A principios de los noventa del siglo pasado, ¡ahí es nada!, Gabino Puche, entonces a pique de ser obligado a abandonar la política andaluza por su propio partido, el PP, dijo que antes de ser candidato al Congreso de los Diputados por la provincia de Jaén, en vez de al Parlamento de Andalucía, sería obispo de Cuenca.

No consta si Puche accedió alguna vez a la prelatura conquense, pero lo que sí es conocido es que, casi inmediatamente después de hacer tal afirmación categórica, concurrió a las elecciones generales de 1993 y que aún hoy conserva un escaño en el Congreso de los Diputados por la circunscripción de Jaén.

Es lo que pasa por echar órdagos, que hay ocasiones en la que te mueres con ellos convertidos en sambenito, que el descrédito de tan apabullante como demostradamente incierta afirmación te acompaña hasta la tumba.

Antes de ello había logrado obtener peores resultados que Antonio Hernández Mancha al frente de la candidatura de la derecha a la Presidencia de la Junta de Andalucía,  perder dos diputados de los logrados en 1986 y permitir a un recién llegado, desconocido y bastante distante entonces en el trato Manuel Chaves mejorar los resultados de su antecesor, José Rodríguez de la Borbolla.

José Antonio Griñán se ha presentado este fin de semana a la reelección como secretario general del PSOE de Andalucía. Durante su breve mandato (fue elegido el 12 de marzo de 2010),  los socialistas andaluces han perdido por primera vez unas elecciones municipales (mayo de 2011) y unas elecciones generales (noviembre de 2012).

Ya con su foto como marca, el PSOE andaluz ha sido derrotado por primera vez en unas elecciones autonómicas desde el principio, en 1982, dejándose en el camino nueve diputados y más de 600.000 votos respecto a 2008 y sólo un pacto con Izquierda Unida, cuyo costo está aún por determinar, le ha permitido mantenerse en la Presidencia de la Junta de Andalucía.

Para José Antonio Griñán, todo esto es únicamente “un toque de atención”.

El mismo día que hizo esa afirmación, Griñán dijo estar seguro de que no tenía críticos en su partido. Horas después, el congreso regional del PSOE de Andalucía lo reelegía como secretario general sin que le votasen más del 30 por ciento de sus delegados, ya que, sobre los 576 acreditados, a los 159 que introdujeron su papeleta en blanco hay que sumar otros 24 que ni tan siquiera fueron a echarla a la urna.

Por eso, en contra de ese pretendido liviano toque de atención y esa pretendida ausencia de crítica, quizás sí sea acertado el análisis del presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, para quien este castigo a Griñán, “es fruto del discurso brusco y desacertado” de éste.

 Si perder tres elecciones seguidas es un “toque de atención” y carecer del 30 por ciento del apoyo de los delegados en el congreso regional de su partido es no tener críticos, lo próximo será conocer de dónde quiere ser Griñán obispo.

Comentarios (0)Add Comment

Escribir comentario

busy