Iain Keith*
Shell, una de las empresas más poderosas del planeta, está a tan solo unos días de poder perforar el Ártico en busca de petróleo, en una zona que sirve de hábitat a ballenas y osos polares. La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. tiene el poder de frenar el proyecto, pero nos toca a nosotros exigirles que lo detengan y que protejan el Ártico urgentemente.