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Lunes, 1 de Abril de 2013

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Censura en Francia: excluida otra obra de Mounir Fatmi de una exposición de creatividad árabe

sleep-rushdieMercedes Arancibia

Y van dos. Por segunda vez en menos de un mes han retirado de una exposición en Francia una obra del artista contemporáneo marroquí Mounir Fatmi. La muestra de los “Veinticinco años de creatividad árabe”, inaugurada el martes 16 de octubre de 2012 en el Instituto del Mundo Arabe de París, “ha decidido no contar con él”, escribe Julie Chaudier en el informativo digital Yabiladi (Marruecos en un clic).

Si hace poco más de quince días eran los responsables de la exposición “La primavera de Septiembre”, de Toulouse, quienes le instaban a retirar la instalación Technologia, basada en unos versos coránicos que se proyectaban sobre unos círculos en la calzada, en pleno centro de la ciudad, que algunos visitantes consideraron blasfemos, ahora se trata del vídeo homenaje Sleep, inspirado en una célebre película minimalista de Andy Warhol, de 1963 y seis horas de duración, que mostraba el rostro del poeta John Giorno durmiendo y que Fatmi ha sustituido por el del escritor Salman Rushdie, amenazado de muerte desde hace más de veinte años por una fatua del ayatolá Jomeini, que el Instituto del Mundo Arabe ha considerado “demasiado sensible” para los musulmanes. Sin embargo, la obra figuraba en el programa de la exposición. Es “una manera de verle entre la vida y la muerte, dice el artista.

Lo que más me molesta, ha explicado Fatmi a la periodista Valérie Sasportas de Le Figaro, “es que esto me esté ocurriendo en Francia, y no en el Maghreb o en Arabia Saudí. Aquí hay una crisis de fe religiosa”. Y recuerda que hace años escapó de Marruecos para “poder expresarse” libremente. Mounir Fatmi, artista plástico y videoasta de 42 años, muy considerado en el mercado internacional del arte, vive ahora entre París, Los Angeles y Tanger.

“Teniendo en cuenta las amenazas que desde hace años pesan sobre la vida de Rusdhie, dice el artista, permanecer dormido es una forma de mostrarse vulnerable. Son imágenes sintetizadas a partir de fotos. Siempre me ha escandalizado el silencio de los intelectuales árabes sobre la suerte de Rushdie y su lucha por la libertad creativa. Por eso he imaginado el vídeo como un homenaje”.

En su página web, Mounir Fatmin explica que lleva desde 2005 con este proyecto entre manos. Sleep quiere sugerir la ambivalencia del abandono, tranquilo e intranquilo a la vez, y al mismo tiempo la fuerza y la confianza que inspiran el “sueño del justo”. También dice que ha intentado muchas veces contactar con el escritor británico de origen indio, sin conseguirlo.

La censura, para Mounir Fatmi, llueve sobre mojado. En 2006 recibió montones de cartas insultantes tras exponer en Venecia la obra Cubitos de hielo de agua bendita, elaborados con agua recogida en las pilas de diversas iglesias parisinas: “Era, dice, un experimento para mostrar los límites de lo sagrado. Cuando me sirvo de la Biblia, o del Corán, saco al libro de la sacralidad. Los religiosos creen que son los únicos que tienen derecho a abrir esos libros. Pero también tienen derecho los artistas, los historiadores, los científicos y los periodistas”. El mismo año, en Dubai, censuraban el montaje Las primaveras perdidas, a base de las banderas de los 22 países que integran la Liga Arabe montadas sobre palos de escobones: “No me sorprende cuando ocurre en países que apenas saben de democracia”.

“Me han obligado a ser mi propio censor”, ha declarado al canal internacional France 24, porque al final es el propio artista quien retira sus obras, a la vista de las reacciones y las insinuaciones, “lo que equivale a cortarse la lengua”. “El arte es un barómetro de lo que pasa en el mundo” y la pérdida de libertad artística, razona Charlotte Oberti, la periodista que le ha entrevistado, es un efecto de la crisis global actual. A ella, Fatmi le ha dicho, recordando a Victor Hugo, que “para que dios sea cómplice basta con que sea testigo”.

En 2009, de nuevo en Venecia, expuso en plena calle El gran perdón, un dibujo realizado en tiza con los rostros enfrentados de Juan Pablo II y el turco Alí Agça, que había intentado asesinarle. Los curiosos terminaron borrando el dibujo: “Me enteré de que había desaparecido leyendo Le Monde”.

 


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Última actualización el Jueves 18 de Octubre de 2012 17:14