He estado siguiendo los eventos que han precedido, sucedido y seguido a la segunda investidura del Presidente Barack Obama, que comenzaron el sábado 19 de enero con la celebración del National Day of Service que, aunque es una celebración anual, en esta ocasión el Presidente pide a toda la población que participe en servicios sociales comunitarios en honor al Dr. Martin Luther King Jr. Dan ejemplo las parejas presidencial, vicepresidencial y miembros del gobierno que participan en servicios en la zona del D.C. (District of Columbia). Los niños y las familias militares son una prioridad de la Casa Blanca. Con el título ‘Our children. Our Future’, la Primera Dama Michelle Obama y la Segunda Dama Dr. Jill Biden abanderan iniciativas como Let’s Move! y Joining Forces. La tarde del sábado, las señoras Obama y Biden son las anfitrionas de un concierto con el mismo lema ‘Nuestros Hijos. Nuestro Futuro’, que se celebra en el Centro de Convenciones Walter E. Washington en honor al servicio y sacrificio del colectivo militar y dedicado a sus esposas e hijos.
Siempre el 20 de enero, independientemente del día de la semana en que caiga, tiene lugar constitucionalmente el Juramento Oficial de Investidura del Presidente en la Casa Blanca a cargo del Presidente del Tribunal Supremo. El Presidente rodeado de su familia, amigos y personal recita sobre la Biblia las treinta y cinco palabras del juramento presidencial escritas en la Constitución. El juramento del Vicepresidente tiene lugar en el Observatorio Naval.
Es el día más tranquilo y el más importante.
La ceremonia del lunes 21 de enero es la del ‘Juramento Ceremonial’, que se celebra frente a la fachada oeste del Capitolio. Es una ceremonia pública a la que asisten, esta vez, un millón más o menos de norteamericanos fieles a Obama o simplemente a esta clase de espectáculos. Y es todo un espectáculo. Esta vez el Presidente jura sobre dos biblias, una que perteneció al Presidente Lincoln y otra a Martin Luther King Jr. De nuevo las treinta y cinco palabras constitucionales. El Vicepresidente Biden también jura. A continuación lo que todos esperan. El Discurso de Investidura seguido de actuaciones musicales de primera fila.
Sigue el Almuerzo de Investidura, una tradición comenzada en 1897 por el Presidente McKinley y que tiene lugar en la actualidad en el National Statuary Hall, organizado por un Comité de Ceremonias de Investidura del Congreso, al que asisten unas doscientas personas. De la música durante el almuerzo se encarga la Escuela de Música Eastman de la Universidad de Rochester. Y al comienzo del almuerzo el presidente y Vicepresidente reciben regalos oficiales del Congreso en nombre del pueblo norteamericano.
Pero también en este lunes agotador se celebra un Desfile Inaugural en el que participan las cinco armas del ejército de los Estados Unidos, los cincuenta estados de la Unión y otros grupos representativos de lo mejor de los valores norteamericanos. El desfile lo encabezan el Presidente, el Vicepresidente y la tradicional escolta militar presidencial, desde el Capitolio, Avenidas de la Constitución y Pennsylvania, hasta el estrado presidencial. Desde ahí, el Presidente, Vicepresidente, familiares, amigos, e invitados pasan revista al resto del desfile.
Lo mejor del día, el Baile de Gala Inaugural, un baile más que especial, al que están invitados previo pago todos los norteamericanos hasta completar aforo en todos los salones del Walter E. Washington Convention Center. Los tickets públicos se compran on line. Dos semanas antes del evento estaban agotados. Peeero...Continuando con una tradición reciente, comenzada por el Presidente Bush en 2005, el Presidente Obama honra a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y sus familias con el ‘Baile del Comandante en Jefe’. Tickets por invitación, gratis. Durante esta Gala se otorga la Medalla de Honor, entre otros, a militares heridos en acción de servicio y a sus esposas. Tropas destinadas en cualquier parte del planeta pueden asistir virtualmente a la ceremonia.
Martes 22 de enero. El último evento de la investidura es una ceremonia religiosa de oración , en la Catedral Nacional de Washington, según tradición comenzada por el Presidente Washington en 1789 y retomada por el Presidente Roosevelt en 1933. A la ceremonia asisten además del Presidente, diversas autoridades y americanos relevantes para celebrar el poder de la fe mediante la oración. Siguen lecturas y actuaciones musicales. La asistencia es por invitación, es decir, hay que mostrar el ticket a la entrada. La catedral se llena.
