés, el de los Visconti di Modrone, de un referente de la cultura del siglo XX: Luchino Visconti, Conde di Lonate Pozzolo o Conde Rojo, pionero del neorrealismo italiano, maestro del simbolismo e hiperrealismo social aplicado a la dirección teatral, cinematográfica y operística, director de su propia vida.

El matrimonio de sus padres en 1900 ya es un símbolo de cambio de época. Aristocracia del padre, Giuseppe Visconti di Modrone y los laboratorios Erba, la industria y el dinero de Carla Erba, la madre.

La de Luchino es una historia en la que la propia vida va llevándole paso a paso, sin proponérselo, hacia su inmersión en el mundo de la cultura del espectáculo y en la que ambas van a estar íntimamente relacionadas. La fuerte influencia de la infancia, la obsesión de la madre, su paso por el ejército, la pasión por los caballos pura sangre, condottiere del cine a semejanza de su antepasado el tirano Luchino Visconti (1287-1349), misión y sacrificio en la segunda guerra mundial. En Visconti, vida y arte se yuxtaponen, la vida se vacía en el arte y éste es parte inseparable de su vida.

Desde su privilegiado ángulo de observación, pudo seguir desde niño los grandes retos del siglo XX, para los que la ciudad de Milán era un observatorio de primera magnitud. Un entorno que iba desde la realeza y aristocracia europeas, al desarrollo industrial, a los cambios que se iban produciendo en la ciudad y a las relaciones con el mundo de la cultura, los D’Anunzio, Duse, Toscanini, Puccini...

Visconti-gattopardo-01

Visconti-ossessioneLa primera guerra europea es para los niños Visconti como un juego, como una aventura. Es cierto que el padre está en Udine, que han despedido a las institutrices alemanas, se han cerrado los salones y el gran comedor, pero ellos han seguido yendo al teatro, participando en fiestas y saliendo de vacaciones. Desconocen la realidad de la guerra, hasta que en otoño de 1917 tras el desastre de la retirada de Caporetto, llegan hasta Milán las ráfagas del horror. En 1954 Visconti recreará el horror de la desbandada de Caporetto en la batalla de Custoza en su filme Senso. Sus películas nunca serán autobiográficas, pero en todas ellas estará presente alguna de sus experiencias vitales, marcadas a fuego en su mente. Entre otras la fascinación que ejerce el antiguo periodista socialista Benito Mussolini, ahora fundador de Fascio, sobre personajes como Arturo Toscanini, (por poco tiempo) o Filippo Marinetti, antiguo padre del futurismo, ahora que el futurismo es una reliquia del pasado. En el clan Visconti también habrá algunos fascinados, el tío Guidone, el primo Marcello... En 1969 reflejará la ruptura familiar provocada por el fascismo en el clan aristocrático de los Essenbeck, convertidos al nazismo en su película La caída de los Dioses. La separación definitiva de sus padres en 1923 creará en el joven Luchino un tema obsesivo en toda su carrera como cineasta, el de la disgregación de una familia que acelera su decadencia. ‘Los gérmenes de la crisis están en el interior,’ dirá Visconti en los años cincuenta. El protagonismo de la mujer o de la madre –salvo contadas excepciones- es recurrente, desde Ossessione, Bellissima, Senso, Il Gattopardo, Sandra, Las brujas, La caída de los dioses, Muerte en Venecia, Ludwig, El inocente. La mujer destructiva, la madre coraje, la joven rica que se casa con el aristócrata –paralelismo entre su madre y la Angelica Sedara de El Gatopardo,- las madres angustiantes de La caída de los dioses y Muerte en Venecia y la cómplice del crimen en El Inocente, -que Visconti no llegó a ver montada.

