Ignacio Fontes
(Nota del Autor: Ya, ya: es muy largo, pero es de mucha risión, mucha reflexión y mucha diversión).
Como ya se sabía por el refranero murciano-español: “La preprimavera, la lengua y la pluma prealtera”, era, pues, de esperar. Pero, en vez de alegrarme por lo acertado de mis análisis e intuiciones –lo que incrementaría mi caché artístico-profesional, imagino–, me alarma: empiezo a ser pesimista sobre un futuro pacífico en mi país. Si no, pasen y vean.
Pero, antes, volvamos donde solíamos y recordemos a don José Antonio Labordeta –se nos van los mejores y quedamos el desecho de tienta para lidiar en soledad la tropa de maletas traga paquetes y rehileteros tuercebotas– y su himno a la libertad, música sesentayochista-orteguiana (no es esto, no es esto...), para entretener la lectura.
Canto a la libertad (Labordeta) ¡HIMNO DE ARAGÓN YA!,
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Pero antes de entrar en materia, un asunto que quiero mantener al margen de la basura que seguirá:
José Oneto: Confesión de Parte.- “Llevamos meses especulando sobre el futuro de Zapatero, sin que Zapatero quiera explicarnos cuál va a ser su futuro (...) la verdad es que su momento, después de tantos meses, ya ha pasado y debe poner punto final a ese juego con el que parece estar tan complacido” (“Zapatero y el ‘jueguecito’ de la sucesión”, Republica.es, 11/03).
Vaya por delante que considero a Pepe Oneto como uno de mis maestros periodísticos: yo empezaba en Cambio 16 y uno de mis primeros trabajos fue hacer una cronología para acompañar una cover story suya, que ya era el flamante corresponsal político que ahora es. De manera que, para mí, palabra de Oneto: palabra de Diez.
Por eso me ha parecido muy interesante y precisa ésta que llamo “confesión de parte” de su artículo citado: “llevamos meses especulando...”. Pues ese jueguecito de la sucesión a que se refiere es, en efecto, un invento de algún oscuro despacho de estrategias políticas -quizás el del brujito Pedro Arriola, el prescriptor de siestas interminables a Rajoy: no ver, no oír, no hablar, casi ni respirar...–, que recuerda la penosa campaña de acoso y derribo a Suárez (por la extrema derecha) y la tristemente célebre del “Vá’ase, se’or González” (por Aznar, la derecha unificada). En todas, con el apoyo entusiasta del PSOE o de algunos significativos socialistas y la participación activa –interesada (por dinero) o en plan oenegé (por protagonismo)– de la prensa y muchos periodistas. En todas y en ésta también.
Trabajo estos días en historias sobre la historia de este país desde la guerra civil hasta la transición democrática. Una larga vergüenza (e ira) de represión, sometimiento, humillación en la que los protagonistas, los llamados poderes fácticos: la Iglesia, el Ejército, los políticos, el capital, siempre han tenido la complicidad, de grado, a sueldo o por fuerza, de la prensa y de los periodistas. El breve Camelot del final de la dictadura y principios de la transición –Cambio 16, El País, Interviú y demás (Triunfo, Cuadernos para el Diálogo, etc., eran otro periodismo)– es hoy ruina de Itálica famosa.
Pues bien, el jueguecito de la sucesión del que estamos hartos los ciudadanos, como bien señala Oneto, y, supongo, la mayoría de los socialistas, es una campaña completamente ajena a su víctima, el presidente del Gobierno, quien, como suele perseguirse y suceder, ha acabado por ser el responsable. Pues quien, como yo, tiene la hemeroteca como parte importante de su trabajo, sabe que el llamado debate nació como por generación espontánea, pero, al multiplicarse como pandemia, reveló que su cuna era un argumentario del PP y su vocación, centuplicarse en los medios de comunicación, primero masivamente en los sicarios y después, por el lógico contagio, en todos, en los serios y en los payasos. Al final, ya digo, la víctima es el culpable de que el estúpido y estéril debate siga vivo. Ahí está la amenaza de un articulista, por un ejemplo en el aburrido montón: “Por mucho que el PSOE reprograme su campaña no podrá eludir el debate sobre la retirada [ya no es ni sucesión] de Zapatero” (Ignacio Camacho, ABC, 11/03).
De vergüenza ajena y una ocasión más para añorar no sólo a los que se van sino a lo que nunca llega: el periodismo anglosajón, vale: me conformo con el periodismo respetable. Estoy por ver que The New York Times, por ejemplo, siga como un corderito mediático alguna de las mamonadas contra Obama de la Fox TV, por otro ejemplo.
Claro que también estoy por ver que Obama sea tan torpe, personalmente y en la comunicación de su gobierno, como ZP y los suyos. Estos socialistas son lo más negado en el asunto de la comunicación que he visto en mi vida: cómo serán que, estando en el gobierno, apenas pueden contar con el grupo de Público y algo de RTVE para enfrentarse a la propaganda del océano de medios que van del centro derecha a la ultraextrema derecha. La cadena azul de la dictadura –de la que Franco, el pobre, decía: “Los únicos periódicos que no dicen lo que sus propietarios quieren son los del Movimiento” (Juan José Espinosa San Martín, Franco visto, cit. por Stanley G. Payne, The Franco regime, 1936-1975)– era una caricatura comparada con la panorámica actual de los medios de comunicación. Y si no existiera la experiencia del socialismo de la era González –que lo hizo aún peor, si cabe–, ZP ya estaría en el Libro de los Guínes, de Records (v. más adelante), como el gobernante peor dotado para la comunicación (que en este país no significa comunicar bien sino tener medios de comunicación). He dicho pobre Franco en cachondeo; con angustia: pobre izquierda, pobre España: siempre en manos de la reacción.
