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Sábado, 19 de Enero de 2013

Actualizado07:25:03

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Opiniones de Payasos

Fontes-ignacioIgnacio Fontes

[No os quejéis de la extensión; más largo es El Capital y, ¿quién no se lo ha leído?]

Nota Previa del Avisador.- No es traidor el que avisa, como decía el maestro Vázquez Montalbán (en Por Favor, creo). Antes de servir esta Cena de los idiotas, con Pérez Reverte sentadito en una de sus cabeceras, una reflexión: ¿son conscientes éstos –partidos, políticos, sindicatos, rancia jerarquía eclesiástica, patronales voraces, periodistas lenguareces...– de las semillas de violencia incontrolable que están sembrando? Un día subirán dos céntimos el precio del pan –es una metáfora– y el tinglado arderá por los cuatro costados ante el asombro general: ¿por dos céntimos? No, por hartura excesiva e insoportable.

Aunque, al paso, pienso y me consuelo: qué tranquilidad de país en el que en la extensa nómina de impresentables que lo oprimen no figura el ejército, que es, hoy y ahora, otro compañero de viaje.

Lamentémoslo y celebrémoslo con una memorable versión de The Blower's Daughter de Damien Rice [v. Mercedes Arancibia, “Ricardo, mon amour, pide un deseo”].

Los brasileños Ana Carolina y Seu Jorge desgarran la balada del irlandés. Ármense de caipirinha y orejas y a disfrutar:

É isso aí - Ana Carolina y Seu Jorge

*

Y ahora... ¡A comerrr!

El Tonto Número 2.- Arturo Pérez Reverte, para el estadillo del Parnaso, es tan gilipollas que en ese concurso nacional non-stop de gilipollas casposos que lleva varios siglos de tenaz desarrollo, ocupa el segundo lugar. Trataré de demostrarlo.

Arturo Pérez Gutiérrez de soltera, llevaba molestándome muchas lunas por eso que Rafael Reig denomina con demoledora ironía, “las viriles y vociferantes columnas de Pérez-Reverte”, entre los “placeres que provocan vergüenza ajena” (“El placer y sus peros”, ABCD, suplemento de artes y letras de ABC, 10/09). De modo que cuando, con motivo de la salida del gobierno el otoño pasado del ministro Miguel Ángel Moratinos –que les guste o no a él y a la derechona pasará a la historia de las relaciones exteriores de España como uno de los grandes inquilinos del palacio de Santa Cruz–, lo insultó en Twitter con las maneras de matón que le son propias, me dije: “Hasta aquí llegó la riada”. Pero coincidió esos días con lo que debía de ser el cierre de una convocatoria del certamen non stop al que me refiero, porque había codazos para salir en la pasarela: Francisco Camps, la Aguirre y sus Antonio Beteta y José Ignacio Echeverría, los gemelos separados al nacer Francisco Javier León de la Riva, el fachisoletano alcalde de Valladolid, y Antonio Burgos, calumnista del ABC, Justino Sinova, el José Manuel Vargas también del ABC... (v. “Chifladores y babosos”, 24 de octubre de 2010,): decenas, de forma que hube de aparcarlo. Además, como los twitteros se sintieron agredidos by proxy –como la “vergüenza ajena” pero en violencia–, crearon el hastag etiquetado #perezrevertefacts, donde el facts (hechos) se utiliza para burlarse del personaje público que ha hecho méritos, ridiculizándolo mediante un espejo deformante que revela al ojomeneado su verdadera estatura moral. Ahí le dieron lo suyo: “Pérez Reverte creó a Chuck Norris, después creó el Universo. Por último creó a Dios, sólo para poder cagarse en él”, “Cuando Fraga se bañó en Palomares, Pérez Reverte ya se paseaba en bolas por Hiroshima”, “Pérez Reverte no llora, eyacula por los ojos”, “Pérez Reverte se debería llamar 6 pesetas, porque se pasa de duro”..., por lo que, sabiendo que el criminal siempre vuelve a la escena del crimen –no por detective sino por lector de novela negra–, me dije: “Brother, la próxima vez que te metas con un pequeño –es decir, con quien por educación y posición no puede bajar al barro–, te las verás conmigo”.

Pérez Reverte, en adelante Pérez, se metió en su O.K. Corral el pasado verano, cuando, anunciada la renuncia de Rodríguez Zapatero a la reelección y anunciada la fecha de la convocatoria electoral, creyó llegado el momento no sólo de pasar al presidente del gobierno por la máquina del picadillo sino reivindicar por sí y por sus compañeros y por él primero ser un adelantado en el insulto y menosprecio a quien nos ha gobernado a lo largo de casi ocho años –unas veces con acierto y otras con torpeza, pero siempre con honradez y buena fe: ya lo leerán ustedes en el futuro– (Arturo Pérez Reverte, “Sobre imbéciles y malvados”, Patente de corso, XLSemanal, suplemento dominical de los diarios de Vocento [ABC, cómo no, entre ellos: ¿dónde iba a insultar mejor Pérez?], 22/08).

Pero no se engañen, a mí no me engaña: ahora, al ufanarse de ser un adelantado y de ocupar el escalón más alto en el podio de la soplapollez facha de este país, ya sabemos que es, sencillamente, parte de su muestrario de méritos concursales. “Facha de este país”, que no es de derechas ni de izquierdas –aunque abunda más en las primeras– sino ese espíritu español de “borrachos de sombra negra y pedantones al paño (...) Mala gente que camina y va apestando la tierra” que retrató don Antonio Machado.

Véase, como si sería una autopsia (de un forense vasco o riojano, pues), lo que dice Pérez en su artículo –con mis comentarios en bastardilla, que es lo que corresponde–, dejando para el final la solución del caso: ¿por qué es tan gilipollas que ocupa el segundo lugar en el concurso..., etc? Y no, no es por lo del afortunado chiste (Era tan gilipollas, tan gilipollas que quedó el segundo un concurso de gilipollas; ¿por qué? Por gilipollas). No es eso, no es eso, que dijeron Ortega und Gasset, al unísono, en parecida tesitura.

*

Como el matachín que se apresta a degollar al animal, Pérez desgrana en cantos de sirena la grandeza del que va a sacrificar mientras afila sus cuchillos en el asperón: “Agradezco muchos de sus esfuerzos. Casi todas las intenciones y algunos logros me hicieron creer que algo sacaríamos en limpio. Pienso en la ampliación de los derechos sociales, el freno a la mafia conservadora y trincona en materia de educación escolar, los esfuerzos por dignificar el papel social de la mujer y su defensa frente a la violencia machista, la reivindicación de los derechos de los homosexuales o el reconocimiento de la memoria debida a las víctimas de la Guerra Civil. Incluso su campaña para acabar con el terrorismo vasco, señor presidente, merece más elogios de los que dejan oír las protestas de la derecha radical”.

