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Miercoles, 14 de Noviembre de 2012

Actualizado01:55:15

Navegas por Opinión Boquitas radiadas Este ruedo ibérico: “Herrera en la Onda”

Este ruedo ibérico: “Herrera en la Onda”

Fontes-ignacioIgnacio Fontes 

Éste es el país donde nos toca torear y éstos son los morlacos.

Con esta crónica sobre Herrera en la Onda (Onda Cero, de lunes a viernes, de 6 a 12’30) queda inaugurada una revisión del pantano de los medios radiofónicos. Coincide con el vigésimo aniversario de la emisora (26 de noviembre), que nació de la antigua Cadena Radio Rato (de la familia del moderno Rodrigo Rato) y, tras comenzar como proyecto fallido de la ONCE, cuando la presidía el peculiar Miguel Durán, y otro inviable, el sueño macromediático de Aznar (anterior al macrobiótico actual) con la Telefónica que acababa de privatizar para Villalonga, su actual propiedad, el grupo Planeta, y la presidencia, desde agosto de 2002, de un periodista radiofónico tan sólido como Javier González Ferrari han sabido construir la única alternativa posible a la Cadena Ser. Onda Cero ha conseguido ser la segunda cadena radiofónica de España y seguir creciendo. Con inteligencia –recuperó (eso sí, un poco tarde: en 2007) a la grande Julia Otero, violentamente defenestrada en 1999 por el extremismo aznarista–, intuición –la noche radiofónica de Onda Cero, con La Parroquia del Monaguillo de Sergio Fernández el Monaguillo y Arturo González Campos y No son horas (José Luis Salas, es, sin duda para este opinante, la mejor; exceptúo la genialidad de la segunda hora de Si amanece, nos vamos, de Roberto Sánchez, cadena Ser, de 5 a 6, una de las mejores h0ras de la radio española (dice el maestro Manuel Velasco; yo asiento y, siempre: de las que yo oigo)– y acierto –confiarle el decisivo tramo de la mañana a Herrera cuando Luis del Olmo inició la andadura de Punto Radio, en septiembre de 2004–.

Yo la oigo: además de por las noches, Herrera en la onda de 11 a 12’30 (los viernes, de 10 a 11: La hora de los fósforos, dedicada a la cocina); Julia en la onda , de Julia Otero, cuando me aburre La ventana de Gemma Nierga (Ser), como Al primer toque de Ángel Rodríguez cuando me aburre El larguero de José Ramón de la Morena (Ser) (aunque me echan el estomagante Alfonso Azuara y el incontinente Roberto Gómez y me repele la reciente incorporación de David Gistau: el extremismo es pandémico) y programas de fin de semana –para los animales y animalistas como uno, es imperdible Como el perro y el gato, de Carlos Rodríguez, veterinario humanista y radiofonista brillante, los sábados y domingos de 15 a 16 horas.

Como buen oyente, pues, más que como mosca cojonera de los medios, estoy habilitado para hacer eso tan feo que es señalar, horrible cuando el señalamiento es anticorporativo y despreciable cuando los señalados son compañeros. Pero alguien tendrá que hacer el trabajo sucio...

Como ven, procuro evitar lo que me ofende –una persona querida de la Institución Libre de Enseñanza, el inolvidable ingeniero de Caminos Vicente Olmo, solía decir: “lo que me caga el oído”– y así, Onda Cero puede seguir su marcha y yo, mi vida. Pero este oficio de cronista de tu profesión te lleva de aquí a allá, como un esforzado Don Juan, de las cabañas a los palacios. De modo que, para conmemorar ese XX aniversario de Onda Cero, he oído lo que sabía que me iba a ofender –en lo profesional; en lo personal, además de que ofende quien puede no quien quiere, casi todo me resbala– y he escogido a Carlos Herrera por ser un radiofonista que admiro desde que empecé a oírlo en el pleistoceno de entretiempo (añoro El borde de la cama, Ser, 1986) y de quien me he sentido progresivamente alejado, como de tantos que han optado por la intolerancia y por la radicalización política conforme ha mejorado su ascensión social. Hay quien dice que, hoy, Herrera daría una mano –ya será menos: una uña– por ser sevillano en vez de haber nacido en Cuevas del Almanzora (Almería, 1956) y ser de familia emigrante a Cataluña –si puede decirse así: su padre era médico–.

