publicidad-adpv-rojo.png

Lunes, 18 de Marzo de 2013

Actualizado02:07:02

Navegas por Culturas Escritores Vargas Llosa: la obra periodística del Premio Nobel en tres nuevos volúmenes

Vargas Llosa: la obra periodística del Premio Nobel en tres nuevos volúmenes

Vargas-Llosa-periodista-50-a

Francisco R. Pastoriza*

En septiembre se cumplieron 50 años de la aparición en España de Círculo de Lectores, una editorial y un club de lectura que durante este medio siglo ha desarrollado una de las más importantes y eficaces labores de divulgación y difusión de la cultura escrita en nuestro país. Todos estos años Círculo de Lectores ha venido poniendo en manos de sus socios algunos de los más bellos libros de la historia editorial española, con un excelente nivel de calidad tanto en ficción como en ensayo.

Su colección de obras completas de grandes autores a cargo de los mejores especialistas, editada conjuntamente con Galaxia-Gutenberg, viene mereciendo el unánime elogio de lectores, críticos y libreros, tanto por la calidad de sus materiales como por el tratamiento editorial. Una nueva publicación de esta colección, dedicada a la obra completa de Mario Vargas Llosa, viene a conmemorar estos 50 años del Círculo en España. Se trata de tres volúmenes que recogen la producción periodística del Premio Nobel de Literatura 2010 y que son, al mismo tiempo, un homenaje al escritor peruano, puesto que fue en 1962 (es decir, hace también 50 años), cuando Vargas Llosa publicó su primer artículo en un periódico, el diario “Expresso” de Lima.

Hace muchos años que vengo leyendo los artículos que Vargas Llosa escribe para la prensa española, sobre todo desde que publica como colaborador en el diario El País y antes aún en ABC. Apenas conocía sus trabajos de periodista anteriores a los años 80, por lo que me ha resultado especialmente gratificante la lectura de los contenidos del primer volumen de esta recopilación periodística de sus obras completas, editadas bajo el título de “Piedra de toque”, un identificativo con el que viene firmando los artículos de los últimos años y que ya había utilizado en 1965. Pero aquí no se recogen sólo sus artículos. En sus años jóvenes, Vargas Llosa practicó también casi todos los géneros periodísticos, desde noticias y reportajes hasta crónicas y entrevistas, sobre todo en el campo del periodismo cultural. No sólo porque el periodismo era, como declaró en algún momento, la sombra de su vocación literaria, sino porque muchas de sus experiencias en este campo le sirvieron como documentos para sus relatos de ficción. Para Vargas Llosa, el periodismo (“la historia haciéndose”) fue el reverso y el complemento de su literatura.

Junto a sus escritos sobre la poliédrica actualidad de la sociedad de los años sesenta (guerras, política, ciencia, religión) predominan los dedicados al mundo de la cultura: el arte, los libros, el teatro, la música, el cine… siendo un testigo de excepción del descubrimiento por los europeos de los escritores del boom literario iberoamericano, que también cumple ahora 50 años. Se ocupa de los fenómenos sociales de la época, como los beatniks, ante quienes manifiesta su perplejidad y escepticismo, y otros de permanente actualidad, como la polémica sobre el erotismo y su relación con la censura, su defensa de la libertad de expresión, la guerra fría y el equilibrio nuclear… Destaca su intensa atención a la lejana actualidad política de Perú (Vargas Llosa vivía entonces en París), siempre en su pensamiento y en su pluma, y la dedicación de numerosos artículos a escritores compatriotas poco conocidos en Europa: Sebastián Salazar Bondy, Ciro Alegría, Enrique Congrains. Sorprende, para quien no conozca sus aficiones, la serie de sus escritos sobre el fútbol a raíz de la celebración del mundial en España en 1982. Y, a pesar de los años, estremece aún la lectura de sus trabajos sobre la investigación del asesinato por Sendero Luminoso de ocho periodistas en Perú en 1983.

