El cese de Benedicto XVI, su renuncia, si se me permite emplear esta palabra por los puristas de la lengua castellana, trae a colación una situación muy curiosa anunciada hace ahora, más o menos, ochocientos años, y que en mi anterior blog comentaba que iba a tocar. Se trata de las denominadas Profecías de San Malaquías.
Un monje irlandés, Malaquías llevó a cabo en 1139 una serie de profecías sobre el número de Pontífices de la Iglesia que iban a existir en este mundo, y que algunos consideran que cuando ocupe la silla del Vaticano el último de ellos se acabará lo que existe y se hará realidad el toque de trompetas del Apocalipsis.
Pues bien, hay varios asuntos que tocar al respecto.
Efectivamente, Malaquías anunció la existencia de 113 Papas, y el cardenal Ratzinger, Benedicto XVI, como jefe de la Iglesia es el 112, por lo que tan sólo quedaría uno, el que debe aceptar la decisión del Cónclave que se reúna cuando el cese, renuncia, dimisión..., como quieran llamarlo, del alemán se haga efectiva el 28 de febrero.
Las predicciones de Malaquías, publicadas por otro monje en 1595, numeran los papas y a cada uno le pone un lema en latín que tiene algo que ver con su origen o con el desarrollo de su pontificado, a priori, o con la labor epistolar que ha realizado antes de llegar a Roma...
En el caso de Ratzinger, San Malaquías hablaba de "gloria olivae", y se relacionaba con los benedictinos, algo lógico con este Papa, y con la paz. Y es cierto que Benedicto XVI ha luchado por ella tanto dentro como fuera de la Iglesia y del Estado Vaticano.
Pero para el último, el lema es mucho más directo "Petrus Romanus". Se tratará por lo tanto de un romano, de un italiano? Sinceramente no lo creo. Me parece que si el último representante de Dios en la Tierra se tiene que llamar como el primero eso es que no puede ser otro candidato que uno procedente del tercer mundo. ¿podrá ser alguien que venga del mundo judío? Yo apostaría por ello.
Y ahora más pruebas, para que no sólo sea lo que dijo San Malaquías, y aunque me repita con lo escrito anteriormente en el blog...Si ustedes están en Roma o van a Roma, lleguen hasta la iglesia de San Pablo Extramuros. No es complicado hay una estación de metro a menos de cincuenta metros de uno de los edificios más interesantes y singulares de la Ciudad Eterna. Sinceramente debo reconocer que me gusta e impresiona más que San Pedro, aunque claro está que no se encuentra en el Vaticano.
Pues bien, alli en la nave principal van a poder ver rosetones en la pared con la efigie de todos los papas en su interior, uno por cada pontífice. Adivinen cuantos hay vacios. No les comento más.
¡Ah¡ y eso del fin del mundo...pues me parece que puede ser que se produzcan cambios profundos en todo. Cambios que ya se están produciendo en todas partes y que condicionan de una forma muy intensa la vida de la sociedad del siglo XXI. Así que lo normal es que desaparezca el mundo como lo conocemos, o que simplemente sea la propia Iglesia la que deba reinventarse. Tiempo al tiempo.
Y a modo de colofón les dejo las palabras escritas por el propio San Malaquías al final de sus profecías: interprételas cada uno como crea oportuno.
In prosecutione extrema S.R.E. sedebit. Petrus Romanus, quipascet oves in multis tribulationibus: quibus transactis civitas septicollis diruetur, Et Iudex tremendus iudicabit populum suum. Finis.
Que en castellano significa:Durante la última persecución de la Santa Iglesia Romana reinará. Pedro el Romano, quien apacentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruiday el tremendo Juez juzgará a su pueblo.