Esta semana era, además, atractiva por la cantidad de asuntos espinosos que iba alumbrando, desde el rescate de Irlanda a las desastrosas elecciones catalanas, la nueva vuelta de tuerca a los maltratadores, el informe de una fundación listilla con empresarios listos y de listos de profesión, la reunión de algunos con ZP...: Vaya, como si estaríamos (homenaje al vino de La Rioja) en España.

Ya saben los lectores que hay quienes dicen que eso de la objetividad periodística es una “cosa obsoleta”, propia de los progres sesentayochistas (Eulogio Martínez, editor-director de Hispanidad, www.hispanidad.com). Se les ve el plumero, todos los plumeros, y allá ellos y su responsabilidad con sus lectores. Pero para un periodista, la verdad es la verdad y el acercamiento más honrado a ella y su exposición desinteresada, la objetividad subjetiva que definen algunos, es, sencillamente, su deber y la razón de ser de su profesión.

En fin, éstos son los mimbres de esta página, si quieren: románticos, y a ellos me atengo...

*

Objetividad manifiestamente mejorable

El día 25 (jueves)/11, supongo que Carlos Herrera estaría rezando los Misterios Financierosos de 6 a 8, porque a las 8’05, una hora impropia de caballeros –los que tenemos caballos, dice el colaborador de Herrera en la onda Josemi Rodríguez (un Herrera coherente suprimiría el Sieiro, como hace tontamente con el Zapatero del presidente del Gobierno)–, estaba ya en plena letanía. En vez del materloquetoque: el incremento del IVA en Irlanda al 23%, la jubilación a los 68 años, la reducción del 10% en las pensiones y del salario mínimo, el despido de miles de funcionarios..., y en vez del ora pro nobis: “ser un líder...”. En el entresueño, alcancé a oír que “ser un líder” es tomar “medidas como las que han tomado los irlandeses, eso parece que está claro que sí [que habrá que implementarlas en España]”, que para “ser un líder (...) hay que tener más ambición en las reformas” (Herrera en la Onda, Onda Cero).

Más ambición en las reformas... Al, por lo demás, notable radiofonista (premio Ondas 2010 por su trayectoria profesional) se le debe de haber olvidado la que montaron –canten todos, Herrera también– cuando el no-líder del no-gobierno y no (o poco) español anunció que había que subir el IVA del 16 al 18% (y el reducido, del 7 al 8%). Le sonará: “Sablazo al ciudadano”, “va a crear otros 400.000 parados”, dijo en su videoblog El Burladero, (blogs ABC, 15/03/10) o “pan para hoy y hambre para mañana”, cuando apadrinó la campaña del Día del Contribuyente, invento de la Institución Futuro, “think tank [o thank you, ya saben] independiente de Navarra” (de lo que no es Navarra, habría que hablar). Estaba en el argumentario: “subir el IVA la verdad es que es una idea un poco necia” (11/11/10); “la subida del IVA provocará una caída del PIB de entre el 0,85% y el 1% en el primer año de su aplicación” (Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea), etcétera, etcétera.

Al resto, especialmente a los de la caverna digital, ni lo nombro, ¿para qué?: practican la ley del imponer y el poner: cumplen con el argumentario que les imponen y ponen el cazo: liberalismo puro (facción pata negra: ibérico puro): lesé passeg, lesé trincag...

Y del PP, sobre esta cuestión, me limitaré a una reflexión muy de mi tierra (Murcia): animalicos...

Por lo demás, lo del liderazgo hiede al laboratorio del asesor Arriola –el que aconseja a Rajoy, como si lo necesitara, que sestee hasta 2012–, pues lo repiten por doquier voceadores y personajillos del PP y algunos otros, quizás, seamos generosos, de buena fe... Argumentarios con consignas de barra de tasca tapizada de serrines aromatizados de amoniaco, colillas frías, chafarrinones en los vasos y en los cerebros, con el ingenio que da la lengua gorda por el tinto de cartón: “Nuestro riesgo-país se llama Zapatero”, dice un Agapito Maestre en Libertad Digital (24/11) y antes, al tiempo, después se lo habíamos oído, se lo oímos, se lo oiremos a Soraya Sáenz de Santamaría, al González Pons, Montoro, a quien le toque, o a algún empresario de pacotilla que ya engañó a este gobierno y confía hacerlo con el próximo.

