publicidad-adpv-rojo.png

Miercoles, 14 de Noviembre de 2012

Actualizado01:11:33

Navegas por Opinión Boquitas radiadas Paisajes después de las batallas

Paisajes después de las batallas

Fontes-ignacioIgnacio Fontes 

[Circunstancias personales me han impedido acudir con puntualidad a la cita, al tiempo que ha acumulado asuntos: doy cuenta de ellos en dos entregas. Disculpen las molestias...]

Se los advierto, como dicen nuestros hermanos ultramarinos –qué bonito...–: es tal la velocidad de crucero con la que este país circula por la vida que todo lo que no es lo del día huele a naftalina. En la pantalla y en el reporter’s note book –o moleskine, para quien no sepa idiomas– se acumulan las trascendencias de cada día. La huelga se hunde en las arenas movedizas de las primarias de MadriZ; el informe anónimo, ¿o no?, contra el Instituto Nacional de Estadística se difumina con un panorama de desiertos remotos, montañas lejanas; la economía se funde en el informe terrorífico de la OCDE: esto no ha hecho más que empezar; lo peor queda por llegar o, en fin, el Barça no es lo que era pero el Madrid sí...

Así que de vez en cuando repetiré algo que me tranquiliza y me cura en salud: que yo haya leído/oído, claro, que los ojos/orejas son dos/dos y la mies mediática, infinita.

Empezons, que decía Tip, del acreditado dúo Tip&Coll.

Antes muerta que objetiva

El periodismo moderno tiene reglas modernas: Eulogio Martínez, editor-director de Hispanidad (hispanidad.com), un medio digital ultramontano, de los montes de la revolución pendiente, las tiene definidas ex cathedra: la objetividad periodística es una “cosa obsoleta”, un trasto viejo reliquia de los 60 y 70 del siglo pasado –de los progres, supongo que quería decir–. En consecuencia, el campo de juego también ha cambiado: no es la calle, donde suceden las cosas, sino los despachos, donde se decide el sesgo que hay que dar a los sucesos. De modo que nadie se engañe: quien busque la verdad, no siga al periodista moderno... (Para los interesados en cuando el pan era pan; el vino, vino; el jamón, jamón y el etcétera, eso, un anuncio con autobombo: servidor es una antigüedad).

Y en lo mucho oído y leído, apenas encuentro un titular objetivo sobre la huelga –cuántas barbaridades se dicen en tu nombre: huelga-juerga, huelga-trampa, huelga-pacto–. Me quedo y celebro el de Negocio: “La incidencia dispar convierte el 29-S en un festivo atípico” (M. García, 30/09), pues, en efecto, sólo ese dato objetivo, el descenso de un 16 ‘5% en el descenso del consumo eléctrico, permite evaluar la incidencia de la huelga: cuatro puntos por debajo de la que experimentó Aznar y catorce de la que vivió González –las otras dos memorables de la democracia–. Lo demás, victoria-derrota, éxito-fracaso..., lo del Rudyard Kipling de nuestra adolescencia (el que sucedía sin solución de continuidad al de nuestra infancia, la del Libro de la Selva): “Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota/ y a los dos impostores les tratas de igual forma” (If). Es decir, lo que también habrá que repetir a menudo: abstracciones, como la objetividad, de las que los seres humanos llamados lectores, oyentes, televidentes...., destinatarios de los medios esperamos, sencillamente, aproximaciones honestas: subjetividades honradas.

O sea, lo contrario de una barbaridad como la de GEES, un think tank del PP –o el thank you; a veces, me falla la lengua de Chispe, como llamaba el escolapio de mi preadolescencia al autor de: “...it is a tale/ told by an idiot, full of sound and fury,/ signifying nothing”: cita que nos viene al pelo–: acusar al sindicalismo madrileño de protagonizar “un proceso de batasunización”, no es honrado y de esa enormidad, menos predicar “la necesidad de reconducir a los sindicatos a un modelo verdaderamente democrático y moderno” (“Huelga general. Desactivar la bomba sindical”, GEES, Libertad Digital, 30/09)”. Ni el comentario de Hermann Tertsch en ABC, que no es que no sea honrado; es desaprensivo: “...los miembros liberados de la organización, compañeros Cándido Méndez y Juan Ignacio Fernández Toxo (...) no tienen más opciones que una retirada ignominiosa o una soga en la buhardilla” (Montecassino, “La mafia en la retina”, 30/09). Una frase propia del fiero villano en que, tras parecer que iba para periodista memorable, da la impresión de haber querido convertirse; un comentario propio de un liberado del apparatchik de una dictadura caribeña, o peor: centroeuropea –tiranía igual pero sin gracia ni samba–: a elegir (por él, no por nosotros, ustedes y yo).

