Al joven que jugaba a la pelota que un buen día se convirtió en duque, yo le llamaba en su momento “el de las pelotas” pero siempre con todo el afecto irónico del mundo . Todo esto que empezó siendo un apelativo cariñoso, acabó por ser su modus vivendi. Tocarse las pelotas, vivir de pelotas o hacerlo por pelotas, ha sido lo que este hombre, padre de cuatro hijos, ha acabado por hacer al firmar en sus comunicados a la Casa Real que está empalmado con todo lujo de detalles. 


Supongo que cuando se roba a mano armada, se puede abusar de un título nobiliario aunque no te corresponda, se puede burlar uno del prójimo aunque ella, dé la casualidad que es Infanta de España y se puede educar a unos hijos haciéndoles ver que se vive de pelotas robando a través de un trabajo sucio. 

 

Siempre pensé que Doña Cristina se enamoró de uno que metía pelotas en una portería. Ayer tuvo que ver que con esfuerzo, valor y al toro, se consigue triunfar porque esos son los pilares de la vida. Personas humildes en su trabajo, unos que fueron compañeros de él en algún momento y muchos que compartieron vestuario, esfuerzo y tesón. Jugadores de la vida que son enormemente responsables y que supieron estar a la altura de las circunstancias. Ellos pudieron llevar en brazos a sus hijos porque tenían muchas cosas que enseñarles. Ahí estaba tu cuñado hijo mío, el que será si le dejan, Rey de España y que da también la casualidad que es el Príncipe de Asturias. El pobre ha tenido su momento “cuñao” como tenemos todos los mortales; uno porque iba en patinete con los pantalones a cuadros montando el circo como Ángel Cristo pero sin leones, y el otro porque reirse de España y decir, a río revuelto, ganancia de pescadores ha sido todo uno pero encima, reírse del respetable, querer más a pesar de tener todo y firmar que está empalmado haciéndo burla a su título le hace ser cuanto menos un majadero sin principios y lo que diría uno al leer todo esto sería un apelativo que te va ni al pelo, tonto, porque hay que ser tonto para robar teniéndolo todo.

 

El muy bobo ha dejado a su familia a la altura del betún, a sus hijos les ha enseñado a que papá es un chorizo y a su familia política le ha hecho la mejor de las burlas, el título me lo paso por las pelotas, que es lo único que sé tocar. 

 

El equipo español dejó el listón muy alto y Don Felipe, una vez más, supo lo que tenía que hacer por pelotas. Evitar al cuñado no fue empresa fácil como sonreír ante la atenta mirada de los espectadores que veían en él no al Príncipe de Asturias sino a un hombre que con 45 primaveras ya ha tenido que tragar los tiros del padre a un elefante con las faldas y a lo loco, los cuernos públicos de su madre, la crítica feroz a su mujer, las movidas de la hermana con el patinete y las historias del chorizo con su otra hermana a quien parece haber abducido con sus pelotas. Dejénlo tranquilo que al menos es aire fresco para España, aire nuevo para la monarquía y que yo sepa, cumple siempre bien con su exquisita educación y su saber estar, heredado y aprendido de su madre, que da la casualidad que es la suegra del empalmado; Reina de España, por si no me siguen. Creo que Carlos de Inglaterra que ya fue bastante marrano al decir que quería ser el tampax de la que ahora es su mujer, había llegado al listón de lo soez, pero no, siempre hay alguien que da más, y a río revuelto, ganancia de pescadores.

 

En fin, siempre ha habido mamarrachos en todas las familias, lo único que siendo Real, es más conveniente que se guarden las pelotas en algún cajón. Porque ya sabemos que vive de pelotas; lo que no sabíamos es que era un tonto de pelotas. Porque hay que ser tonto, además de grosero y mal educado. Pobre madre la tal Claire que sigue pensando que a su hijo le han engañado, ¿qué estará pensando cuando lea que está empalmado?


 

Ana De Luis Otero

Periodista

 

 

 

 

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