El argumentario: mentir como bellacos

En el poder, el PP comprendió en seguida que es ineludible utilizar la mentira como motor político –el Yakovlev-42, los hilillos del Prestige..., la definitiva: el 11-M. Y, ¿qué es el Gürtel sino una inmensa mentira de cien patas que alcanza cada lugar donde gobierna el PP?–, de modo que, una vez en la oposición, cuarto de las ratas en el que desemboca el embustero, incluyó de plantilla en el argumentario del insultario el acusar de mentiroso al PSOE. Desde Rajoy al último mono del PP, ¿cuántas veces les hemos oído tildar de mentiroso desde a ZP hasta al último mono socialista? Las han multiplicado “como las arenas de la mar y las estrellas del firmamento”, cristianos (a medida) como son.

Y si no mienten, se asegura que mienten y asunto arreglado. A ver, se dirán entre sí, saca la calculadora: ¿cuántos de los que nos oigan van a comprobar que es mentira lo que decimos que es mentira y nos va a ver el plumero?: ni uno de los nuestros, muy pocos de los indecisos y ninguno de los enemigos, que ya saben que es mentira: adelante con los faroles, pues.

*

Una de esas mentiras goebbelsianas –ya saben: la repetición la convertirá en verdad– y premeditada fue la que interpretó el PP: el día 24 (miércoles), tras el rescate de Irlanda, su portavoz, Pons, no sólo acusó al gobierno amigo de mentir sobre sus cuentas –imputación que no habían hecho quienes conocen los números de su economía–, como había hecho el griego, sino que aprovechó para lo que le interesa, su lo único: acusar al gobierno de España de estar mintiendo a Europa –y peor: a los ominosos “mercados” que están especulando contra las economías de los países mediterráneos de la UE (Cuando alguien me habla de países PIGS –por Portugal, Irlanda, Grecia y España–, yo siempre digo “Your fucker mother, por si acaso [just in case]”)–.

La felonía de Pons –“Hubo ataques especulativos contra Grecia, porque Grecia había mentido; hubo ataques especulativos contra Irlanda y ahora va a tener que decir otra verdad; nos gustaría que lo que diga el Gobierno de España sea la verdad, toda la verdad y que no mienta” (“El PP pone en duda la veracidad del estado de las cuentas de Zapatero. El PSOE exige a Rajoy que no se coloque con ‘los que están contra España’”, Anabel Díez, El País, 25/11)– fue contestada con los habituales buenos modales del gobierno, ésos que nos irritan tanto a los sanguíneos y nos hacen añorar a un Guerra que ponga firmes a los deslenguados enseñándoles que quien dice lo que no debe oye lo que no quiere multiplicado por diez. Hasta tal punto, que fue más contundente el consejero de Economía y Hacienda y vicepresidente del Gobierno de Navarra, Álvaro Miranda, quien se dijo “escandalizado” por unas afirmaciones que consideraba “las más inoportunas y malévolas” pronunciadas “en muchísimos años” e incluso un congénere de Pons, Gerardo Camps, conseller de Economía de la Comunidad Valenciana, quien rechazó que el gobierno “esté engañando. Yo comparto con el gobierno que en estos momentos no estamos en una situación que lo que pueda traer consigo es una intervención de las instituciones europeas” (“El vicepresidente de Navarra alerta de que es lo más inoportuno que ha oído ‘en muchísimos años’. UPN denuncia las ‘malévolas’ declaraciones de Pons y hasta el PP de Valencia se desmarca de ellas”, El Plural, 25/11).

Era el miércoles 24 y la sede del PP, Génova, se limitó a balbucear por boca de sus portavoces, sin desautorizar a Pons pero sin apoyarlo y dándole a la plantilla del mentira, mentira... Sin embargo, las declaraciones de Joaquín Almunia a la Cadena Ser el jueves 25, les parecieron suficientes para ratificar la infamia pponsera –Carlos Carnicero la calificó de “traición” (Hora 25, Ángels Barceló, Ser, 25/11)– y ahí salió Rajoy: “ayer escuché al señor Almunia y hoy le he vuelto a escuchar (...) Yo no voy a contribuir a echar más leña al fuego”, dijo el pirómano y, a continuación, vertió un chorrito de veneno inflamable: “Sólo quiero decir que si la Comisión Europea le dice eso al Gobierno de España...”.