Pero vayamos a lo moderno, que, además, viene de antiguo. Hace años, en pleno enfrentamiento de la UGT de Nicolás Redondo con Felipe González, sus colaboradores más cercanos se quejaban amargamente de que los sindicatos siguieran empeñados en ser organizaciones de clase en vez de ser “sindicatos modernos”, a la alemana, decían, o sea, de servicios. Entre unas y otras cosas, los sindicatos fueron integrándose –pues también hicieron casitas para afiliados, viajes y tareas y servicios propios de esa modernidad–. Y como íbamos de vacas gordas a vacas obesas, la negociación colectiva se ejercía sin conflictos y alto entendimiento entre agentes sociales y gobiernos; serenidad sólo quebrada de vez en vez cuando el gobierno de turno cedía a la ambición ciega de la gran patronal –la pequeña y mediana empresa son otra cosa– y pretendía establecer en el ámbito laboral reglas de juego eulogiales..., para entendernos. Sin embargo, si reflexionaran esa cegata jerarquía empresarial, y los medios que escriben a su dictado, se darían cuenta de que gracias a esa modernidad sindical la huelga general fue un relativo éxito/fracaso: si los sindicatos opusieran en la mesa de negociación contra el despido libre la copropiedad de los medios de producción y la autogestión obrera en la empresas, en vez del civilizado “pactismo” que ha contribuido a la riqueza y estabilidad económica (y política) de este país como pocas otras fuerzas, quizá no hubieran recolectado la desafección de las bases ni la prepotencia con que hoy se emplean la derecha y su gigantesca trama mediática.

Los mismos, los mismos que llevaban años pidiendo a lo sindicatos que hicieran una huelga general, ahora la lamentan, insultan a los sindicatos y ofrecen las claves de la modernidad sindical, que van desde el suicidio al expolio de la financiación pública, pasando por la desaparición del liberado sindical. Y llegan a una sorprendente conclusión: “La gran vencedora. La única ganadora del descafeinado 29-S fue Esperanza Aguirre”; “Madrid con Esperanza Aguirre”, etcétera. Serán la voz a ti debida... Y como los periodistas modernos son como los políticos de la misma quinta, creen que la práctica goebbelsiana de repetir una mentira confiando que la estupidez del destinatario la hará verdad. Los deudores de la lideresa repiten que machacó a los trabajadores del Metro de Madrid cuando en julio pasado se declararon en huelga contra los recortes salariales que pretendía, con alusiones frecuentes a la calidad thatcheriana de Aguirre. Es un aburrimiento, pero me limitaré a señalar como aperitivo de la verdad que nuestra Thatcher castiza pretendía reducir los sueldos un 5% (100 euros) y se tuvo que conformar con un 1% (20 euros) y ello a cambio de reducir los sueldos de los directivos entre un 8 y un 15%. Si eso es “machacar” a los huelguistas que venga Díez y lo vea y, de paso, que se lea la información de medio tan señalado contra Aguirre como es ABC: “Madrid. Acuerdo en Metro para poner fin a las huelgas”.

Subsección Putas Tristes e Hijos Alegres.- A propósito (?) del Nobel, lo que dice Lúís Máriá Ánson: “Zapatero, ‘puta triste de Castro’, Vargas Llosa dixit” (Al aire libre, El Imparcial, 08/10) y repiten otros menos leídos.

Lo que dixit Vargas Llosa (¡en 2004!): “No debemos permitir que la España democrática, moderna y europea que en tantos sentidos es un ejemplo para América Latina se convierta en la ‘puta triste’ de Fidel”. No sabemos si Ánson identifica al presidente del gobierno con España; el especiero fino ya lo aclarará. O no.