Qué majo, qué limpio y bien peinado jifero que, antes de hundir su cuchillo cachicuerno en la yugular, disculpa a la víctima: pero la culpa no es tuya sino de las malas compañías: “(...) buena parte del trabajo a realizar (...) lo [sic, será “la”: ahora veremos por qué soy puntilloso] puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás. Eso, cuando no en sinvergüenzas (...) corte de esbirros, cobardes y analfabetos”.

De esa numerosa tropa “de ambos sexos” aherrojada de adjetivos como mojás de matarife, nuestro héroe sólo cita dos nombres en todo el artículo: Bibiana [Aido] y Leire [Pajín], casualmente, a las que pluraliza y cosifica: “sus Bibianas y sus Leires”, no se sabe si como némesis (que para eso son dos) de los bienes que merecía ZP, como dos de las tres parcas o como doble resumen de los infinitos insultos que merecen al parecer todos y cada uno de los ministros que han formado parte de todos y cada uno de los gobiernos de Zapatero. Lo que sí sabemos es que no obedece a complejos machistas, pues ya lo dejó claro en un airado y patético twit a quienes se lo achacaban cuando su varonil repaso a Moratinos: “Respecto a mi lado machista, quien desee ahondar en él puede leer La reina del Sur. Está en bolsillo. Barato”. No la he leído, no está en mi bolsillo, de manera que no sé si en lo hondo reside un machista acobardado o un feminista matasiete, pero, vamos, le doy el beneficio de la duda: no es machista. Como tampoco cabe duda, porque lo ha escrito él, que de la caterva de ministros insultados, pisoteados, despreciados, maldecidos “de ambos sexos”, el no-machista Pérez sólo habla de “sus Bibianas y sus Leires”, con un posesivo más que suspechoso. Barato, barato.

“Pero no sólo eso, señor presidente”, sigue el destripador –lo anterior era vaciar las entrañas–, ya un tanto sudoroso, despeinado, desplanchado, con “las manos tintas en sangre” –decía Salgari en otra reina, La reina de los caribes, y en otro reino, El rey de la pradera, y no se me ha olvidado–; prepara la muestra para abrir boca, para echarla a la olla borboteante y a la parrilla incandescente: “El paso de imbécil a malvado lo dio usted en otros aspectos que en su partido conocen de sobra, aunque hasta hace poco silbaran mirando a otro lado. Sin el menor respeto por la verdad ni la lealtad, usted mintió y traicionó a todos. Empecinado en sus errores, terco en ignorar la realidad, trituró a los críticos y a los sensatos, destrozando un partido imprescindible para España”.

Mientras la degustan, para disimular: es mi carácter, insulta también un poquito a la derechona: “Y ahora, cuando se va usted a hacer puñetas, deja un Estado desmantelado, indigente, y tal vez en manos de la derecha conservadora para un par de legislaturas. Con monseñor Rouco y la España negra de mantilla, peineta y agua bendita, que tanto nos había costado meter a empujones en el convento, retirando las bolitas de naftalina, radiante, mientras se frota las manos”.

Ve a los lejos los gestos de satisfacción y aprobación y, armado de puntilla, fileteador y media luna, entra en faena el destazador del cadáver humeante: “Ojalá la peña se lo recuerde durante el resto de su vida [eso de que ‘deja un Estado desmantelado, indigente, y tal vez en manos de la derecha conservadora para un par de legislaturas’], si tiene los santos huevos de entrar en un bar a tomar ese café que, estoy seguro, sigue sin tener ni puta idea de lo que vale [¿Lo sabrá este listo? Yo, desde luego, no lo sé]. Usted, señor presidente, ha convertido la mentira en deber patriótico [¿?], comprado a los sindicatos [Lo mismo que el gobierno anterior y el anterior e igual que hará el siguiente y el siguiente, pero si llamamos ‘comprar’ a las subvenciones, que se pongan en fila desde la Iglesia católica a la RAE], sobornando con claudicaciones infames al nacionalismo más desvergonzado [Lo que realmente sí es una vergüenza es que un tipo que se supone instruido, aunque vaya usted a saber pero con acceso a los púlpitos, repita como verdad revelada lo que no es más que descerebrado tópico tabernario: lo que ha hecho Zapatero es cumplir lo ordenado por la ley, pero 32 años después y no del todo, pues ha dejado incumplimientos para que pueda seguir regateando el que venga. A ver, tonto’l’haba –que dicen en su tierra y la mía–, léeme en “Los media de los idiotas” (“Porque, vamos a ver, lo pactado por ZP con el PNV, ¿qué es sino el cumplimiento con retraso de la ley? Peor aún: el incumplimiento de una ley orgánica: el Estatuto de Gernika, que fue aprobada en referéndum nada menos que el 25 de octubre de 1979, es decir, hace 32 años”), 25/10/2010], envilecido la Justicia [Si se refiere a su ‘politización’, otro celebrado tópico tabernario, léase el indino “Este país no merece este PP”, 20/05/2011], penalizado como delito el uso correcto de la lengua española [¿Lo dice por ese “lo buena parte del trabajo” que he señalado antes...?], envenenado la convivencia al utilizar, a falta de ideología propia, viejos rencores históricos como factor de coherencia interna y propaganda pública [Esto es, en fin, en lo que se transforma lo que, según sus palabras, era “reconocimiento de la memoria debida a las víctimas de la Guerra Civil” al poco de acodarse uno en la taberna y confiar en que el vino hará inteligente el parloteo] (...)”.

El resto, insultos, insultos y más insultos: patético, indigente cultural, incompetente, traidor, embustero, payaso, “la vergüenza del telediario”.... Ya de tablajero, ajeno al romanticismo del sacrificio, sólo atento al beneficio, le reprocha que “Ni inglés ha sido capaz de aprender, maldita sea su estampa, en estos siete años”. ¿Maldita sea su estampa? Se queda corto el matón de esquina, está perdiendo facultades: maldita, escupida, orinada y defecada sea su efigie, pues, que yo sepa, tampoco ha aprendido el mah jong (chino tradicional: 麻將; chino simplificado: 麻将), el I ching (chino tradicional: 易經; chino simplificado: 易经; en hànyǔ pīnyīn: yì jīng) ni el punto de cruz (en chino madlileño: punto de cluz); ni siquiera ha aprendido a dar un pas à deux comm’il faut. Y todo por dedicarse a gobernar...

Vamos terminando con la edificante lectura: “Hasta sus más conspicuos sicarios a sueldo o por la cara, esos golfos oportunistas –gentuza vomitada por la política que ejerce ahora de tertuliana o periodista sin haberse duchado– que babeaban haciéndole succiones entusiastas, dicen si te he visto no me acuerdo mientras acuden, como suelen, en auxilio del vencedor, sea quien sea [Nombres, nombres, valentón, que con estas generalizaciones huecas, propias del discurso y razonamiento tabernarios, no llegas ni a Valentín]. Esto de hoy también toca esa tecla, aunque ningún lector habitual lo tomará por lanzada a moro muerto. Si me permite cierta chulería retrospectiva, señor presidente, lo mío es de mucho antes. Ya le llamé imbécil en esta misma página el 23 de diciembre de 2007, en un artículo que terminaba: ‘Más miedo me da un imbécil que un malvado’”.

