Manuel López* (especial para P-ES).- La competencia a Canon y Nikon en el segmento de cámaras réflex digitales acaba de engrosar sus efectivos con un nuevo modelo que Pentax presenta como buque insignia, la K7, la novedad que más comentarios previos a su lanzamiento ha desatado en Internet.
Pentax, la pequeña de los "Big Five", las cinco grandes marcas de cámaras réflex en la época de las cámaras analógicas (Canon, Minolta, Nikon, Ollympus y Pentax), se enfrenta a un más que prometedor futuro tras la absorción de la compañía el pasado año por el gigante de la óptica Hoya.
La flamante K7 combina en sí lo mejor del pasado y el presente tecnológico.
Por una parte, tradición de la casa es la fabricación de cámaras manejables y sin embargo robustas. La legendaria K1000 fue el modelo de máquina fotográfica que usaban los instructores del FBI y la CIA para entrenar a las policías de América Latina. No importaba el impacto que la cámara pudiera sufrir: siempre seguía funcionando con normalidad.
De otro lado, el hecho de no estar tan presionados como los líderes Canon y Nikon a presentar sobre la marcha nuevos modelos de manera apresurada para mantener la posición en la carrera, deja margen a los competidores -Olympus y Pentax como fabricantes tradicionales y Panasonic y Sony como los nuevos actores en el territorio réflex- a llevar a cabo sus proyectos de desarrollo de nuevos productos con la ventaja de no sentir en el cogote el aliento de los perseguidores.
En el caso de Pentax, la sintonía entre ingenieros y diseñadores no puede ser más estrecha y positiva. La serie K se compone de cámaras realmente hechas en las manos del fotógrafo... que pretende hacer su trabajo con la mayor efectividad, léase también la mayor discreción, sin "epatar" con aparatos cuya enormidad de dimensiones tantas veces suele guardar proporción directa con el engorro de manejo.
En este sentido, de la K7 ya están empezando a conocerse los primeros comentarios de analistas y expertos en el sentido de que se trata de una cámara realmente con "ángel", incluso con "carisma". La modestia de que Hoya Corporation Pentax ha hecho gala en la tarde de hoy en la presentación mundial minimiza el poderío de prestaciones de una cámara que por más que el fabricante despeje la duda de que se trate de un modelo profesional, sin embargo su "ADN" dice otra cosa bien distinta.
Equipada con un sensor de 14,6 MP, el chasis está fabricado con una aleación de acero inoxidable sobre el que se asienta un cuerpo íntegramente producido en aleación de aluminio y magnesio. Las 77 juntas de estanqueidad especiales que sellan el cuerpo dan carta de naturaleza "todo terreno" de la K7. Por supuesto, graba vídeo en alta resolución de verdad -1280 x 720 píxeles-, dispara hasta 1/8000 de segundo, permite ajustar hasta 38 funciones personalizadas, dispone de visión en directo "Live View" que permite controlar la profundidad de campo.
La pantalla es de 7,2 cm de diagonal (3 pulgadas) y 920.000 puntos de imagen. Incorpora un sistema de detección y reconocimiento facial, así como un nivel que facilita la corrección automática de la línea del horizonte. Permite el cambio de archivo y la grabación de copyright, entre una larga lista de características y prestaciones. Mide 130,5 x 96,5 x 72,5 mm y pesa 670 gramos. "Única por sus prestaciones y tamaño compacto", señala Pentax España, todavía no tiene precio oficial, pero se comenta que se moverá en torno a los 1.000 euros.
*Manuel López es director de la revista FOTO


escrito por Henavi, septiembre 29, 2011

escrito por Henavi, septiembre 18, 2011