Visconti-inocenteUn buen día de 1928, Luchino decide dedicarse a la cría, doma y entrenamiento de caballos y se hace construir unas instalaciones modelo en Trenno. Inútil tratar de disuadirle, es obstinado, cuando quiere hacer algo lo hace y lo hace mejor que nadie. En 1929 compra su primer caballo de carreras, Esturgeon, que en su primera carrera en St. Moritz, contra toda expectativa, gana. Se dedica por entero al adiestramiento y preparación de los pura sangre. Más aún que las carreras ama la doma y el entrenamiento. En 1932 compra un caballo por cuatro cuartos, Sanzio. Nadie da una lira por él, tiene una morfología defectuosa, pero tras pocos meses de adiestramiento lo presenta al Grand Prix de Milán y Sanzio gana. ‘Con los pura sangre aprendí a hacer trabajar a los actores, someterlos a mi voluntad, hacerlos marchar a mi antojo, crearlos o recrearlos’. Años más tarde sus iras son temidas por sus actores y colaboradores, porque para sacar de ellos los registros que incluso desconocen, rindiéndoles a su voluntad, los doma como a caballos. Algunos reconocerán que los ha transformado en actores inimitables, otros se cansarán de él y le criticarán despiadadamente.

El año 1939, es el de la muerte de su madre, agotada por la tuberculosis y el año del comienzo de la guerra mundial. Años terribles de guerra, de cambios radicales en sus creencias, de entrada en el grupo antifascista de la revista Cinema, donde conoce entre otros a Mario Alicata y Pietro Ingrao, futuros jefes clandestinos del Partido Comunista romano. Ahí va a nacer la aventura de Ossessione, su primera película, la versión viscontiana de la novela de James Cain, El cartero siempre llama dos veces, que por fin puede rodarse en junio de 1942, tras pasar milagrosamente por las redes de la censura. En el rodaje asombra a todos los que pensaban que no era más que un aristócrata que se divertía haciendo cine, con una maestría sin fisuras, delante y detrás de la cámara, con los actores, -Massimo Girotti y Clara Calamai- ninguna incertidumbre en cuanto a los ángulos de las tomas, los movimientos de la cámara o la extensión de las secuencias y mucho menos con respecto al simbolismo cruel encarnado por una mujer destructiva, por una pareja sin esperanza, sin salida. En suma, Ossessione lleva ya la marca del estilo Visconti y es, con un adelanto de tres años la prionera del neorrealismo. Película de vida agitada, de prohibiciones, secuestros y cortes. Ossessione y Visconti se convierten en el símbolo de la rebelión y el antifascismo.

Entre el 25 de julio de 1943 y el 4 de junio de 1944, Visconti, con el nombre de guerra de Alfredo Guidi, vive su pasión para salvar vidas de la persecución fascista, italiana y alemana, con riesgo real de perder la suya. Su villa en Via Salaria se convierte en refugio de perseguidos, es arrestado y llevado a la terrible Pensión Jaccarino que dirige el psicópata Pietro Koch, donde tras doce días en los que presencia los mayores horrores imaginables, gracias a la intercesión de amigos es trasladado a una prisión-hospital donde le sorprende la llegada de los aliados y la noticia del desembarco de Normandía... Las tormentas de la guerra lo han transformado en un ‘Conde Rojo’, en una persona nueva, sin pasado...

De ahí surge el documental colectivo Días de Gloria, los días de gloria de la resistencia, de la tremenda historia de las Fosas Ardeatinas. Visconti dirige el episodio del proceso y linchamiento del director de la prisión Regina Coeli, Pietro Caruso y el del verdugo de la Pensión Jaccarino, Pietro Koch. Dirige de primera mano, fue testigo en el proceso de Koch.

Tres años más tarde, su tercera película de los años cuarenta, La terra trema, una denuncia al límite de la dureza de la vida en Aci Trezza, comarca de pescadores en Sicilia. Entonces no sabe que años más tarde completará su trilogía del sur con Rocco y sus hermanos y El Gatopardo. La terra trema se estrena en la Mostra de Venecia de 1948, y crea un monumental escándalo. Consecuencia, desastre comercial, porque las salas de cine no la incluyeron en sus programas durante dos años. Quizá fue una obra incomprendida, quizá avanzada a su tiempo y para Visconti el final del neorrealismo.