Algunos de los rasgos más sobresalientes del escritor, aquellos que ha dejado reflejados en obras recientes, se evidencian desde estos primeros escritos. Su fascinación por Víctor Hugo ya se perfila en su artículo de 1964 “Los miserables”, novela sobre la que escribiría su ensayo La tentación de lo imposible. Los principios de La verdad de las mentiras se vislumbran en la lectura de “El arte de mentir”, de 1978, y en “Las mentiras verdaderas” (1981). Y los cimientos de La civilización del espectáculo están en “Libros y robots” (1978) y “El paraíso de los libros” (1991) entre otros.

La obra periodística de Vargas Llosa, sobre todo sus artículos de opinión, va marcando su itinerario ideológico a lo largo de estos cincuenta años, hasta el punto de constituirse en una auténtica autobiografía intelectual.

EL JOVEN AIRADO

Mario Vargas Llosa trabajaba en París para la radiotelevisión francesa cuando comenzó a escribir artículos para el diario “Expresso” de Lima (el primero de ellos dedicado al poeta César Vallejo). Era entonces un joven culto e inquieto, apasionado por la literatura (a la que dedicaba ya la mayor parte de su tiempo), de ideología izquierdista próxima al marxismo, y simpatizante con los procesos revolucionarios del Tercer Mundo. Su conocida defensa de la revolución cubana durante los primeros años de castrismo en la isla queda perfectamente reflejada en escritos como “En Cuba, país sitiado” o “Crónica de la revolución”. Su compromiso político derivaba sobre todo de las influyentes lecturas de las obras de Jean Paul Sartre y Albert Camus (véase “Entre Sartre y Camus”).

Las simpatías políticas, no obstante, comienzan pronto a resquebrajarse. En 1966 escribe en “Una insurrección permanente”: Los escritores que creemos en el socialismo y que nos consideramos amigos de la URSS debemos ser los primeros en protestar con las palabras más enérgicas, por el enjuiciamiento y la condena de Andrei Siniavski y Yuri Daniel, los primeros en decir sin rodeos nuestro estupor y nuestra cólera… Un caso similar en Cuba, el proceso al escritor Heberto Padilla, la desautorización a una de sus reseñas a “Historia de un deicidio” de Ángel Rama, los desacuerdos con la política de Fidel Castro (“Carta a Haydée Santamaría”, “Carta a Fidel Castro”), la invasión soviética de Checoslovaquia (“El socialismo y los tanques”), la denuncias de Solzhenitsin al estalinismo (“La censura en la URSS”, “Moscú: Notas a vuelo de pájaro”)… fueron alejándole poco a poco de los movimientos comunistas y del castrismo. No sólo alejándole, sino convirtiéndolo en uno de los críticos más feroces del sistema, como muestra en “El gigante y la Historia”, sobre las biografías que Peter Bourne y Tad Szulc dedicaron a Fidel Castro. Este camino viene marcado minuciosamente en los artículos que Vargas Llosa escribía mientras se producían en él los cambios ideológicos que le fueron acercando a las ideas de Karl Popper y Jean François Revel y al liberalismo en el que ahora milita.

(*) Profesor de la UCM.   Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla

TÖRLESS EN LIMA

F.R.P.

LIB-la-ciudad-y-los-perrosEn 1962, el mismo año que comenzó a escribir para el diario “Expresso” de Lima, Vargas Llosa ganaba el premio Narrativa Breve de Seix Barral con La ciudad y los perros, la novela que colocó su nombre en la primera línea de la literatura iberoamericana, en los inicios del boom. Se cumplen, por tanto, también, cincuenta años de esta obra, una efeméride que la Real Academia Española ha celebrado con una edición conmemorativa para la que se ha rescatado un conocido texto de José María Valverde (miembro del jurado que le concediera el premio) y añadido otros de Víctor García de la Concha, Darío Villanueva, Javier Cercas… Una excelente edición que incluye una amplia bibliografía, un diccionario de términos y un completo índice onomástico.