Con lo que terminaba el artículo era con el sobado topicazo del malo y el tonto –para Pérez, que es muy macho; imbécil; tonto le parece de nenazas– y se ponía una gilipollez por peineta: “Pero tampoco hacía falta ser profeta, oiga. Bastaba con observarle la sonrisa, sabiendo que, con dedicación y ejercicio, un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados. Precisamente por imbécil”. Profeta, no; lo que hacía falta era ser mofeta. Y es la maloliente gilipollez del adorno la que le ha privado ser Miss Gilipollas de la Temporada y tener que conformarse con ser la Primera Señorita de Compañía, que, oye, tampoco está tan mal.

Porque en eso de insultar a Rodríguez Zapatero, Pérez también es un segundón. Y no por gilipollas, como dice el afortunado chiste, sino porque hubo otros, fachas con carné, que como no esperaban poder sacar nada de él comenzaron a insultarlo el mismo 14-M-2004, en la Noche del Gran Revolcón al Cid CampeaDós, el microlíder Aznar, en la efigie de su digitalizado, Rajoy para el siglo y conocido como, entre otras denominaciones, como El Cid Sesteador.

*

Pérez comenzó trabajando en el diario Pueblo, que era el vespertino madrileño del sindicato vertical que dirigía Emilio Romero, y allí inició su trayectoria como corresponsal de guerra. Como ya apuntaba maneras viriles, los compañeros lo llamaban Arturí-turí-turí y cuentan que a un policía más que conocido que le confió que acababa de matar a un delincuente en un atraco le sugirió que tallara una muesca en las cachas de su pistola... Son hablillas de periodistas. Lo que ya son hechos probados –en primera instancia y por la Audiencia Provincial de Madrid, aunque imagino que cabrá recurso– es que fue tan..., ¿cómo llamamos a uno que es capaz tanto de aprender inglés en siete años como de plagiar una obra ajena en siete semanas (y media)? Califique el lector, por favor, que ya me voy cansando de devolver sus epítetos (adecuadamente multiplicados por diez, tabla de cambios de la casa).

¿Tan gilipollas?, vale: para que un productor ful (eso no se hace, nene), Antonio Cardenal, le diera el guión de Gitana, película escrita por Antonio González Vigil, y le dijera: “Haz el guión de Gitano” y Arturí diría: “Pero es de otro...”. Y el del puro: “Tócale el culo, que es sorda”, entre risotadas, carajillos y gargajos: el orgullo de ser español. Y luego, descubierto el pastel, tener que sufrir la vergüenza ajena de oírlo decir en plan teresiana pillada con las bragas en los tobillos: “Se me ocurrió hacía veinte años” o “Es grotesco y ridículo pensar que necesite copiar a alguien a quien no conozco y que, por lo visto, nadie conoce”, como si en su caso, a su altura, lo serio (antónimo de grotesco y ridículo, que son sinónimos) fuera plagiar a quien conociera todo el mundo, a Dalton Trumbo, pongo por caso (v. Octavio Colis, “Arturo Pérez Reverte: de copias, robos, falsificaciones y plagios”, 22/05). No quiso llegar a un acuerdo amistoso con la víctima, a pesar de que González Vigil estaba tan solo en el mundo que no lo conocía nadie, situación sombría que bien merecía echarle una mano; nada, ni siquiera un arreglo ventajista –una indemnización y un reconocimiento de, por ejemplo, su colaboración en el guión–, de la que nadie hubiera sabido nada, porque ya hemos quedado en que el cineasta plagiado es un ser anónimo, invisible, una sombra a la que nadie conoce y a nadie hubiera podido contar esa victoria moral. Por soberbia, se emperró en obtener su certificado judicial de plagiario, además de pagar 80.000 euros al plagiado y las costas del juicio –que serán más si se aperrea, como parece, en convalidar el título en el Supremo– y estar en boca pública como ejemplo palmario, en lo suyo, de las lacras de la sociedad española que achaca a todos aquellos a los que crucifica en sus columnas dominicales. Hay que ser bobazo.

Acaso la única verdad es que, verdaderamente, no necesitaba plagiar a un desconocido (plagiar a un conocido es de idiotas: como Lucía Etxebarria, la del Prozac, que plagió poemas a Antonio Colinas).

Es tan español don Arturí que no se da cuenta...; no, claro que sí se da cuenta –cuando lo de Moratinos, ¿no dijo “Si lo llego a saber, le insulto antes”?–, pero desprecia que al injuriar desabridamente al presidente del gobierno se sientan ultrajados todos los españoles –como gustan de decir hasta el abuso los Rajoy, Pons, Trillo, las Hermanas Sisters Cospedal y Santamaría, Rouco... (Y si ellos no se sienten insultados, que se vayan a Rusia)– y, directamente, los once millones que lo votaron. Y Pérez no pretenderá ser el único español con muy mala leche...

Otra duda que no tengo: si Luis Carandell siguiera vivo y animando la tertulia de la Taberna del Alabardero, en Madrid, Pérez hubiera sido un conspicuo aspirante al título de Tonto Contemporáneo...

Quod erat demonstrandum.

*

Envío.- Cada uno es amigo de quien quiere –también de quien puede, mas lo primero es querer–, faltaría más, pero tipos como este Pérez –¡ay, los pérezes!– no son de los que dejo habitar ni siquiera mi cuarto de los trastos. Me recuerda el talante cobardón de aquéllos indigentes morales que, en los años 80, cubrieron de babas injuriosas la memoria de don Julián Marías; su hijo Javier, ese prodigio de la literatura contemporánea –por cierto, víctima de plagio por otro casposo, Juan Manuel de Prada, también del ABC–, gastó un poco de talento en ponerlos en su sitio, en la picota pública, y, por lo que puedo recordar, callarlos para la eternidad –siempre pequeña, siempre limitada, como debe ser–.

Touché –soy muy baudelaireiano para los sentimientos–, lo felicité. Educadamente, me agradeció que lo compartiera.

*

Hablemos Ahora del Número 1.- ¿Se ha fijado el lector atento en esa frase de Pérez de intención destructora ad hominem: “Bastaba con observarle la sonrisa, sabiendo que, con dedicación y ejercicio, un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados”? Si no, fíjense, que ahora viene lo bueno. Pues por esas cosas que tiene la Providencia –escribir torcido en renglones derechos, que para eso es omnipotente: para hacer lo que se le pase por donde te dije–, veremos cómo las vidas paralelas no sólo se juntan en el infinito sino que éste no estaba tan lejos como nos temíamos; también, cómo ellos se crían y Ella los junta y, quizás, otros apasionantes enigmas de la metafísica recreativa.