Pero aquí es aquí y ahora toca analizar el llamamiento de José Oneto a que ZP ponga fin al soi disant debate. Yo me pregunto: ¿Para qué?, ¿para que si escoge la legítima opción de continuar como candidato del PSOE en las elecciones de 2012 –de 2012: ¿dónde están los profetas de los medios que las anunciaban para el otoño de ¡2009!?–, sea el pistoletazo de una nueva campaña de insultos, descalificaciones y mentiras a cargo de los voceadores del PP y de sus sicarios mediáticos? O, ¿para que si escoge la legítima opción de decir: “Ahí os quedáis” comience una nueva sesión de insultos, descalificaciones y mentiras a cargo de los voceadores del PP y de sus sicarios mediáticos, sólo puesta en sordina para hacer sitio a la campaña de insultos, descalificaciones y mentiras a cargo de los voceadores del PP y de sus sicarios mediáticos contra el elegido como candidato alternativo?
Si yo fuera presidente –que no lo quiera el Dios del cielo ni su Madre soberana, mucho menos el añorado Fernando García Tola– lo diría cuando lo considerara oportuno. Y ello por tres razones: primera, porque me amparan las leyes y no al PP, la prensa y los herederos; segunda, porque como él y como yo (en este caso, como ciudadano, no como presidente), ha de haber muchos ciudadanos hartos de la campaña y sólo por esa hartura, ubicados frente a ella y, tercera, last but not least, porque sería un idiota si, pensando no presentarme, abriera la puerta de toriles a los insultos, descalificaciones y mentiras de los voceadores del PP y de sus sicarios mediáticos contra el candidato del PSOE. No lo son ni Rubalcaba ni Chacón ni Bono ni nadie y, por si acaso, ya los cubren de injurias, calumnias, escupitajos y cacas de las vacas...
De la altura del debate es ejemplo la porra que se engolfaron políticos y periodistas, propuesta por Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso (“Chacón gana como sucesora de Zapatero en una porra entre diputados del PSOE, PNV y periodistas”, 11/03).
De modo que si yo fuera presidente –que no lo quieran, etcétera–, les iban dando al PP (et al.), al Tintorro Party, a los tontos útiles y a los compañeros de viaje, desde el vara (Vara), al barra (mi pariente Barreda) y al Gómez (Gómez). Y, desde luego, seguiría. Pero, claro, yo, por no ser nadie, estoy inmunizado contra el facherío, la coleguería y la ambicionería, todo estúpido.
Sólo añadiré, como guinda, la coletilla que le brindo gratis et amore al PP y al brujito Arriola, quien para la campaña de las municipales del PP sopesa el eslogan: “Puedes confiar”. Yo añadiría: “Ja, ja y já”. Con un par y un acento ortográfico en la última a.
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Y ahora, sí; pasen y lean lo que ha salido por esas boquitas y esas plumitas, animalicos míos:
Rajoy, el Cid Sesteador.- “Ya lo dije yo” (cuando se enteró de que Camps había sido nombrado candidato a la Comunidad Valenciana oficialmente).
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El antedicho Camps.- “Rajoy me llama Paco” (cuando se enteró de que se llama Francisco y Rajoy le llama Paco).
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Rajoy, el Cid Sesteador (bis).- “Bueno, ya hemos cumplido” (tras fotografiarse con Camps candidato oficia a la Comunidad Valenciana, tapándose la nariz [de Pinocho a Pinocho]).
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El antedicho Camps (bis).- En la foto de familia del guateque del PP en Mallorca (05/03), firmando el papel contra la Corrupción (adelantándose a Fabra a codazos), mientras aguardan, impacientes, Esperanza Aguirre para firmar el papel contra el Pucherazo y la Compra de Votos; María Dolores Cospedal, contra la Falta de Austeridad y el Pluriempleo (en realidad, el Plurisueldo); Rajoy, contra la Siesta, la Molicie y la Vagancia y, ya que está, para firmar otro papel (mojado) por la Libertad (mientras acaricia en el bolsillo la lista de las que piensa arrebatar/prohibir: matrimonios homosexuales, aborto, libertad religiosa, educación laica y un etcétera que engorda a cada ocurrencia que se le pasa o le sugieren); Pons, contra la Mala Educación y la Mentira Sistemática; Arenas, contra las Bocanegras, etecé, etecé.
Y todos, al unísono –hombres también–, el papel que reza: “Si Catalunya [dicho sea en la intimidad] votó al partido más corrupto, ¿por qué no lo puede hacer España entera?”.
Ahora, vuelva el lector al eslogan que sopesan Arriola y cúpula del PP.
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Ásnar, el Cid Salteador.- Acusa a ZP de pasar “de la fobia patológica [a los Estados Unidos] a un servilismo rayando [sic, por rayano] en el culto a la personalidad” (cuando creyó que ya no nos acordábamos de que le dijo a Bush aquella melosidad de vergüenza ajena de que cuando estuviera deprimido no olvidara que “siempre habrá un bigote cerca de ti”: qué repelús).
Otro día, en la resaca del “¿Quién es usted (hip) para decirme (hip) cuántas botellas tengo que conducir (hip) para beberme?”, una ristra de sonseras sobre la energía y su ahorro por cuenta de varios lobbies, entre ellos el nuclear, que vuelve a regar España de dinero en propaganda (08/03).
Vuelve a regar...: ya contaremos con pelos, nombres y señales los dinerales invertidos por la industria nuclear a principios de los 70 del pasado siglo en corromper a políticos, periodistas y gentes de guardar. Como la ridícula campaña bautizada “El átomo rojo”, que, en pleno franquismo represivo, trataba de convencer a la progresía preecológica de que lo nuclear era tan bueno que la Unión Soviética había sembrado de centrales atómicas su territorio y el de sus vecinos. Millones y millones de las aún llamadas pesetas. Y con nombres tan de fiar como Rafael Ansón, Jaime Campmany, Marco Sarrió, Jesús Aparicio Bernal, Salvador Pons, Juan José Rosón, Jesús Sancho Rof..., unos fallecidos y otros en activo.
