Estoy sobre-cogido. No entiendo cómo se puede haber liado parda por un quítame allá esos sobres. Anoche casi no duermo. Pensar en el pobre Mariano, en el pobre Bocanegra, en el pobre don Luis –el Cabrón- , en la pobre patria, sometida y sometidos al furor de las lenguas viperinas del rojerío y las herencias recibidas.