Entre los muchos reproches que, incluso con buenos modales, cabe hacerle a este presidente del Gobierno –que, de no haber tenido materia más urgente con que ilustrarme y entretenerme, ya se los hubiera hecho desde aquí–, hay un asunto que no le perdono. Pues con su talante y su educación, con no pararles los pies a los deslenguados, Zapatero también ha contribuido al desarrollo y fortalecimiento de esta sociedad avinagrada, hosca, insultadora, peleona que inauguró Aznar, el tipo de las asesorías de oro, y que sus herederos digitales han cultivado con mimo y ánimo de emular al Lucecitas de FAES, apagada la de El Pardo.

Cuenta Arturo González-Campos (copresentador con Sergio Fernández El Monaguillo de La parroquia del Monaguillo, el magnífico programa de humor de las madrugadas de Onda Cero, 27/10): “A un señor de mi barrio que salía siempre en chanclas lo llamábamos Chanclón van Damme”. Pues eso, nuestros frikys han salido chanclones: han tomado el país por una interminable barra que va de Finisterre a Cabo de Palos, de Doñana a l’Empordá, de Tarifa a Pasaia Donibane... Y lo han puesto todo perdidito de colillas (es al aire libre), valvas de mejillones, sobrecitos de azúcar, palillos masticados, esputos, tacos y bravuconadas: un asco.

Y no se trata sólo de fanfarrones de taberna, de blogueros sinvergüenzas y ni siquiera de periodistas a tanto la línea o incluso de medios enteros, como el ABC, donde raro es el día que no publican una veintena de crudos insultos, sino de señores hechos y derechos, que se supone que si no recibieron educación han podido, con la pasta que amasan, comprarla: como, un ejemplo, el premionobeldeeconomía del PP, ese Cristóbal Montoro, a quien como todo insulto ya se le hacía corto comparó a Zapatero con el sanguinario dictador dominicano Leónidas Trujillo, para lo que hay que ser un ignorante además de un animal (declaraciones a Esther Esteban, en El Mundo, reseña en El Plural, 12/10/2010).

Aquí, cualquier quídam abre un blog “y el más tonto le dice a la vicepresidenta Salgado cómo se sale de la crisis o insulta sin vergüenza, especialmente si la víctima es socialista, sobre todo si son el presidente del Gobierno y sus ministros y mejor de los jamases (Juan Malumbres dixit) si es mujer” (otra autocita, que hoy lo regalamos: “Decíamos ayer...”, Boquitas radiadas,, 29/10)... Muchos; buscando en Google la fecha de uno de los primeros insultos de Rajoy a ZP me topo con que los repite el blog de un tal Jesús Salamanca, Análisis de la actualidad en clave liberal, un tipo que decía que se iba a presentar a senador por el partido Unión Regionalista de Castilla y León. Mientras las urnas le decían “¡Amos anda!”, el prenda éste se iba entrenando en los modales de otros liberales ya con escaño. Una muestra del ingenio del menda sinvergüenza: “¡¡Cómo trabaja la di-putada [sic] sociata, Leire Pajín!!” (Posted on Octubre 20, 2010), vomita bajo una foto de la insultada bostezando (lo que, para una persona normal, significa todo lo contrario: poco sueño, demasiado trabajo; sea Pajín, sea Cospedal). Gentuza como este Salamanca –quod natura non dat...– debería tener prohibido el acceso a la Red y pagar sus excesos barriendo las calles; recogiendo cacas de perro, se me ocurre. Pero, son tantos y de todos los colores en este país insultador, avasallante, prepotente que hay más que perros y, además, si se les prohibiera el uso de Internet la Red volvería a los subniveles de los años 90 del pasado siglo: a la prehistoria... Si John Locke levantara la cabeza, se quedaba solo limpiando a cintarazos el templo del liberalismo hasta dejarlo niquelao, limpio de tanto skin disfrazado.

Tengo para mí –como dicen los tenedores para sí (sin que sepamos, hasta el momento, qué dicen las cucharas)– que el presidente Zapatero tuvo en sus manos las posibilidades de que todo esto no hubiera sucedido. Si cuando Rajoy lo insultó por primera vez en el Congreso de los Diputados, le hubiera propinado el revolcón al que se hizo acreedor, no habría la barra libre que hay hoy para la ofensa.

Y atención, que ahora llega la feliz coincidencia, quizá el comienzo de un idilio legendario, entre el insultador Pérez y el insultador Rajoy.

Creo recordar que fue en el mismo pleno de investidura de 2004; en todo caso, en uno de los primeros debates, pues Rajoy aún translucía su rabia por la pérdida del poder –si es que hoy, ocho años después, se le ha curado– y le espetó aquello de “su sonrisa bobalicona, señor Zapatero”. Éste debería haberle contestado como merecía –lo he repetido tanto, si yo fuera presidente, que me lo sé de memoria–: “Señor Rajoy, miro al hemiciclo y no veo más ‘bobalicona’ que Su Señoría, de modo que hasta que no se disculpe públicamente por su insulto, le ignoraré; como si no estuviera usted en la Cámara. Sí me dirigiré, claro está, a los diputados de su grupo, representantes de diez millones de españoles”.

Sin embargo, ZP calló y tragó; prefirió continuar con la actitud personal que había observado durante sus cuatro años de oposición como secretario general del PSOE y conservaría, lo que es admirable, en sus siguientes ocho años de gobierno, como si fuera inmune a los ataques personales e incluso familiares. Lo que él denomina “buen talante” y los otros despreciaban como “buenismo propio de un Bambi”. Ocho años después, un infirme –como llamó Unamuno a Millán Astray– vuelve a insultar al presidente Zapatero a cuenta de su sonrisa...

Sólo una vez –que yo recuerde, también tengo que dedicar tiempo a comer pipas–, Zapatero le reprochó a Rajoy su lengua de deslenguado. Fue en el debate en el Congreso de los Diputados tras el acuerdo con Bruselas, diciembre de 2005. Con esa elegante oratoria castelariana que Diez le ha dado (tras adquirirla en un chino), Rajoy tachó al presidente de “bobo solemne”: “Me ha insultado usted”, le dijo ZP, “más de cuarenta veces en este debate. El insulto no le hace más inteligente a usted, sino más maleducado”. Rajoy no se excusó –“Son incapaces de ponerse colorados”, decía el añorado José G. Cano–, procedió con la misma atenta diligencia que gastan los mojones de la carretera. Ese día paró, pero fue para coger impulso.

