Víctor Claudín
La serpiente de verano más nutritiva jamás imaginada: todo un espectáculo gratificante para quienes los artistas y las gentes de la cultura son objeto de culto y mistificación, pero no personas reales que necesitan vivir de su trabajo y que pelean como jabatos para que nadie se aproveche comercialmente del rendimiento de su esfuerzo sin que ellos se vean compensados como corresponde.