Esos festejos que acabo de relatar un pelín demasiado exhaustivamente de los cuatro días de ceremonias de la segunda investidura del Presidente Obama, sencillamente, porque el título de esta crónica habla de la relatividad de las cosas, en un país con problemas, tan importantes como la amenaza de un abismo fiscal, que llevaría al abismo a buena parte del resto del mundo le hace único. Traten de extrapolar esos festejos a cualquier país de Europa incluída no ya España, donde tales festejos no llegarían hasta el final, sino al mismísimo Reino Unido, donde un par de veces por siglo tienen una ceremonia de Coronación impresionante, con gran relevancia de símbolos imperiales, pero no dura ni dos días. Los norteamericanos –creo- son los más conscientes de la importancia de los símbolos como parte fundamental del mantenimiento de los Estados Unidos como Gran Potencia Mundial, importantísima fachada ante el mundo. La presencia de la familia y amigos en todos los actos es el símbolo de los valores genuinamente norteamericanos. La familia, los hijos como futuro del país, las Fuerzas Armadas como mantenedoras de la imagen e intereses del país como primera potencia mundial. Mantienen sus símbolos frente a sus problemas de pobreza extrema, de millones de personas sin hogar ¡y sin censar!, carencia de servicios sociales, el problema de las armas y mal uso de las mismas...problemas de mala solución, pero incluso esas personas están orgullosas de ser norteamericanas.
Obviamente aquí todo eso nos trae al pairo no sé si para bien o para mal, aunque para bien no parece. Si hacemos un ejercicio de visualización y traslado de esas ceremonias, tal cual, a España, con o sin crisis, da igual, seguro que no llegamos al final de la visualización. Impensable. Hay que ver lo que en nombre del progreso hemos hecho con los valores y tradiciones, por no hablar de los símbolos. Hay dos anécdotas que definen el todo. El Secretario General R. Zapatero quedándose sentado al paso de la bandera norteamericana y el comentario de una periodista en una cadena de televisión: “Es que en Estados Unidos la bandera es muy importante”... No comment. Aquí hemos perdido el respeto a símbolos tan importantes como la Constitución. Tirios y troyanos hablan a diario de reformarla, cada uno a su gusto, porque a día de hoy el consenso es imposible. Habría que ver el bodrio resultante de una tal reforma. Alguien ha dicho que la crisis de España no es tanto una crisis económica como una crisis moral, de valores. Todas las historias de corrupción que nos indignan son consecuencia de esa crisis. ¿Se puede olvidar que hay más de trescientos cargos políticos de todos los colores imputados por distintas causas, aunque la mayoría no sean mediáticas?
La última vez que el Dalai Lama vino a Madrid, poco después del bombardeo y ocupación de Iraq, asistí a una conferencia pública que dió en un salón del Hotel Auditorium. En la nutridísima rueda de prensa posterior, un periodista le preguntó: ‘¿Qué piensa usted del Presidente Bush?’ Respuesta: ‘Que es un producto de la sociedad que hemos creado.’ Pues eso. Todo lo que pasa aquí, más bien para mal, es producto de la sociedad que hemos creado. No estoy haciendo un juicio de valor, no acostumbro. Estoy refiriéndome a hechos. ¡Qué gran oportunidad perdida!
No está mejor la Europa del Euro. El nombramiento de Jeroen Dijsselbloem como nuevo Presidente del Eurogrupo, es claramente un nombramiento a dedo desde Berlín, interesado por razones de todos conocidas, en situar en ese puesto clave a un nacional de su primer palmero. Vuelta a hablar de la relatividad de las cosas. Esta Holanda, hoy tan subordinada a Alemania, ayer una de sus mayores víctimas. ¿Alguien recuerda las cifras del genocidio holandés? Este señor cuyo apellido tendré que enterarme de como se pronuncia, ¿Daiselblum?, llevaba tres meses como Ministro de Finanzas. He intentado dar con su biografía, hasta en Wikipedia, en prensa digital. Ni flores. Tiene 46 años, tres años como ministro de finanzas y poco más. ¡No es serio! Eso sí, todos los medios reprochan a España que no se haya unido al rebaño. Ojo que no ha dicho no, se ha abstenido que es distinto. Pero, ¿cómo rayos va a estar España de acuerdo con su injustificada y vergonzosa falta de representación en Europa, siendo el segundo país en extensión territorial del Eurogrupo y que un país como Luxemburgo tenga ahora un representante en el BCE en sustitución de un español, con lo que sigue representada tras la marcha de Juncker? Envidio al Reino Unido, que conservó su fuerte moneda, mucho más fuerte que el euro, y ajena a sus vaivenes. A ver qué pasa en la eurozona si el Reino Unido se va, a más de cuatro ya les están temblando los dientes. ¿Todos en brazos de Alemania? ¡Qué inquietante porvenir! Hablando de la relatividad de las cosas...Esta última foto es la foto de la Europa de ahora mismo. ¿Cuál será la de mañana? Quién se olvida de su propia historia está condenado a repetirla...