Pero, ¿qué quieren? Unos somos más calientes que el pico de una plancha y nos llevan los demonios en cuanto nos provocan y otros son más fríos que la picha de un pato –por seguir con la jerga juvenil (de mi quinta, claro)– y se entretienen en contar las veces que el otro se cisca –como dice, finamente, el lenguaraz Pérez, a quien cagar le debe de parecer, con razón, una de esas palabras que contaminan la escritura– en su p*** [puta] madre para después, pasarle la cuenta: han sido tantas p.m., a tanto la tirada, son tantas las pasadas que ha perpetrado usted.

A mí me encocora, por penúltima vez, la educación y el talante de Rodríguez Zapatero, quien, en la última de las comparecencias ante la Cámara Alta que instituyó para responder a las preguntas de los senadores, oyó al portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, decirle el gran respeto personal que siempre le había tenido (13/09). A mí, ese García Escudero mentiroso, mistificador, insultador, a quien nunca se le ha oído decir nada aprovechable para la sociedad sino denuestos partidarios, me recordaba hablando de respeto a los sicarios de El Padrino (1, 2, 3, 4, los que vengan...); en cambio, ZP lo escuchó con una sonrisa beatífica en los labios y le devolvió los requiebros como si fueran verdades, en vez de rendir un servicio a la sociedad señalándole su zafiedad, que le ha hecho prescindible para el sistema democrático.

Y digo por penúltima vez, pues en la última de las comparecencias de Zapatero ante la Cámara Alta todavía habrá que escuchar necedades similares de Rajoy, además de su deseo sincero, como repite últimamente, de llegar ahora a grandes pactos con la oposición para una España que blablablá...

Les da miedo el monstruo ofensivo, maleducado, destructivo, separador que han creado. Y que anda por ahí hecho un mocetón.

*

Ya sabemos, pues, quién ocupa la cabecera opuesta en la mesa de cenar.

Para desengrasar, un poco de gráfica, como llamaban antes, muy antes, los periodistas a las fotos, que no sólo de palabrería vive el lector. A propósito del calificador de sonrisas, dos instantáneas de deslumbradoras sonrisas suyas de fecha reciente. Ya se ve que son otra cosa y que si dice lo de “bobalicona” es porque puede. Y sabe.

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Estrella Digital, s/f, 11/07 y Foto de Jesús Spínola en ABC, 06/07.

*

Además, lo de la sonrisa no es la única concordancia entre ambos dos, pues son pioneros en la reivindicación de su mismidad, señal de que son lectores de Xabier Zubiri como, sin duda y al contrario que Zapatero y sus ministros, son. Y si uno, don Caspacaída para sus lectores, sacaba pecho por ser el primero que insultó en letra impresa al presidente Rodríguez Zapatero, que ya sabemos que sólo alcanzó el segundo puesto, y así como se empeñó en obtener de los tribunales el título de plagiario, el otro, don CampeaDós para los suyos, es el único español que conozco –aunque, ¿quién sabe?, me faltan tantos en la agenda...– que no descansó hasta obtener un certificado judicial de su naturaleza de “mariposón”. Recordarán que, enunciada la hipótesis por el largón Alfonso Guerra, Rajoy se empeñó en que fueran los tribunales los que extendieran certificado de autenticidad sobre el asunto, lo que éstos, casi siempre atentos a cumplir con su deber de tutela judicial, procedieron sin más demora que la que ha hecho mundialmente famosa a la burocracia española.

Pero ahora resulta, hombres veleidosos, mariposones, que por lo que sea, lo que persiguió con tanto ahínco no le parece apropiado para el disfraz actual de pre-presidente que se anda confeccionando –no será en la Sastrería Gürtell, espero–. Lo dice en un suplemento dominical –no sé cuál, no los frecuento; imagino que será el de Vocento, pero no me extrañaría (desde el fatídico 18 de julio, Día Español del Golpe) que fuera el de El País–. Oigo la referencia por la radio, donde una tertuliana, cuyo nombre se me escapó y cuya voz no reconocí, dice que “en Pontevedra, Rajoy tenía fama de mujeriego” (A vivir que son dos días-Verano, Cadena Ser, 28/08), aunque parece que él dice en esa hagiografía que llegó al matrimonio “casi virgen” –¿la puntita nada más?–. La confesión de parte, aun en el caso de que proceda de un mentiroso compulsivo, tiene más valor, judicial al menos, que el testimonio ajeno, aunque sea de periodista tan fiable e impecable como seguro que es la periodista que hablaba. De modo que, ante la contradicción –y descartando que sea una cuestión de pudor, pues exige vergüenza previa–, me pregunto si no le pasará a Rajoy lo que a muchos otros grandes conquistadores –a mí mismo, sin ir más lejos ni más hondo–: que se trata de un mujeriego-Ceac o un mujeriego-Afha, es decir, un amador por correspondencia, lo que explicaría, laus Deo, su doble condición de mariposón (DRAE: “Hombre inconstante en amores, o que galantea a diversas mujeres”) con lo de llegar al altar sólo con la puntita contaminada de pecado...

Siento haberme perdido el nombre de la periodista, que no sé si será de Pontevedra pero que parecía mandar mucha tropa informante en la dulce Galicia, para preguntarle a ver si sabe quién es la señora o señorita, que ignoro estado y ser, metida en políticas y que apodan La Trotona, no sé si por su paso desahogado, por su espíritu correveidile o por su afición, que también desconozco, a las carreras de esos ridículos carritos tirados por caballos humillados.

Pero, en fin, por mí como si Rajoy se la machaca (¡huy lo que ha dicho!), solo o en compañía de otros: el Pérez, de momento; si sigue hasta el final y llega a gobernar, seguro que encontrará otros partenaires. Yo lo que quiero es que Rajoy nos pague de una p*** [puta] vez la explicación que nos debe desde mayo de 2009, hace dos años y medio: ¿qué hacía de lobo de mar en pantuflas en el yate de unos narcotraficantes gallegos?

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Sección Fija: Rajoy nos Debe una Explicación y (Antes o Después) nos la Va a Tener que Pagar.- Si hubiera una fotografía de ZP (actualicemos la web: Rubalcaba) en un muelle mirando la silueta de un yate de narcotraficantes, no habría día que los boyantes y diligentes periódicos digitales y de papel (escasamente higiénico) de este país no nos la restregaran. Y el PP habría llamado a comparecer en el Congreso hasta al grumete del buque-escuela Juan Sebastián Elcano.

Por el contrario, va para seis meses desde que se publicó una foto de Rajoy a bordo del atunero Moropa, propiedad del clan de narcotraficantes gallegos Os Caneos de Cambados (cuyo jefe, Daniel Baúlo Carballo, considerado por la policía como “el traficante más importante a nivel nacional”, cumple 17 años y medio de cárcel: habrá que estar atentos a los indultos) y la única reacción que se conoce es la llamada amenazante del modelo retratado a Jacinto Rey, propietario de la constructora San José y del Xornal de Galicia, que publicó la foto exclusiva (El 8 abril de 2011, Rajoy “se negó a explicar en una rueda de prensa convocada en el Parlament de Catalunya por qué visitó un barco propiedad de un clan de narcotraficantes gallegos en la precampaña de las elecciones europeas de 2009”, publico.es, 08/04). Tras esa llamada, el director del periódico, José Luis Gómez, fue relevado por un fulminante “mutuo acuerdo”.