El crítico alemán Marcel Ranicki (Siete precursores. Galaxia Gutenberg) afirma que los relatos de educación militar conforman un género practicado con una cierta asiduidad en Europa entre los siglos XIX y XX. Entre los primeros cita Tribulaciones de un muchacho (1880), de Conrad Ferdinand Meyer, y Sangre noble de Ernst von Wildenbruch. En 1906 causó una gran sensación El despertar de la primavera, un drama de Wedekind muy representado entonces. La clase de educación física de Rilke, El amigo Hein de Emil Strauss, El ángel azul de Heinrich Mann, Mao de Friedrich Huch y Bajo la rueda de Hermann Hesse, prepararon el terreno a la gran primera novela de Robert Musil Las tribulaciones del estudiante Törless que, inspirado en el relato de Wildenbruch (al que Musil añadió sus propias experiencias), alentó no pocas obras de este género.

También en La ciudad y los perros se pueden apreciar algunas similitudes. Es fácil identificar al joven Törless con el protagonista de la novela de Vargas Llosa, Alberto Fernández. Los dos son adolescentes desorientados, de similares características físicas y sicológicas, ambos aficionados a escribir relatos. También se reconoce a Beineberg, condiscípulo de Törless, en el Jaguar, del mismo curso que Alberto. Ambos descargan sus peores instintos contra compañeros tímidos e indefensos (Basini en la novela de Musil y Ricardo Arana, el Esclavo, en la de Vargas Llosa) a quienes torturan y hacen sufrir sin clemencia. Hay también en ambas narraciones algunos personajes secundarios coincidentes, como las prostitutas Bozena en Las tribulaciones del estudiante Törless y la Pies Dorados en La ciudad y los perros. Y en ambas obras está muy presente la crítica a la institución militar, más pendiente de su propio prestigio que de airear las corrupciones internas y los errores de sus mandos. Y la condena a una sociedad cuyo objetivo es educar a los jóvenes para que sean sumisos a la autoridad. Por lo demás, tanto Musil como Vargas Llosa han trasladado a sus obras algunas de las experiencias autobiográficas que vivieron en colegios militares.

Leí por primera vez La ciudad y los perros hace más de treinta años. La novela había dejado en mi memoria algunos de los episodios de ficción evocados con más frecuencia y el recuerdo de la tensión que su lectura me produjo, similar a la de otras novelas de Vargas Llosa. Temía que una segunda lectura me causara una cierta decepción al cabo de los años y de las experiencias, pero acabo de leerla con las mismas sensaciones que experimenté entonces. Porque La ciudad y los perros es una de las narraciones más acabadas y más intensas de la literatura contemporánea en español. Los personajes que desfilan a lo largo de la novela, protagonistas y secundarios, retratan con realismo, a veces dramático, a unos personajes que viven en los límites de la tragedia y que sobreviven a ella superando los obstáculos que interpone la pobreza, la injusticia, la perversión y la violencia. A veces también con violencia y perversión. Hay en sus páginas ecos de Dickens, de Dostoievski, de Musil… pero las cotas de realismo que Vargas Llosa alcanza a reflejar en esta obra son auténticos mazazos en la conciencia de una sociedad y una época marcadas por la corrupción y el autoritarismo. El colegio militar Leoncio Prado es en La ciudad y los perros el microcosmos en el que se encarnan muchas de las miserias y los vicios del ser humano. Y alguna de sus virtudes.


Sigue la actualidad de Periodistas en Español en nuestro
Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla .
Indica nombre, apellidos, profesión y país.

Vargas Llosa: la obra periodística del Premio Nobel en tres nuevos volúmenes
Comentarios (0)Add Comment

Escribir comentario

busy

Última actualización el Lunes 12 de Noviembre de 2012 20:20