Pues ni escuchado ni leído. Nos proponemos demostrar a continuación cómo, al contrario del dicho, la mentira tiene las patas largas cuando dispone de postes de repetición. Se demostrará mediante la técnica habitual: con profusión (¿profesión?) de fuentes y enlaces para que el lector, que no tiene por qué –es más: no debe– compartir mis filias, fobias y prejuicios, juzgue por sí mismo. Pues los lectores, amostazados por haber visto su fe periodística dilapidada, pueden creer que aquí también se miente ad majorem gloriam del pagano de turno. De modo que con sus manitas y su Google de cabecera pueden entretenerse en comprobar que igual que hay espacios libres de humo por ley, los hay libres de embustes por ética (práctica que, por lo demás, ha cimentado mi fama de “cabrón con pintas”, puede, pero inasequible a la querella por calumnias: Exceptio veritatis es otra de las pegatinas de nuestra carrocería, otro de nuestros patrocinadores).

La verdad nos hará libres; la mentira da poder

Al día siguiente de la letanía del liderazgo, el 26 (vienes)/11, más madrugador, a las 7 en punto, Herrera ya estaba contribuyendo “a echar más leña al fuego”, en feliz frase del Cid Sesteador, repitiendo la mentira de Pons por ignorancia, descuido o elección propia (el interesado sabrá, no sé si dirá).

“Tengo aquí la portada de The Economist de hoy, el diario [sic] británico, el influyente diario [sic, bis] británico, que dice que la clave para evitar el colapso del euro es Rodríguez Zapatero (“The euro crisis. Spreading from Ireland to Iberia. To stop the euro’s meltdown, Zapatero must revive Spanish reform”, The Economist, 25/11). Je, je, si yo fuera el euro, je, je, estaba ya temblando (...) ¿Y eso qué quiere decir? Pues que noviembre puede oler a mayo. Mayo fue el mes en que le llamó todo el mundo al presidente del Gobierno y se le hizo rectificar su política. Y afortunadamente, lo hizo (...) en mayo hizo lo que tenía que haber hecho hacía mucho tiempo; es decir, se comportó. Bueno, ¿ahora qué es lo que le vienen a decir desde Europa? Que tiene que seguir haciéndolo, que, ¿qué es eso de declarar a El País que no, no, que está todo hecho?”.

Quien hubiera leído la entrevista citada por Herrera, sabía que el “no, no” y el “está todo hecho” que le atribuía a ZP era inexistente. Pero para mis lectores que no la leyeran, procedo: el propio director del periódico lo dejaba meridianamente claro desde la entradilla de la entrevista:

“Zapatero adelanta también en esta entrevista algunas de las iniciativas con las que cuenta en los próximos meses: nuevas medidas, algunos estímulos y la convocatoria a los 25 mayores grupos empresariales del país para tratar de acelerar la salida de España de la crisis”. Porque es, en efecto, lo que se deduce de todas y cada una de sus respuestas sobre la cuestión.

Ahora, véanse las muestras, todas las muestras en las respuestas literales de ZP:

“Tenemos que tener una perspectiva [sobre los recortes]. Hemos vuelto a unos niveles de riqueza equiparables a los que teníamos en 2006. Eso supone una pérdida de riqueza general del país, para unos más, para otros menos, de un 15% o un 20%. Pero es temporal. Lo vamos a recuperar. Lo recuperaremos en cuanto hagamos el saneamiento, los ajustes, las reformas y acertemos en el rumbo (...)

“No hay ninguna previsión de que hagan falta más recortes (...) No, con la situación actual. No, con el escenario que contemplamos para el 2011. No, con las medidas adoptadas. No (...)

“En lo inmediato, las dos prioridades [para acelerar la salida de la crisis] son la inversión y la competitividad. Muy próximamente el Gobierno va a lanzar una gran iniciativa con el objetivo de implicar a los grandes sectores económicos y políticos. Vamos a tomar decisiones y a aprovechar a la vez nuestra proyección internacional. En enero realizaré una nueva gira asiática, que será la tercera en los últimos dos años, porque necesitamos incrementar las inversiones extranjeras en España y mejorar nuestras exportaciones. Estos dos elementos son las puntas de lanza de nuestro crecimiento y ahora tienen que ser además el acelerador de la recuperación”. (“José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno. ‘Convocaré a las 25 grandes empresas del país para acelerar la recuperación’”, Javier Moreno, El País, 21/11)

En cuanto hagamos..., el Gobierno va a lanzar..., vamos a tomar decisiones..., en enero realizaré..., necesitamos incrementar... Se mire por donde se mire, el “eso de declarar a El País que no, no, que está todo hecho” sólo está en la imaginación o en los recuerdos falsos, poco rigurosos, de Herrera y no en la magnífica entrevista de Moreno –que no deja nada sin preguntar, incluso por las pasadas declaraciones de González a Millás (tema, el de los GAL, sobre el que (macarthuriano como es uno los jueves) volveré: habrá que contar la verdad, toda la verdad, alguna vez)–.