Otro Anson, éste sin acento, vuelve donde solía ir el otro, el Ansón del acento: “Los dirigentes más responsables, entre ellos Felipe González [sigue con el raca-raca del “piropo insidioso”: véase explicación más adelante], saben que la política energética solo se enderezará cuando Zapatero I el de las mercedes se envaine sus utopías de estudiante preuniversitario y anuncie un plan de centrales nucleares similar al de Francia” (El Imparcial, 09/03).
Queda inaugurado el pantano de “El átomo can-can”.
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Japón: Una digresión de actualidad.- Con esto de lo nuclear ocurre como con el agua. De unas pasadas inundaciones catastróficas en el sur de España, recuerdo a un viejo campesino que, contemplando cómo navegaba hacia altamar toda una urbanización especulativa construida sobre una riera, decía socarronamente: “El agua siempre trae en la mano las escrituras”: es decir, la rambla es mía y a hacer puñetas la estafa construida.
Eso dice el átomo. La industria nuclear gastándose millones en corromper voluntades, voces y plumas y viene la tierra, carraspea (Earth quake) y a hacer puñetas toda la propaganda.
Les dejo el mejor vídeo, a mi parecer, sobre la explosión de la central nuclear de Fukushima Daiichi, Japón, de Al Yazira:
Japan fears nuclear plant meltdownv,
Y reflexionen sobre las tontás que dicen desde los (i)rresponsables japoneses, allí, a los atribulados portavoces del Foro Nuclear, aquí. La mejor: “La radiactividad [emitida] no es nociva para la salud”. Pues nada, que lo conviertan en un atractivo turístico. Un balneario nuclear, aguas contaminadas, alimentos venenosos, adelgazamiento garantizado..., hummm, yo me apuntaría.
Se lo cuenta un superviviente del accidente nuclear de Three Mile Island (Harrisburg, Pensilvania), el 28 de marzo de 1979. Pero el cuento de esa batallita lo dejo para cuando hablemos de los esfuerzos propagandísticos de la industria nuclear en los medios y en la política española. Les adelanto un dato significativo: la industria nuclear y la de desalación de agua son las dos que invierten más porcentaje de beneficios en corrupción...; perdón, quería decir en propaganda..., perdón, perdón: en información. Ahora...
Mientras, quien quiera seguir al minuto la información sobre el tsunami y el accidente nuclear, acuda al Live blog: Japan earthquake que ha dispuesto la página web de Al Yazira para seguirla en tiempo real.
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En fin, sigamos con el monstruario:
Guillermo Fernández EltíodelaVara.- “Yo no digo que diga que sí o que diga que no, pero sí que lo diga” (Herrera en la Onda, Onda Cero, 08/03). Éste, que no para de mosca cojonera de su jefe de filas, ZP –en vez de leerse las leyes y contener su ansia: ¿quizá para que ABC lo colocara en su desopilante lista de herederos?–, éste, ¿no tiene nada que decir del PP? Por ejemplo, del alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, quien acababa de decir que en Extremadura “no hay palomos cojos” porque “los echamos p’a otro lao”; por cierto, en respuesta a una improcedente pregunta en ese sentido de Luis del Val (trasplantado a la Cope –es lo que tiene– como torna del lote futbolero del Paco Castaño, Pepe Domingo González y demás). Al vara Vara no se le ha oído una palabra.
Sí se oye, por el contrario, al añorado Rodríguez Ibarra, confidencias acerca de lo hartino que lo tiene su heredero: lástima de primarias que no convocó.
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Hermann, el Cid Tertschterminador.- “Las nuevas generaciones árabes obedecen aquellas consignas de Wojtyla” (cuando cayó victima del síndrome de Estocolmo con la Alianza de Civilizaciones, ABC, 25/02). Eso sí, no se “inspiran” ni “siguen”: obedecen, como ordena el sobrio estilo militar que nos distingue.
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Los horteras del Tintorro Party sorben al beber.- Puedes estar de acuerdo o desacuerdo con unos y/o con otros, como es lógico, pero la gentuza da, sencillamente, asco: otra categoría de los sentidos, sin llegar a la de las ideas.
Este país es sumamente respetuoso con la vida privada y, a pesar de lo que parezca –lo parece, precisamente, por lo que chirría ante esa tradición casi genética–, siempre se ha observado un gran respeto por las penalidades (de todo tipo) en vida y por la memoria del fallecido.
No en vano, aquí, a quien se muere se le convalidan de inmediato maldades y cuentas pendientes y de “hijoputa” pasa a ser automáticamente “pérdida irreparable”. Lo mismo ocurre con quienes la desgracia se ceba en ellos. Véase el caso de Adolfo Suárez, que era la persona más insultada de la democracia española –según el Libro de los Guínes, de Records– hasta que tuvo la doble fortuna de enfermar de Alzheimer y de que Zapatero llegara a La Moncloa antes de que bajara del monte la derecha –que, antes o después, habrá de hacerlo; si no, que nos coja confesados–.
En todo caso, en estas últimas tres décadas han enfermado y muerto, o no, muchos personajes públicos y, en una u otra tesitura, todos han gozado del respeto general –salvo aquéllos que podían producir dinero (audiencia) en la abyecta prensa del corazón–. Como así ha sido en el reciente caso de Esperanza Aguirre, quien ha sido tratada con cariño exquisito hasta por sus “adversarios”: ella lo ha reconocido y sólo hay que lamentar los ultraizquierdistas descerebrados –el fascismo visceral, común a toda la rosa de los vientos políticos– que aprovecharon el cáncer de mama para ajustarle cuentas sanitarias en los desgraciados, insultantes, impresentables, consentidos e incultos foros digitales.
