J'ignore si ce que j'aime en vous, c'est vous
Mes idées deviennent floues, je suis à bout
Pourquoi vous ?
Et ce vertige qui me prend tout à coup
Il me viendrait d'où ?
De moi ou de vous ?
Je me sens vraiment en dessous de tout
Je ne tiens plus bien debout,
Sans doute un coup de grisou.
Inutile de me mettre en joue, j'avoue,
Comme un arrière goût d'amour fou,
D'amour... (Pourquoi Vous ?)
Mercedes Arancibia
Después de Los Beatles y los Rolling Stones, otra figura emblemática de la música “de entonces” celebra sus primeros cincuenta años en la música. Françoise Hardy, quien hace medio siglo –melena al viento, enorme flequillo, ojos inmensos y un aspecto de fragilidad y fortaleza al mismo tiempo- irrumpía en el panorama melódico con Tous les garçons et les filles, todos los chicos y chicas que eran como ella y sus amigos y con los que se identificaba una generación de europeos de clase media que salía de la adolescencia bailando “agarrado” con ganas de comerse el mundo, y luego iba a ser la protagonista de mayo del 68 –cuando debajo de los adoquines no sólo estaba la playa, también la literatura y la música; cuando la filosofía bajó a las calles-, el estructuralismo de Althusser y los apocalípticos e integrados de Umberto Eco, el hombre unidimensional de Marcuse y las mitologías de Levi-Strauss, la sociología para todos, la nueva escuela libre y libertaria, los grandes festivales de amor, paz y música y los hippies californianos (entre otras cosas, porque también de algunas vanguardias pictóricas, revoluciones urbanísticas y, sobre todo, de la inclusión de la fotografía en la categoría de las bellas artes).
Ahora, cincuenta años después, con el mismo flequillo espeso en una melena muy corta y muy blanca, Françoise Hardy, la novia soñada por aquella misma generación (“…cuando nuestras novias se parecían a Françoise Hardy”, Román Reyes, profesor de Sociología, Universidad Complutense), innova: saca un álbum y también un libro, una novela, con idéntico título robado a Andrè Breton, el padre del surrealismo: L’amour fou (aunque la traducción literal es “el amor loco”, la expresión quiere decir más bien “locura de amor”).
Mientras las canciones son “el relato de la historia que he vivido durante toda mi vida y que ha inspirado la mayoría de mis textos”, la novela describe a “dos seres desemejantes, incapaces de separarse”. La autora no quiere esconder nada. El libro está inspirado en su vida amorosa, “concentrado de amores vividos y personajes masculinos amados”, en un relato donde el hombre se llama “X” y la mujer “Elle”; ambos son jóvenes, hermosos y viven encerrados en ese amor, fuera del mundo, solos en el mundo. “Nada que ver con l’amour fou de Breton que era una invitación a la felicidad a dos (Je vous souhaite d’être follement aimée, te deseo que te amen locamente)”. “En su primera novela –escriben en las páginas literarias de Le Nouvel Observateur-, publicada cuando se cumplen exactamente cincuenta años de su primer éxito en la canción, Françoise Hardy demuestra que su obsesión tiene siempre el mismo rostro: el de un hombre distante, tan impenetrable como una “puerta cerrada con candado. El personaje masculino tiene el perfil tipo de los hombres que me ha atraído durante toda mi vida”.
Comentando el álbum, un crítico ha escrito que hay en él “una melancolía sutil aunque mal acompañada. La voz es sincera pero suena fatigada”.
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