Visconti-muerte-venecia

Conocemos a Visconti mucho más como cineasta que como director teatral y sin embargo su actividad en los escenarios fue mucho mayor que en el cine. Empieza como escenógrafo amateur en 1936 con dos obras y una más en el 38. Despues de la guerra, solo en 1945 dirige un número importante de obras teatrales: Los padres terribles y La máquina de escribir de Jean Cocteau, Quinta Columna de Ernest Hemingway, Antígona de Jean Anouilh, .A puerta cerrada de Jean Paul Sartre, Adán de Marcel Achard, La vía del tabaco de John Kirkland. En 1946 se estrena como director musical con Las bodas de Fígaro de Beaumarchais, con Vittorio de Sicca como Fígaro. Siguen el Crimen y castigo de Gaston Baty y El zoo de Cristal de Tennesee Williams. Y así sin parar hasta 1973, con obras de Anouilh, Williams, Alfieri, Shakespeare, Miller, Fabbri, Goldoni, Chejov, Eurípides, Giacosa, Strindberg, Guerrieri, Ketty Frings, Gibson, Glickman y Stein, Testori, Ford, Gide, Goethe, Ginzburg, Pinter. En 1961 se estrena como director internacional con Lástima que sea una p...de John Ford, como estrellas los entonces novios de Europa, Romy Schneider y Alain Delon, que se estrena en el Teatro de Paris. Dirige óperas durante veinte años, de los cincuenta a los setenta. Va a ser el Pygmalion de María Callas con aquella Traviata histórica de 1955 en la Scala de Milán, conocida mundialmente como La Traviata del siglo. También la dirige en La Vestal, Ifigenia in Táuride, Anna Bolena y La Sonnambula.

Visconti-ludwig-bergerLuchino Visconti, maestro de maestros, tuvo una vida privilegiada, intensa y difícil. Fue un hombre de sentimientos profundos, implicaciones valientes y amores generosos y sinceros. Hubo una única mujer a la que quiso dar su apellido, una princesa austríaca, Irma Windisch-Graetz a la que conoció en 1934 en Kitzbühel. Irma tenía ese tipo de belleza que siempre seducirá a Visconti y que reencontrará en Maria Schell y Romy Schneider, ambas austríacas. En 1962, en el episodio El trabajo de Bocaccio 70, llamará Irma a la joven condesa alemana interpretada por Romy Schneider, casada con un rico conde milanés, que la abandona...¿La pareja que pudo haber sido y no fue? Nunca llegó a ser. Tuvo una larga relación con Coco Chanel, ella tres años menor que Donna Carla, la madre de Luchino. Ella estaba loca por él pero ¿y él? Su hermana Uberta dirá que solo eran amigos. Ella estaba muy fascinada por él y él admiraba su carácter fuerte de mujer que actúa y trabaja. En París conoce a Horst, un arquitecto alemán que trabaja con Le Corbusier y hace fotos para Vogue. No está claro quién seduce a quién, si está claro que Horst vive cómodamente su homosexualidad y Visconti no. Es comprensible, dada su historia familiar y los tiempos de fascismo. El fascismo no convive fácilmente con la homosexualidad. Tendrá que pasar tiempo para poder aceptar su tendencia sexual. Todavía muchos años después, cuando rueda Muerte en Venecia, el personaje Tadzio es el espejo de una infancia idílica. Para el Profesor Aschenbach tiene un doble sentido, el de la atracción sexual y el recuerdo nostálgico de una infancia feliz desde su desencanto presente. Con Helmut Berger compartió un gran amor correspondido, amor que por parte de Berger trascendió la muerte de Luchino.

Epitafio: Volcó el fuego de la pasión de su vida en su arte y su arte devolvió el fuego de la pasión a su vida.

Nunca caerá en el olvido.


Sigue la actualidad de Periodistas en Español en nuestro
Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla .
Indica nombre, apellidos, profesión y país.

Comentarios (0)Add Comment

Escribir comentario

busy