Pero ha sido ponerse enfermo un personaje del PSOE, el vicepresidente y ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, y la caverna no ha dudado un segundo en arramblar con las buenas costumbres y dar suelta a sus más bajos instintos, los que se refocilan en la desgracia ajena, los que prenuncian babeando esa hipócrita expresión tan española del “castigo de Dios”, los que, estúpidos como cerdos, creen que a ellos no les llegará su san Martín.
El Federico Jiménez Losantos (plc) escribe en el panfleto llamado Libertad [Cuántasinfamiasseescribenentunombre] Digital: “Desconozco si Rubalcaba está enfermo o lo finge, no acabo de entender cómo una exploración de próstata –tacto rectal, radiografías– por aumento del PSA [Prostate-specific antigen] puede producir infección urinaria, ni sé si tiene dañado el páncreas, la próstata o sólo la ética, que está moribunda” (cuando escribía la bellaquería “Rubalcaba, cúrate pero suelta los documentos y al banquillo”, 08/03, y lamentaba estar cojo por el tiro en la rodilla que le pegó un terrorista, lo que le priva, no de la priva pero sí de ser medalla de oro en los 1.500 metros de la ruindad).
La otra, la Curri (ve y dile) Valenzuela, también dijo vilezas acerca de la salud de Rubalcaba (en La 10, creo que se llama la TV de Vocento), pero me aburre tanto la visión de esta mujer (además de que ya saben que no gasto de ese electrodoméstico), que como no lo escriba como su colega de indignas mamonadas –al que tampoco oigo en Hez-Radio, he de citarla por lo que comentan los demás (en este caso, El Plural, 08/03).
Pero, vamos, la audiencia que reúne este par de dos es de risa; de modo que sonriamos. Vale, sí, con una mueca de asco. Y marchando otra ración de lo mismo para el Carlos Dávila, que ha expelido porquerías similares en La Gaceta, 09/03) y para los demás, como el Ruiz Quintano (sí, sí, en ABC, claro) y otros arrapiezos, pero con las bolillas descritas ya sabemos que ha transitado la recua de cabras y cabrones al completo.
Pero lo peor es que la avilantez no se ha parado en el monte mediático sino que los huevos de la serpiente han eclosionado en sede parlamentaria: envidiosas quizás de lo desahogado del fascismo cavernario, ha habido dos tías del PP –me perdonará mi señor padre, desde el otro lado, pero me niego a llamarlas señoras–, la Soraya Sáenz de Santamaría y la Celia Villalobos –ésta es la que llama “tontitos” a los discapacitados y luego llora para que se reescriban las actas de su obscenidad–. Ambas se han comportado exactamente como corresponde a sus respectivos físicos, que hubieran sido un festival fisiognómico para los señores Lombroso y Caro Baroja. Son dignas herederas del cáncer de los buenos modales de la democracia española: Aznar, maldita sea su estampa.
No tienen educación, no ya para la Ciudadanía sino ni la de andar por casa, la básica, la impartida hace muchos años por mamá.
Pobre país, ¡cómo nos lo han devuelto en pocos años a la sinvergonzonería y matonismo de la dictadura! Lo que va de CNN + a Gran Hermano non stop...
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José Apez(cal y)arena.- Se pregunta: “¿Tienen algo que decir los “titiriteros”? (cuando escribe sobre los picores guerreros de ZP contra Libia [El Confidencial Digital, 08/03], tras mirarse al espejo y éste devolverle como acuse de recibo una cara de trilero, honorable ocupación, peinada a lo Amasacaspi). La piedad y empatía propias de los liberales del Opus Dei.
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Y, hablando de amasacaspis: el diálogo de Rajoy con Dios, el tercio de ZP, el quite de la caverna y los meapilas y la coña del auténtico Anasagasti.– Por una vez, ZP ha tenido reflejos y ha contestado adecuadamente y a medida de las cansinas diatribas del Cid Sesteador. Y, como es natural, se ha armado; pero, vamos, también se hubiera armado si no hubiera contestado adecuadamente e incluso si no hubiera contestado.
Resulta que, ante la nueva ola especulativa de la bendita economía global –el milagro capitalista que iba a repartir las riquezas entre norte y sur, ricos y pobres, países desarrollados y esclavos, ¿recuerdan?–, esta vez con el petróleo aprovechando que el mundo árabe busca la libertad y que el grito de los sometidos ha llegado a Libia (excusa: productor del uno y pico por ciento del petróleo mundial), el gobierno de España toma una serie de medidas elementales de ahorro energético –entre las recomendadas por la Agencia Internacional de la Energía y dos de ellas, la reducción de la iluminación y la velocidad máxima en autovías, ya utilizadas por el gobierno de Aznar–.
Pero, claro, de eso, ¿qué sabe Rajoy? No va a interrumpir su siesta para informarse, ni siquiera para preguntar en el archivo de su partido –¿lo tienen?–. A él le da Arriola el papelito entre cajas y, si está inspirado, sale al escenario y lo recita. Si está inspirado porque, a veces, ni aunque le preparen pregunta, preguntadora y respuesta. Véase la bochornosa muestra del somnoliento líder que dicen que nos espera (Veo 7 TV [El Mundo], 02/11).