Recordemos foto y hechos:

BR12-Rajoy-NarcosLa foto de Xornal de Galicia; Rajoy, de lobo de mar dominguero.

Los hechos: los contó Rosa María Artal en su magnífico blog El Periscopio (“Cesa el periodista que descubrió a Rajoy en el barco de un narcotraficante”, 03/04), donde concluía: “Es decir, Rajoy se sube al barco de conocidos narcotraficantes como prueba la fotografía. Y no pasa nada, no tiene repercusiones. Salvo para el periodista que decidió publicarla y que, casualmente, firma un ‘mutuo acuerdo’ de despido inmediatamente después de la exclusiva. Ya no vivimos tiempos de tapar lo que no conviene que se sepa”.

Contó que Galicia Confidencial publicó que Mariano Rajoy “montó en cólera” tras la publicación de la exclusiva y llamó al propietario del Xornal de Galicia (y, no se olvide, de la constructora San José): “Según fuentes consultadas, Rajoy sugirió que presidirá el Gobierno en breve, lo que significa tener el poder para continuar adjudicando, o no, las obras públicas a las principales empresas españolas, entre ellas, por supuesto, la constructora San José” ( 01/04).

Perdón, se me olvidaba que hubo otra explicación: ante la fotografía con el salvavidas rotulado Moropa –lo que eliminaba el resto de la flota universal–, el PP gallego –ese Feijoo, ese Feijoo– confirmó la singladura de Rajoy. Gallardía y transparencia para excusar la presencia del marinerito –la próxima vez, que le avisen para que pueda ponerse una gorrita de almirante (también del chino)–; fue, dijeron, “un acto ‘improvisado’, sin saber a quién pertenecía” el barco. Cuento chino de la parte gallega de Sichuan (四川, en chino hànyǔ pīnyīn). Improvisado, ¿por quién?, ¿tampoco se sabe si el que lo organizó era colega del clan narco o tampoco lo sabía y pensó: qué bien, un paseíto en yate con Rajoy? Y, por esas mismas, ¿no habrá peligro de que en la inminente campaña para las generales lo metan –sin saberlo él, claro– en un prostíbulo sadomasoquista, en una reunión de moteros machos de cuero y cadena o en una misa negra porque parece de difuntos? Criatura mía, animalico...

¿Alguna tontería más? Sí, una: Rajoy: nos debe una explicación y nos la va a pagar. Cuanto antes, mejor, así dejaremos de dar la lata a mis lectores con la estúpida sección fija con la que quedó inaugurado su pantano. Que hoy amenizamos con un atractivo hilo musical: Una explicación, interpretada por la mexicana... ¡Banda Astilleros!

una explicacion-banda astilleros (video official) [sic, en YouTube]

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Así Está el País, así Está la RAE.- Supongo que saben que el sujeto Pérez tiene asiento en la RAE, la Real Academia Española, donde, como se sabe, se juntan churras con merinas, que para eso es una institución liberal y, en vez de números, usa letras para designar las poltronas. Renuncio a los chistes fáciles con las letras de los sillones, me he ido poniendo de malhumor escribiendo de tanta basurilla. Baste decir que hay para todos, como dice el lema de esta casa: cojan número y pónganse en la cola.

Así está el país, así está la RAE, donde también ocupa dormilona con letra Antonio Mingote, un señor que hace chistes en el ABC –desde el que incensaba a Franco al que inciensa a Rajoy, siempre un amo, insultando entremedias desde la oposición antifranquista a la democracia, la Constitución y ahora a Zapatero–, y a quien otros dibujantes sin más asiento que su duro taburete alto de tablero llaman “maestro”.

El chiste de don Mingote en el ABC del 26 de agosto me dio tal asco que ni lo recorté para, como suelo, escanearlo como ilustración de mis lectores; si quiere publicidad, pensé, con estas pensaderas que Diez me dio: “Si quiere propaganda, que se compre unas vallas de publicidad exterior de ésas, y si no le gusta Red, que compre las de Blue...”. Pero, para que tenga sentido la enmienda a la totalidad que va a continuación, les explico: una caricatura hiriente –a conciencia, que no concienzudamente: era bastante tosca– de un Manuel Chaves, quien, como saben las personas decentes, tras una vida de servicio público a este país, se planteaba no volver a concurrir en las próximas elecciones. Pues bien, el desahogado Mingote lo presentaba reflexionando si presentarse ahora pero por otro partido, el PP, “haciendo las cosas como Dios manda”.

A ver, ¿cómo cree don Mingo que manda Dios (a quien, por cierto, según sus parámetros, no debería nombrar en vano, menos en estúpido)? ¿Cree que Dios manda mentir de manera sistemática y compulsiva?, ¿robar a manos llenas?, ¿emponzoñar la convivencia y fomentar el enfrentamiento?, ¿incrementar las diferencias sociales y discriminar en educación, sanidad, etcétera, a los más desprotegidos en favor de los acomodados?, ¿hacer la vista gorda ante las lacras sociales, del recurso del aborto en el extranjero a la pederastia eclesiástica [el Vaticano es el único estado europeo que establece en 12 años la edad del menor para mantener relaciones sexuales consentidas con un adulto...; en España, trece, que también tiene delito]?, ¿apoyar guerras como la de Irak e intentos de exterminio como el del pueblo palestino?...

Si eso es lo que manda su Dios, comprenderá perfectamente, y con él la jerarquía rouquiana, que cada vez seamos más los españoles que recurrimos a Diez.

Además, Mingote, sepa usted que el señor Chaves ha decidido volver a presentarse al examen democrático de la ciudadanía, pero no por el PP sino, requerido por su partido, de nuevo en las listas del PSOE como es natural y no para hacer “las cosas como Dios manda” sino como las establece la Constitución Española de 1978.

En fin, pongamos, en compensación, humor del bueno, el de José Luis Molleda:

BR12-Molleda

José Luis Molleda para Madrid Sindical y Periodistas en Español.

Por cierto, la vigésima segunda edición del DRAE, el diccionario de la RAE, no admite la acepción del adjetivo “casposo” que les cuadra a estos académicos como traje de la Gürtell a Camps. Sería un preclaro servicio de ambos a la institución y al lenguaje que promovieran su inclusión en la nueva edición que se prepara.

