PES.- Cerca del 36% de los asesinatos que tuvieron lugar en todo el mundo en 2011 se cometieron en Africa. Costa de Marfil, Uganda, Zambia, Malawi y Etiopía encabezan la lista de un informe reciente de la agencia de Naciones Unidas contra el crimen y el tráfico de droga (ONUDC), publicado por la página Infosud.org.
En Sudáfrica, en 2011 se registró una media de 43 asesinatos diarios, que a pesar de la magnitud de la cifra representa la mitad de los cometidos en 1994, poco antes del final oficial del apartheid. En cuanto al elevado número de homicidios cometidos en Nigeria, según el informe “refleja la fuerte población del país, la más densa del continente”.
Un año más tarde, en los comienzos de 2013, Costa de Márfil es el país donde más se asesina del mundo, con un escalofriante índice de 56,9 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Por establecer comparaciones, eso significa multiplicar casi por cincuenta el número de casos de un país como Suiza. Solo Honduras y Salvador, en Lationamérica, ostentan un índice de asesinatos mayor. La media mundial se encuentra estancada en 6,9 por cada 100.000 habitantes.
El caso de Costa de Marfil, según el informe de la agencia de la ONU se explica en parte por la “crisis postelectoral de comienzos de 2011”, aunque no solo por eso. Este país del oeste africano ya había batido todos los records de asesinatos de 2010: el paro entre los jóvenes es también otra causa del problema, lo mismo que la tradicional instrumentalización de la violencia, desde hace décadas, por quienes ocupan el poder.
Entre las causas que propician los homicidios en muchos países africanos se encuentra también la aplicación de las distintas formas de justicia popular por tribunales locales, tribales, de clan, etc. En algunos lugares se mata a palos, o se quema vivos, a los supuestos ladrones, en plazas y mercados públicos. En octubre de 2012, se grabó y difundió por Internet el asesinato colectivo de cuatro estudiantes de Port Harcourt (Nigeria), sospechosos de haber robado un ordenador y un teléfono móvil. En agosto, Cynthia Osokogu, de 25 años, estudiante de comercio en Abuja (también Nigeria), se convirtió en un emblema nacional cuando unos supuestos estudiantes, en realidad peligrosos gánsters, con los que chateaba habitualmente, la desvalijaron y mataron en la habitación de hotel que ocupaba en Lagos.
La agencia de la ONU autora del informe establece una “relación innegable entre el crimen, la pobreza y el desigual reparto de la riqueza en el mundo”. Los países africanos que presentan menores índices de desarrollo humano (IDH) y mayor coeficiente de Gini (que mide el grado de desigualdad en el reparto de de las rentas en una sociedad), tienen un porcentaje de asesinatos dos veces superior a los otros. Por eso son tan numerosos los asesinatos en Zambia (38 por cada 100.000 habitantes), Uganda (36,3), Malawi (36) y Lesotho (35,2). Pese a que todos ellos son países en paz, no solo se encuentran entre los más pobres del mundo sino también entre los más afectados por la pandemia de SIDA y donde una policía, mal pagada y corrupta, dedica más tiempo a perseguir a la oposición que a detener a los criminales.
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