Tras una entrevista cortesana de Pedro J. Ramírez en Veo 7, la tele de su grupo, Unidad Editorial, a Rajoy le tenían preparada una serie de preguntas espontáneas de espectadores casuales para que se luciera en las respuestas. Pues bien, una aseada jovencita, sentada junto a una dueña de gesto amostazado, le formuló una pregunta de gran calado, espinoso compromiso y compleja formulación: “¿Qué medidas tiene para crear empleo para los jóvenes?”. Rajoy, con la desenvoltura que le caracteriza, echó ojo a la chuleta de turno, ordenadas según el programa preestablecido, y...: enmudeció. Pero con ese estilo tan suyo, sabia mezcla de estupefacción y titubeo, en vez de salirse, como suele, por cualquiera de las tangentes de plantilla para los tópicos al uso, confesó cándidamente: “Eee-éeh..., me ha pasado algo verdaderamente notable. Lo había apuntado, pero no entiendo mi letra”. Seguramente, Arriola, o el arriolita delegado, había escrito la ciencia que les rebosa en incómodas circunstancias, como Lagardère en la chepa del jorobado, y, en vez de ser iluminados por la verdad verdadera, jovencita pulcra y dueña avinagrada, resto de público espeso y municipal y el 0’7% por ciento de share de la tele de Ramírez, todos tuvieron que conformarse con vacilantes lugares comunes, generalidades imprecisas y promesas de resignación para los jóvenes en paro.
Lo cual no quiere decir que yo haya perdido mi fe en Rajoy. Estoy tan convencido de la capacidad de liderazgo de este hombre que ya me he comprado mi rehala de perros para atarlos con longaniza en cuanto llegue a La Moncloa.
En fin, pues en el caso que nos ocupa, Rajoy también tenía la solución para los problemas de energía de este país. En vez de esa ensalada de medidas tomadas con premura y frivolidad por el gobierno de ZP –tan acertadamente caracterizadas por esa otra lumbrera denominada Aznar: “concurso de bombillas, pasarela de maromos, quién es usted para decirme las copas que tengo que conducir para beber...”, etc–, Rajoy, no se sabe si fruto de su caletre o de la sabiduría de sus asesores, la formuló con la limpieza, firmeza, claridad y clarividencia (y dicción) que lo han hecho famoso. Y en una sola frase: “Lo que España necesita es un plan energético como Dios manda”. ¿Para qué más? Ya ha dicho que está en contra del exceso de leyes, de manera que cuanto más escuetos sean los programas, más fáciles de entender y realizar.
Y, claro, como al hablar de ZP hablamos de un ateazo (o un agnosticazo, que ni lo sé ni me importa), dicen que de un masón –lo de marxista, ni aunque me lo juren él y Rajoy crucificados–, lógicamente pidió, yo creo que además lo hizo con humildad, que debatiera Rajoy con el Altísimo y después, aquí en lo bajísimo, le contara lo dispuesto por el omnisciente, para quien un plan energético debe ser como para mí echar una primitiva o escribir un tostonazo interminable, por mucho que Él y yo (y Rajoy) amemos esta entrañable y complicada España.
Una actitud la de ZP, a mi modesto entender, lógica y plausible en un gobernante que desee lo mejor para su país y conciudadanos.
Pues la que se ha montado. En vez de reconocerle a ZP sus méritos, mayores viniendo de un descreído, los que creen que también Dios es suyo y nada más que de ellos (como la educación, España, el largo de las faldas femeninas y el nasciturus, así a voleo) lo han puesto de chupa de dómine (08/03). Ahí está el editorial del autonombrado administrador mediático de Dios en la tierra, la emisora Cope –pagada, por cierto, por el presupuesto que pergeña el blasfemo ZP–, en el que le acusaba de haber “cruzado hoy una línea roja sin precedentes en la historia”, nada menos, como es haber “utilizado el nombre de Dios en la refriega política”. Eso sí, la Cope no sólo no tenía un reproche para quienes habían invitado a Dios al baile, sus correligionarios, sino que los bendecían con argumentos, o así, filológicos: “Es una expresión que en español, desde hace muchos siglos, es sinónimo de algo bien hecho”, y, por si fuera poco, añadía argumentos, o así, de filosofía política: “Ni en la negación de Dios tiene Zapatero esa altura propia de los anarquistas radicales” –aunque más que negación habría que hablar de todo lo contrario, como muy bien puntualizó José Bono: “Invocar a Dios no está mal ni siquiera para un presidente del Gobierno”, quien, además, “tendrá sus razones para hacerlo”–. La Cope, en fin, terminaba su editorial haciendo lo que mejor sabe: insultar, morder la mano de quien le da el presupuesto: “Todo en él es un juego tonto”.
También estuvo borde el portavoz del experto en planificación energética divina, Esteban González Pons, quien dijo de ZP que se hacía “el ingenioso o el gracioso” –al parecer, virtudes también exclusivas de los dueños de todo, lo divino y lo humano– y, como hay “infinitas declaraciones más serias”, aprovechó para reclamar un jefe del Ejecutivo “un poco más en el suelo”, lo que, aparentemente, descarta al místico Rajoy. Quizás el liderazgo en el PP no está tan atado y bien atado como aparentan y lo de la sucesión en el PSOE es una cortina de humo... Hum, tendré que darle una vuelta.
El portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran i Lleida, tampoco pudo dejar de sumarse a las críticas; al fin y al cabo es el líder del único partido democristiano que la ciudadanía española no descabezó en la transición democrática –hasta aquí estamos de la ingerencia de la Iglesia católica en la política española, les vinimos a decir–. De forma que, para cumplir, y tras especificar que “Yo no soy Dios” –por si alguno lo sospechaba tras haber llegado al gobierno de Cataluña con más casos de corrupción que botes de conserva en el coche de unos recién casados–, calificó de “deprimente” la respuesta de Zapatero (un sentimiento muy lánguido y democristiano) y sacó pecho asegurando que “le puedo explicar a Zapatero qué es lo que hay que hacer”, eso sí, sin decirlo, no sea que se lo copie ZP, Rajoy, no creo que Dios..., y al final no se sepa qué es de quién y cualquiera se alce con el santo y la limosna.