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Un Artículo Imperdible.- Mucho de todo esto, pero mejor dicho, más lucidamente, con mayor capacidad de análisis, más inteligente, más ecuánime (menos apasionado) y objetivo y si no mejor escrito –hasta ahí podíamos llegar–, sí más clarito y más cortito, lo decía Antonio Garrigues Walker en una Tercera de ABC: “Los tiempos actuales” (19/09), uno de los mejores y más útiles artículos, si no el number one, sobre la situación española e internacional que he leído desde que empezó este lío que llamamos Crisis, que nos habita y amenaza con desestructurarnos social e incluso personalmente.

Por desgracia, como ahora los diarios de papel –higiénicos o no (pecunia non olet: el dinero no huele)– andan engolfados en enriquecerse prohibiendo a través de las plataformas Orbyt y Kiosko el acceso digital gratuito, no puedo facilitarles un enlace para que disfruten del deslumbrante –y para mí, reconozco mis prejuicios, también sorprendente– sentido común del señor Garrigues Walker. Por desgracia añadida, dichas llamadas “plataformas de gestión” lo son a la española, es decir, burdas y con ánimo de abuso, y no permiten, como las anglosajonas, comprar la pieza que interese y que le den al resto. Aquí, los de El Mundo y El País, respectivos impulsores de dichas plataformas, parecen creer que el negocio a la española consiste en una modalidad de comercio dispuesta por la Providencia para resolver en exclusiva los problemas económicos de los diarios (y revistas): como si fueras a tu frutería a comprar un kilo de limones –recomiendo su consumo, incluso compulsivo– y te dijera el frutero: vale, pero tienes que comprarme lo que yo te ponga del resto de frutas y verduras que tengo y, además, comprometerte a hacer lo mismo todos los días durante un determinado periodo de tiempo.

De manera que el lector tiene un abanico de posibilidades: someterse a esas imposiciones, buscar en papeleras, ropavejeros o casas de amigos un ejemplar del ABC de ese día –o comprarlo en la sede del periódico– o esperar a que, en dos semanas, haya sido digitalizado en la sección Hemeroteca de la edición digital de ABC, cuyo acceso es gratuito, al contrario que en los diarios anglosajones. Hagan lo que quieran, pero no se pierdan el artículo de Antonio Garrigues Walker.

Sabedor de los obstáculos, tuve la precaución de apuntar en mi bloc de notas –que, esteta como soy, es una pequeña lámina de marfil del siglo XIX que utilizaba mi bisabuela valenciana y en la que se escribe a lápiz– el iluminador párrafo que dedica a Prensa y periodistas: “Y todo ello [la crispación de la sociedad] con la colaboración esencial y decisiva de unos medios de comunicación que en algún momento tendrán que reflexionar ex novo sobre los principios deontológicos de su actividad y la necesidad de sacudirse los pesado yugos que limitan gravemente su independencia ideológica y la propia libertad de sus periodistas”.

¡Cómo echa uno de menos para este país una derecha a la que se votaba sin taparse la nariz como, la de la UCD dinamitada por la derechona o la que trataron de crear personas como el propio Garrigues Walker (Partido Demócrata Liberal, 1982) y Roca Junyent (Partido Reformista Democrático, 1984)! Una derecha europea y verdaderamente liberal –Garrigues ha apoyado la reforma de la ley del aborto y la constitucionalidad de la reforma del Estatuto catalán (Otra cosa ha sido el coste, del que hablaremos otro día)–, no esa caricatura de ultraliberalismo feroz y reaccionario que se arroga una de las alas más extremistas del PP.

Bueno, que no se lo pierdan.

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¡Ay, qué Risa la Justicia!.- Pero, para caricatura, el auto del juez Pedreira que exculpa del caso Gürtel al tesorero del PP Bárcenas, al concejal del PP Galeote y al diputado del PP Merino, que no por esperado causa menos risa. Este juez ya exculpó a la esposa de Bárcenas y ahora hace referencia a esa exculpación como una de las causas por las que no cabe acusar al marido cuando la señora ya no está inculpada... De presunto chorizo a presunto exculpado, Pedreira de por medio, un testimonio le ha servido al juez para explicar el vodevil de los dos cuadros que decía Bárcenas que iba a comprar con una morterada en metálico y que si patatín y que si patatán. Resulta que un individuo llamado Rosendo Naseiro ha declarado al tal juez que todo es verdad porque él fue el intermediario de la patraña –no se han podido encontrar a los supuestos e inexistentes marchantes que vendían los cuadros ni tampoco a los inexistentes familiares con inexistente herencia en inexistente conflicto que exigían la inexistente compra en existentes billetes de curso legal–.

¿Y quién es este Naseiro cuyo testimonio le ha parecido a Pedreira el evangelio? Pues ni más ni menos que otro que fue presunto chorizo al ser pillado con el carrito del helado de la financiación ilegal del PP en Valencia –¿dónde iba a ser?– y que el Tribunal Supremo lo convirtió en presunto exculpado –junto a otros dos expresuntos chorizos del PP, Palop y Sanchís, por la siguiente y exótica razón: la autorización del juez Luis Manglano para intervenir los teléfonos del trío bencinesco era para investigar un caso de tráfico de drogas –Palop redondeaba su sueldo en el PP ejerciendo de pequeño camello para su círculo de amistades y conocimientos–, con lo que las pruebas obtenidas sobre el pudridero valenciano del PP de Zaplana eran inválidas.

Era a finales de los 80 y principios de los 90 y escribí un artículo felicitándome por la funambulesca argumentación del Supremo. Por esos días había visto un telefilme norteamericano en el que una jueza abroncaba a dos maderos por haber obtenido el arma de un crimen en un registro ilegal, con lo que se habían cargado la prueba de cargo. Y aunque no era exactamente el caso, me felicité de los escrúpulos legalistas del Supremo, aunque me preguntaba si ese grotesco razonamiento sería igualmente válido si, en vez de descubrir que los tres corruptos de la cúpula del PP –el Naseiro era gerente nacional– se dedicaban a sus labores de choriceo, el juez Manglano se hubiera enterado que habían planeado y cometido un asesinato [Usted, siempre sacando punta a las cosas en vez de disfrutar de la vida y del amor...]. En fin, es que aún creía que la Justicia española, tras su repugnante complicidad con la dictadura, entraba en una nueva etapa de limpieza democrática y, finalmente, sería justa e igual para todos y que, en el fondo, incluso sentencias bufas como la expelida por el Supremo, que dejaba en pasajera la pesadilla de los criminales y transformaba los delitos en absolución y respetabilidad social, era una garantía para todos.