Seguía Herrera:

“(...) Esas declaraciones complacientes de que está todo saliendo muy bien. Hay auténticas presiones de funcionarios, altos funcionarios de Bruselas sobre el gobierno español para que profundicen, para que hagan más cosas. ¿Qué cosas? Oiga, mire, reformar las Cajas, acelerar la reforma de las pensiones, insistir un poco más en esa reforma laboral que posiblemente se haya quedado corta... Todo eso, todo eso, todo eso. Hasta incluso el señor Almunia ayer, el zurriagazo de Almunia ayer... Almunia les recuerdo que fue candidato del partido socialista a la presidencia del Gobierno del año 2000... Bueno, es encargado de la competencia, vicepresidente de la Comisión Europea..., amos, un carguito... Ayer, el señor Almunia dijo que la duda es si España es capaz de aplicar lo aprobado y, luego, dijo algo más, que es, desde luego, un trallazo en cualquier línea de flotación de credibilidad para la palabra... Hay quien sospecha que España esconde algo. Eso lo dice un comisario de la Comisión Europea. Esto no lo dice el señor Pons o el señor Pans o el señor Pins, lo dice un comisario de la Comisión Europea.

“Bien, ¿qué puede esconder España? Pues España puede esconder o puede disimular en algunas cuentas una situación más comprometida... Los griegos se han pegado el zurriagazo que se han pegado porque han estado engañando, mintiendo, falseando las cuentas a Bruselas durante años. Y al final, las mentiras salen... La expresión de Almunia es eso de hay quien sospecha que España esconde algo, y lo deja ahí caer”.

Digamos en primer lugar, ya que Herrera no lo dijo, que la entrevista a Joaquín Almunia la realizó Carles Francino (también premio Ondas 2010, al mejor programa radiofónico) en Hoy por hoy (Cadena Ser, 25/11), programa líder de las mañanas. Francino le preguntó a Almunia sobre cómo sientan en Europa declaraciones como ésas de Pons. Un tanto irritado –”¡No voy por Europa preguntando qué opinan de lo que dice González Pons!”–, el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de la Competencia finalmente se vio obligado a hacer pedagogía elemental para alumnos retardados:

“–Yo creo que hay que hablar de España tal como España es y hay que tener en cuenta que lo que digamos los españoles, ocupemos el puesto que ocupemos, en el gobierno, en la oposición, en Europa, en una comunidad autónoma..., lo que digamos los españoles tiene mucha importancia para defender los intereses de cuarenta y tantos millones de españoles.

“–Y lo último ya, señor Almunia, ¿le falta algo a España –no lo sé, ¿eh?–, le falta algo para disipar alguna duda, si la hay, sobre su fortaleza, sobre su deuda...?

“–Dudas sin duda hay; lo estamos viendo en cómo reaccionan los mercados ante la deuda pública española o la deuda privada de empresas y entidades españolas. Y la duda está, por un lado, en si va a ser capaz España de aplicar lo que ha decidido que hay que hacer y esa duda hay que despejarla cuanto antes. Sin duda, hay una determinación de aplicar exactamente todos los compromisos que se han adquirido, a los que me acabo de referir. Y la segunda duda es si España tiene algo más, aparte de lo que ya está encima de la mesa, aparte de lo que mostraron los stress tests de los bancos y las cajas en julio; aparte de los análisis conocidos, ¿hay algo más? Y lo que yo creo que hay que decir es: España, además de todo eso, tiene una estrategia de crecimiento; necesaria, porque el crecimiento español hasta la crisis ha estado basado en buena medida, no todo pero en buena medida, en un sector que ya no volverá a estar ahí después de la crisis, que es el sector inmobiliario, el sector de la vivienda en particular. Yo creo que hay que ser conscientes de que cualquier mensaje por boca de un líder español, sea un líder político, sea un líder social, sea un líder económico, sea una empresa privada, todos esos mensajes tienen que servir un interés común de todos los españoles, que es reforzar la confianza en nuestro país y lanzar el mensaje de que sabemos lo que tenemos que hacer, que estamos determinados a hacerlo y que vamos a tener éxito en obtener los resultados que queremos”.