Si en vez de tanto mirar el dedo en vez de la luna –lo de Aznar no se lo tenemos en cuenta: lo de hacer centrales nucleares para solucionar la crisis del petróleo libio se le ocurrió mientras daba la vuelta a la manteca que asaba en el horno para que, dijo, se tueste del otro lado; que pase factura y vale–, hubiera crítica constructiva (o sea, lo contrario de los estériles argumentarios) y propuestas razonables y concretas –a ver: como si fueran personas humanas–, no sólo nos iría mejor a país y ciudadanos sino que sabríamos distinguir el trigo de la paja, el pelo de la pluma y la sed de urnas de la sed de poder.
Menos mal que, como la lluvia en Sevilla, nos queda la coña en España –que como se sabe, los que saben, es un invento vasco y catalán– e Iñaki Anasagasti, senador del PNV, ha recordado que, según dejó sentado en su día Txiki Benegas, en una conversación imprudente por el teléfono del coche de un amigo periodista, “Aquí, Dios es Felipe González”. Afirmación que, por lo que sabemos, no ha excitado los ánimos de la Cope, ni los de Duran ni los de Pons (aunque éste nos parece, por parecernos, por capricho, uno de esos católicos de boquilla de la derecha, no un verdadero guerrero de Cristo). Lo que, verdaderamente, me decepciona y me hace dudar de la autenticidad de los sentimientos religiosos de quienes sacuden estopa a un descreído como ZP y callan ante la contundente afirmación de Anasagasti, más si se tiene en cuenta que el PNV es, también sobre el papel, un partido democristiano. Claro que cristiano de los curas vascos, que, como es sabido, son de lo suyo, por lo menos hasta que se trate de administrar, apostólicamente por supuesto, lo de los demás. Bueno, dejemos eso, que yo quería ir a otro sitio.
Resulta que todo este potaje de medidas energéticas, Dios, amenazas de penas infernales y declaraciones unas más fuera de tono que otras –no se olvide, en descargo de los implicados, que el sainete se desarrolló en plenos Carnavales–, nos sirve para comprobar una vez más el rigor de la prensa que disfrutamos, manifiestamente mejorable. Transcribo la noticia original, servida por la agencia Europa Press (del Opus, por cierto; todo queda en casa en este asunto):
“Anasagasti asegura que cuando Zapatero habla de Dios, se refiere a Felipe González [Aguántese el título de la noticia: ¿dónde los enseñarán a titular, Dios mío, en el Rastro de Madrid, en el Hipercor o en la inclusa de huérfanos de periodistas?]
“El senador del Partido Nacionalista Vasco (PNV) Iñaki Anasagasti ha asegurado que cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, habla de Dios, ‘se refiere a Felipe González’, al mismo tiempo que ha recordado que fue el ex presidente socialista ‘el que dijo que había que poner el debate energético sobre la mesa’.
“Anasagasti se ha referido de esta forma en los pasillos del Senado a la sugerencia que este martes le ha hecho Zapatero al presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, de ‘que hable con Dios y diga cómo es el plan que hay que hacer’, después de que el líder de los 'populares' manifestara la necesidad de que el Gobierno elabore un plan energético ‘como Dios manda’.
“En este sentido, el senador vasco ha afirmado que ‘hay que recordar que aquí Dios es Felipe González’ y ha sugerido que ‘igual Zapatero ha tenido un 'lapsus calamite' al haberse olvidado de eso’.
“‘Dios, a afectos políticos es Felipe González’, ha remarcado y ha añadido que fue precisamente el ex presidente quien planteó la necesidad de poner ‘el debate energético encima de la mesa y concretamente el tema nuclear’”
(EP, 08/03).
“Zapatero ha tenido un lapsus calamite...”, dice don Iñaki. Miro en mi catálogo de lapsus, que dominamos Freud –que lo definió como fehlleistung en Psicopatología de la vida cotidiana, 1901– y yo –”Fehlleistung, acto fallido, lapsus...: Por la boca muerde el pez”, La tinta mancha, 2000– y el tal calamite no está ni se lo espera. Está, sí, el lapsus calami, que es el que se comete por escrito, y desde luego el lapsus linguae, el oral, de toda la vida, pero el calamite...
Pero como vi que decenas de medios recogían la noticia de EP e insistían en el calamite con la misma seguridad que la fecha de edición, me dije lo de las moscas equivocadas por millones y concluí que los equivocados debíamos ser don Freud y el servidor que le lleva el maletín (yo). De forma que hice lo que sé: documentarme, que para eso la Red es como el No-Do: al alcance de todos los españoles (periodistas incluidos).
Es un trabajo divertido; a mí me divierte, vaya. La primera sorpresa, el DRAE: calamite no sólo existe sino que “viene del latín calamītes y éste, del griego καλαμίτης, el que mora entre cañas”, qué mbonbito, pero la única acepción corresponde a un “Sapo pequeño, verde, con una línea amarilla a lo largo del dorso”. Inaplicable al lapsus.
Buscado como expresión, me daba unas pocas páginas de resultados en francés, unas veces para calamite –cuya traducción española es calamita, variante del citado sapo calamite– y otras para calamité, calamidad, que tampoco me sirve de adjetivo para el lapsus, pues aunque algunos lo son –en vez de poner ejemplos, remito a la lectura de mi libro, que estoy muy necesitado–, siempre es como consecuencia. Además, no es éste el caso.
Pero, animado por esos resultados en francés, busqué la palabra en otros idiomas y también con resultados divertidos. En italiano, significa imán (en realidad, calamita) y el Webster me dice: “an extinct paleozoic plant (order Calamitales) related to modern horsetails but growing to the size of a tree”, es decir, un helecho arborescente, como si dijéramos, colijo. Nada que rascar, pues.