Aún creía, ya digo, en la nueva justicia de la democracia. Aún no habían condenado a Barrionuevo y Vera por las acusaciones sin pruebas de unos individuos convictos y confesos de crímenes que con su acusación pretendían ampararse en la “obediencia debida”; aún no habían exculpado a los engabardinados Albertos (Alcocer y Cortina) de choriceos dinerarios por ser acusados solamente por la acusación popular ni habían dado aún la vuelta a su propio argumento para sentar en el banquillo a Atutxa, aquel caballero que presidió el Parlamento vasco, ni lo habían retorcido hasta lo que a los legos nos parece colindante con la prevaricación: decirle a la acusación popular, que, además, es la única acusación: un grupúsculo de extrema derecha de Manos Limpias en el nombre y conciencias negras en sus actos, cómo había de redactar sus panfletarias alegaciones para que el generoso instructor, de los acusadores y de la causa, pudiera aceptarla y así poder sentar en el banquillo al juez Garzón.

Por cierto, por la instrucción de la causa Gürtel, entre otras... ¿Será posible tanta serendipia en tan reducido corral?

Dice Pedreira que los “L.B” y “Luis el Cabrón” que aparecen en las anotaciones de la contabilidad ful de la choricería organizada del PP pueden corresponder a otros implicados. ¿A cuáles? No sabe/ no contesta. Sin duda, habrá muchos cabrones, ¿pero L.B. hay más? ¿Y qué dice Pedreira de la grabación de Correa, capo de la choricería: “Yo he llevado a Luis Bárcenas más de mil millones en un día”? Eso..., ¿qué dice?

Gracias a los desvelos de nuestras abnegadas autoridades, terminaremos descubriendo que el señor Gürtell no es la trama de corrupción en la que están metidos hasta las cachas desde Rajoy a no sé cuántos dirigentes y gobiernos autonómicos del PP sino un taimado espía socialista que, en realidad, trincaba todo lo trincado para financiar ilegalmente el PSOE. Me extrañaría tan poco que terminasen por decirnos que Gürtell es el presidente Zapatero como no me ha sorprendido el auto (móvil) con que el juez Pedreira nos ha amenizado eeél finaaál dél veráno... (Juez que, justicia creativa, se ha tenido que inventar el término “que no es inveraz” para calificar la inverosímil película de los bodegones flamencos con que Bárcenas iba a decorar alguna pieza –igual un váter, como el otro presunto inocente, el abogado Roca del caso Marbella, también fino decorador–).

La realidad siempre supera la ficción. ¿Qué diríais ustedes-vosotros que me ha ocurrido? Pues que terminaba de escribir el párrafo anterior (01/09, 20’05 hs.) y va la radio y dice que Trillo, el enterrador del PP, desde no sé dónde donde hace no sé qué –y, además, ni una ni otra cosa me importan– dice que todo es una trama del PSOE (Hora 25, Ser, 01/09, 20’09 hs.). Eso sí, yo decía, en mi inocencia, que Gürtell terminaría siendo ZP, pero ésa es una pieza que ya ha cazado la derechona; es..., ¡Rubalcaba, claro! Trillo tiene menos vergüenza..., mejor dicho, tiene la misma vergüenza que los exculpados, los entrullados y los envitados a la ridícula boda de la retoña Áznar en El Escorial: una vergüenza perfectamente descriptible, manifiestamente mejorable.

A més a més: mientras que aquí la justicia rechaza investigar siquiera la actuación de las delegaciones en España de las Tres Hermanas –las tres agencias que con sus interesadas calificaciones, que convertían la caca hipotecaria en alimento financiero, empujaron la economía, la de los demás, al abismo–, la justicia de los Estados Unidos no sólo no duda en encausar a doce grandes bancos y empresas financieras responsables de la desastrosa estafa financiero-inmobiliaria sino que el departamento de Justicia investiga las prácticas de las citadas tres parcas de la economía.

Aquí, en España, el artículo 24 de la Constitución consagra la tutela judicial efectiva; en los Estados Unidos, no.

*

Más “Maestros”: ¡Es la Guerra!.- González Pons dice que el PP va a crear tres millones y medio de empleos mediante la astuta fórmula de crear previamente un millón de empresarios. Luego dice que son “aspiraciones”. Ah, entonces se entiende. Y si, además, hubiera tenido la previsión de fumarse, de una tacada habría terminado con el paro.

Dejad las drogas. Paso a recogerlas.

*

Una Modesta Proposición.- ¿Hay algún otro español que, como éste s.s.s., que no haya visto ni un solo capítulo de la serie televisual Cuéntame, la de la familia Alcántara? Pues a pesar de mi despego (y de preferir Los Viernes de Canal +), por no tener televisión desde que dejé de trabajar con Pepe Navarro como subdirector de La Sonrisa del Pelícano (1997), la exitosa serie entra en su décimo aniversario en olor de audiencia multitudinaria.

Pero aunque se pueda dudar, con razón, de mi ánimo espectador de televisión, no hay nadie en el mundo que pueda hacer lo mismo de mi madera patriótica. De modo que, para conmemorar el acontecimiento y bajo la guía espiritual de Jonathan Swift, hago a Correos una modesta proposición de homenaje (protagonizado por la familia Alcantarilla por aquello de no tener problemas de copyright):

BR12-Sello-Aznar_Alcantarilla

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Boquitas radiadas: Opiniones de Payasos
Comentarios (3)Add Comment
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escrito por MARIANO SANZ NAVARRO, septiembre 26, 2011
Ignacio, te felicito, aunque haces bien en advertir de la longitud al principio, en estos tiempos de "comida" rapida. Enhorabuena
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escrito por O. Colis, septiembre 26, 2011
Yo sí he visto Cuéntame, pero más que nada por si aparecía en alguna manifestación con mi trenca, o paseando por Cibeles, pero nada, ni de chiripa (también he buscado en el diccionario el significado de "serendipia", pero a mí no me quedaría tan suelto como a ti: "pero nada, ni por serendipia", ¿ves?). Como también es casualidad que aparezcamos Mercedes y yo juntos hasta en los comentarios al artículo de otro, como Dupont & Dupont en las tiras de Tintin, en las que tú serías siempre Archibald Haddock, por esa lengua, me refiero. En fin, que da gusto, merluzo.
Mercedes Arancibia
Con un par (en chino y en cheli)
escrito por Mercedes Arancibia, septiembre 25, 2011
Yo no he visto un solo capítulo de Cuéntame,y estoy muy orgullosa de ello. Pero sí he visto a Arturo Pérez Reverte estigmatizado por sus compañeros, cuando era reportero de TVE, que le acusaban de hacer "montajes" en lugar de reportajes. Y luego circulaba una historia -sin son rumores me lavo las manos, yo lo que oía- acerca de otro Pérez Gutierrez, madero en una comisaría andaluza, que formaba parte de un desmantelado grupo de "apropiadores" del polvo blanco que se incautaban... En fin, ya se sabe, envidias de quienes no han conseguido el sillón de los casposos oficiales y eméritos.
No sabes cuanto disfruto con estos cuentos tan largos y tan de la vida misma

mercedes

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busy

Última actualización el Miércoles 21 de Septiembre de 2011 21:15