Para adornar el denuesto, Manuel Martín Ferrand acude en auxilio del vencedor y, à la mode de Petronio, dice: “No son muchos quienes han lucido esa capacidad de renuncia [optar a la presidencia de Perú (?)] y resultan todavía más escasos quienes en la cotidianidad y con la máxima sencillez, dan muestras de lo que los clásicos llamaban buena educación y es el compendio reverencial del respeto a los demás. Aunque nunca hubiera escrito una línea, a Vargas Llosa hay que subirle al pedestal de las admiraciones por su exquisita cortesía, algo que no es anacrónico, ni mucho menos, pero que nos resulta raro por infrecuente, porque la áspera zafiedad ha ocupado su sitio en los gestos de la convivencia” (“El ciudadano Vargas Llosa”, Ad libitum, ABC, 09/10).

Bueno, cada uno habla de la feria por cómo le va en ella y entiende la educación a su manera; de ahí, lo de LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE..., y lo que nos quede.

Varguitas robaba la expresión de la novela corta Memoria de mis putas tristes, de Gabriel García Márquez –su obsesión personal y literaria, que quizá se le cure con el Nobel, con quien mantuvo una discusión a puñetazos, pegó Vargas, en 1976, a cuenta de la mujer del peruano y a quien tildó de “cortesano de Fidel”–, para expresar su oposición a que España tratara de convencer a la UE de que la víctima principal del seguidismo del brutal bloqueo norteamericano a Cuba no se llama Fidel ni Raúl ni comunismo ni dictadura: el pueblo cubano. El peruano dice ser liberal, los liberales dicen estar alegres y el principio de la secta es: laissez faire, laissez passer: o sea, a los cubanos, que les den, que hubieran nacido en Miami.

Por lo demás, tras Conversación en la catedral –su obra maestra, para este lector–, Vargas Llosa se decantó por ser lo que la crítica anglosajona llama “a storyteller in the 19th-century mode, one who seeks to ‘abolish the distance between the story and the reader’”. Para eso, personalmente, prefiero a Galdós. Dicho lo cual, enhorabuena a todos los premiados.

Aunque no seré nunca compañero de viaje de los fatuos. Menos de un tipo que ensalza las ventajas de la mano de obra barata.

Si antes que buen periodista hay que ser buena persona, como dijo Kapuscinski –y otros antes que él: servidor, en el pliego de descargos cuando me echaron de Interviú–, con más razón si en vez de periodista se es novelista. Y si se es ambas cosas, por partida doble.

Subsección Es de Bien Nacido Ser Agradecido.- Como dice un amigo, Luis del Val, estamos en una edad en la que el halago nos viene muy bien. Muchos han sido los parabienes recibidos con motivo de este reestreno preferente de Boquitas Radiadas –ahora, en programa doble, con El Ojo Público– y desde aquí agradezco todos y cada uno de ellos. Y me hago un escapulario con el magnífico consejo de P.U.: “Qué bien que comas can a la fresca. A mí mi religión no me lo permite –¿será porque algunos canes tienen pedigrí de cerdo?-; pero tú dale y dale, ¡con tal que no te encarnices ni contraigas la rabia de algunos de esos bichejos…!”. Prometo intentarlo, querida P., y si me equivoco, juro que pediré perdón.

Ventanilla de Reclamaciones: Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla .

Paisajes después de las batallas
Comentarios (2)Add Comment
0
no se
escrito por aurora, abril 04, 2011
ignacio gracias por ser tu
Mercedes Arancibia
...
escrito por Mercedes Arancibia, octubre 11, 2010
Joé!, qué bueno es Ignacio Fontes, qué envidia le tengo. Propongo que, con su permiso y el de Kapuscinski (herederos de), esta publicación adopte como lema "Antes que ser buen periodista hay que ser buena persona", al modo en que los periódicos de hace un siglo llevaban debajo de la cabecera alguna ocurrencia del fundador. Antes de decirlo he echado una ojeada a mi alrededor y he concluido que todos los que conozco de esta página cumplen con la condición (y que me digan si eso lo piden para el título, pero esta es otra historia). Venga, escribir apoyando. Si el editor no está de acuerdo, entonces propongo que lo incluyamos en nuestros escritos.

Escribir comentario

busy

Última actualización el Domingo 10 de Octubre de 2010 20:42