Pero, como además de lo de las moscas, Iñaki Anasagasti es periodista y sociólogo, insistí en la búsqueda. Y he aquí lo que encontré en un peculiar diccionario de inglés, el Urban Dictionary (que me descubrió Manuel Velasco): “Calamite was briefly, and infrequently, used as a euphemism for homosexuality early in the 20th Century. It referred to a group of Walt Whitman’s poems that celebrated love between men, the Calamus cluster”: un epíteto para marica del inicio del siglo XX, derivado de los Calamus, que es un grupo de poemas dentro de Leaves of Grass (Hojas de hierba, 1855), la obra maestra de Walt Whitman, de la literatura norteamericana y de la poesía mundial. Poemas que, en efecto, celebran el amor entre hombres: “By the love of comrades,/ By the manly love of comrades”. Con el título, Whitman se refería a una planta acuática, Acorus calamus, una gramínea con un curioso fruto de apariencia fálica y tamaño desproporcionado para su porte.
O sea que ni Anasagasti calamite, ni calami ni, diríamos, niños muertos. Un lapsus linguae corriente y moliente. Si lo dijo, el redactor de EP debió corregirlo en su redacción; si el error fue del redactor, sus jefes en la escala laboral de la Redacción; en cuanto a las decenas de periodistas y jefes de estos que reprodujeron, qué decir...
Lo siguiente: en el caso del redactor de EP, casi nada: un error es un error y el que esté libre de tal, que tire el primer ordenador (aunque es deseable un poco de curiosidad para ser preciso en lo que no se sabe), pero que de las decenas de funcionarios –si pones en Google: Anasagasti “calamite”, te da “aproximadamente 89 resultados”– que publicaron la noticia de EP, ni uno solo corrigiera el error da la talla exacta de la calidad informativa que tenemos.
Por cierto, veo que Servimedia, la agencia de noticias de la ONCE, da también la noticia –firmada: 08-MAR-11, MML/jrv– y dice: “Considera que el jefe del Ejecutivo ha tenido un lapsus calamite y se ha olvidado de eso”... Caben todas las posibilidades.
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Más diálogos, el de avispados entre Fernando Onega y Carlos Herrera.- Onega: “Hoy es el día Internacional de la Mujer (...) y ya han empezado las frases de colección: en el pórtico, la de Michelle Bachelet [directora de ONU Mujeres]: “No volveremos a la cocina”. Herrera: “Le ha faltado decir: de forma obligatoria. Porque entiéndase que aquella que quiera estar en la cocina de forma relajada y tranquila, pueda hacerlo también”. Onega: “Eso espero”. Herrera: “Cláaaro” (Herrera en la Onda, Onda Cero, 08/03).
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Luis Mária María y Mariá de Ánson Ansón Änson y Ansôn.- Ojo al razonamiento tomista de quien Santiago Carrillo dice: “Ansón estaba en la política [el 23-F] y no ha salido de la política en su puta vida” (Salvados, La Sexta, 07/03): “Esta vez ha sido Felipe González, al que personalmente considero el gran hombre de Estado del siglo XX como Cánovas del Castillo lo fue del XIX [ejemplo palmario de lo que Mary Wollstonecraft, madre del feminismo (y de Mary Shelley) definía como “piropo insidioso”]. El expresidente ha dicho que a España ‘le queda un rato para salir de la crisis’. Nuestro sistema financiero era razonable pero ‘nos hemos descuidado y no hemos hecho la reestructuración del sistema financiero que otros hicieron’. ‘Nos hemos descuidado’, dice Felipe González, esto es, se ha descuidado Zapatero (...) Terrible andanada, más terrible además por su moderación [reveladora confesión de parte; de parte de los insultadores], la de Felipe González a Zapatero. Suave en la forma, durísima en el fondo, la bofetada con que el expresidente ha obsequiado al presidente revela lo que está en boca de todos: Felipe González desea que Zapatero anuncie cuanto antes que no se presentará a las elecciones generales del próximo año” (“Felipe González golpea a Zapatero”, Al aire libre, El Imparcial, 09/03).
Se le olvidó añadir –clásico como es: se le quedó en el tintero– que, además, González desea que el presidente del Gobierno sea Rajoy, ya que no pueden serlo Aznar ni el (los) propio(s) Ánson Ansón Änson y Ansôn.
Además, en una (otra) demostración ostentórea del mal ejemplo que la molicie de Rajoy está anidando en nuestros más preclaros cerebros, Ánson Ansón Änson y Ansôn añaden (todos ellos): “Elena Salgado, la mujer que no sabía una palabra de economía pero que aprendería enseguida de las enseñanzas zapaterescas” (íbidem), sin molestarse en consultar siquiera la Wikipedia o El rincón del vago.
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Las tontás del ABC.- Desde que el multinominado a quien se comenta en el párrafo anterior pasó por ABC, ya hace años, el periódico que fue de los Luca de Tena y hoy es de Vocento tiene la manía de parecerse a esos perrillos inseguros que, por eso, van señalando las esquinas con meaditas que, dicen quienes saben, son como un braille para otros perros. Pues lo mismo, pero con la peculiaridad de que el perrillo es de la raza editorialista; por lo demás, igual: no hay esquina del periódico que no chorree. Así: “La ley de Igualdad de trato da miedo” (en la sección Protagonistas, 09/03, con foto de la ministra Leire Pajín y una punta de flecha roja hacia abajo –quizá reminiscencia de las revistas que hicieran en el colegio: no he visto un solo medio serio en el mundo que haga semejantes necedades; a El Mundo, sí–).
José María Carrascal certifica el pavor abecerino con casposa displicencia machista: “¡Oh, igualdad, cuantos crímenes se han cometido en tu nombre! Esas señoritas [la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad y la secretaria de estado de Igualdad Bibiana Aído] aún no se ha [sic] enterado de que si bien los seres humanos somos iguales, somos también distintos (...) ahora llegan dos señoritas [las mismas], sin otro mérito que haber dedicado su juventud a un partido político, a intentar arrebatarnos nuestra personalidad individual y a estandartizar [lo mismo] nuestro comportamiento” (ABC, 09/03.
Hace bien ABC en tener miedo. Sus páginas han albergado villanías destructivas y ad personam firmadas tanto por extintos –Jaime Capmany crucificó a María Antonia Iglesias insultándola habitualmente como Albondiguilla– como por aún muy vivos (y de los vivos por la vida): recordemos, ya que este artículo está echado a perder, a los eximios (¿o no son ex?) Antonio Burgos y Juan Manuel de Prada. Uno, dilecto maestro de repugnancias del baboso alcalde de V(F)alladolid, el De la Riva. El otro, justificador de éste (“Los morritos y la retórica”, ABC, 23/10/2010), pues su orgía particular es el insulto a las mujeres, especialmente humedecida cuando éstas son del PSOE y, el éxtasis, cuando tienen cargo y poder en el gobierno socialista: “Para abastecer su gabinete de tías, Zapatero ha buscado debajo de las piedras” (en ABC, 14/04/2008, ¿dónde si no? Ah, sí, se me olvidaba: en L’Osservatore Romano, el periódico del Vaticano, donde también profesa); pero, vamos, si es para insultar, Prada se conforma con carne extranjera: “España va ‘por muy buen camino’, nos ha dicho una teutona [Angela Merkel] que parece una alegoría del bromuro de potasio” (ABC, 06/02): ¿se puede ser más zafio y maleducado?
Con la ley de Igualdad de Trato, tales exquisitas piezas literarias le pueden salir a ABC hasta por 600.000€ cada broma. A ver si ahora hay hombrecitos lenguaraces.
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José Antonio Zarzalejos (y cuanto más, mejor).- “El presidente del Gobierno no se presentará a las elecciones generales, ‘probablemente’, aunque ‘la decisión no está tomada’” (“Apuesta por un alto voto popular que desmienta las encuestas y movilice al electorado. Así es el plan diseñado por Blanco para evitar la hecatombe del PSOE el 22-M” (10/03). Zarzalejos fue director de ABC (hasta que Esperanza Aguirre se cansó de que lo fuera), pero si este texto hubiera llegado a mi lejana mesa de redactor-jefe, me hubiera oído: o sea, ¿el voto emitido va a movilizar al electorado que no haya votado? Y esa ensalada torpe de “probabilidades” y “decisiones no tomadas [¿eso son decisiones?]”, ¿avalan la fantasía del redactor sobre la meona que han cogido con la candidatura o no de ZP? Vaya usted a hacer gárgaras, repase los apuntes y reescríbalo de nuevo como si fuera una pieza periodística. Demonio de escribidores con ínfulas de becarios...
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José María (Québonitaserenata) Carrascal.- “(...) es que nadie se acuerda de cuando [Gadafi] era uno de los líderes de la izquierda (...)”(ABC, 25/02) No sé de qué izquierda hablará –¿el PSP de Tierno Galván?, que lo diga–, pero este izquierdista en concreto de lo que sí se acuerda hic et nunc (Madrid, marzo de 2011) como si fuera illic et ante (Madrid, diciembre de 1977), es que Gadafi fue, por el contrario, “uno de los líderes” del facherío nacional –cuando aún iban a la grupa del caballo antisemita, como hermanos que eran de los países árabes– y que, como tal, financió un diario putrefacto y golpista llamado El Imparcial, de los del periodismo armado y golpista. Echen un vistazo al siguiente vídeo y díganme si esos titulares, gritos y demagogias de finales de los 70 no les parecen precedentes de los de los medios de hoy, impresos y digitales, radiales y televisuales, del cariñosamente llamado Tintorro Party (entre ellos, el del mismo nombre, recuperado, él sabrá por qué, por Luis María Ánson). Ayer y hoy, son los de la “verdadera democracia” [De un titular de El Imparcial], lo que viene a ser un sándwich ideológico: entre pan orgánico y pan verdadero, democracia en lonchas).
Gobierno Suárez aplasta “El Imparcial” de Julio Merino. Domingo López y su pistola (1979),
Y es que Carrascal y los carrascales (encinares de escaso porte del género quercus, como robles y alcornoques) cuentan con que los ciudadanos-lectores tienen memoria selectiva, que es la que no hace sufrir. Pero no cuentan con que hay quienes, como a éste su humilde escribidor de ustedes, no le importa.
Ni a Miguel Ángel Aguilar, quien dirigió su Telegrama (en Hora 14, Ser, 28/92) al yernísimo (de Aznar) Alejandro Agag, preguntándole por las provechosas relaciones de sus amistades peligrosas –así de barroca es la vida– con Gadafi y sus secuaces.
Y, como en la parábola de las cerezas y el etcétera, ahora también me acuerdo de que Jesús Pérez-Varela, uno de los esclarecidos directores de El Imparcial, fue aquella lumbrera que, siendo después consejero de Cultura (no se lo pierdan) en la Xunta de Galicia con Manuel Fraga –de tal palo...–, dejó para el mármol de la posteridad una joya de la exégesis de la sabiduría cuando anunció que, gracias a los desvelos de Don Manuel, en los fastos culturales veraniegos, Galicia, España y el mundo entero se admirarán del arte de “la gran cantante gallega Carmina Burana”. Con razón diría, años después, “A mí no me perdonan nunca los radicales que sacara la cultura a la calle” (Faro de Vigo, 25/11/200). No sólo la sacó a la calle, incluso la arrastró.
Les dejo (casi), pues, con tan dulce Carmiña y con un aún estupefacto espectador, el tal Varela, preguntándose si ese Carl Orff no sería un travestido –esos pelos...–. Eso sí, en su descargo, diré que era la época en que nos anegó la ola de erotismo; lo que, como diría Rouco (o Camino, interpretándolo), lo explica todo...
Carl Orff - Carmina Burana,
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Puf, qué alivio, creí que no terminaba nunca...
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