Proceda el amable lector (que se decía cuando el jamón era jamón, el etcétera era etcétera y la objetividad, periodismo): “Hemos hablado con el Vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de la competencia” (Hoy por hoy, Cadena Ser, 25/11).

Y ninguno, ni Pons ni Rajoy ni ninguno de los suyos, tampoco Herrera, recordó el elemental consejo de Almunia: “hay que tener en cuenta que lo que digamos los españoles, ocupemos el puesto que ocupemos, en el gobierno, en la oposición, en Europa, en una comunidad autónoma..., lo que digamos los españoles tiene mucha importancia para defender los intereses de cuarenta y tantos millones de españoles. Consejo por partida doble: “hay que ser conscientes de que cualquier mensaje por boca de un líder español, sea un líder político, sea un líder social, sea un líder económico, sea una empresa privada, todos esos mensajes tienen que servir un interés común de todos los españoles, que es reforzar la confianza en nuestro país y lanzar el mensaje de que sabemos lo que tenemos que hacer, que estamos determinados a hacerlo y que vamos a tener éxito en obtener los resultados que queremos”.

Desoídos por Pons, Sáenz de Santamaría, Montoro, Rajoy, Herrera y los demás. Ya sabemos que todo sirve a Rajoy y a Pons para continuar su plan de ennegrecimiento en siete años y el uno y el otro retuercen la realidad para que sirva a la mentira propuesta en el argumentario ad hoc. Pero un periodista que se dirige a 1.820.000 oyentes (EGM de Herrera en la onda, julio de 2010), sencillamente no tiene ese derecho que la generosidad ciudadana, el extremismo en que nos sumergió aquel líder mínimo común divisor llamado Aznar. Mentir es un derecho, sin cursiva, que sólo se reserva para los imputados para su defensa en un proceso penal. En un periodista es justamente lo contrario de su deber. Y Herrera lo hacía por descuido, ignorancia o cálculo coincidente con el argumentario producido por la mentira de González Pons, antes y después de la entrevista de Almunia en la Ser, y con el argumentario del PP para disimular la felonía.

Si un día, en este panorama de hartazgo, desorientación, división social, hay un pánico bancario o cualquier cosa de ésas irreversibles, habrá muchos que no podrán lavarse las manos. Mucho mejor dicho: claro que se las lavarán, serán los primeros en hacerlo, faltaría más, pero sus manos seguirán sucias.

*

Subsección Catalanas: Enhorabuena a todos los premiados.- ¿Eso somos los ciudadanos para los partidos catalanes: multiorgásmicos (PSC), descocados en toalla (Nebrera), figuritas pornopolíticas (Laporta), ladrones disfrazados de rojigualdas (los sinvergüenzas de CiU)...? aunque unos y otros echan la “culpa” a sus respectivas organizaciones juveniles: ya se sabe, estos jóvenes, sin embargo, la abstención no se ha correspondido con el desprecio que merecen...

Aunque la caricatura de los resultados sí ha hecho honor: los catalanes han elegido para que los gobierne al partido más corrupto (CiU); han dado entrada a un ximple, político oportunista y de reputación turbia –el Laporta tendrá que ir a los tribunales por sus cuentas de pequeño capitán del Barça–; han repartido la xenofobia entre el PP y otro aún más racista –cualquier masallá siempre es posible–, han castigado duramente a PSC y moderadamente a ICV-EUiA simplemente por estar en el lugar equivocado, la Generalitat, en el momento equivocado, la crisis y han cortado por la mitad al bobazo de Puigcercós y le han dicho que, para decir tontás, que vuelva a su casa (o a Ediciones Zeta, de donde dice que salió)...

Pues nada: vox populi, vox Dei..., dicen. Durante años, en los 90, estuve haciendo análisis postelectorales y recuerdo que lo que más me llamaba la atención, una y otra vez, era la sorprendente sabiduría del comportamiento electoral de las masas –en esta época de tópicos retopicatizados–: era admirable por lógica y racional; parecía propia de las conductas de hormigas y abejas... Sin embargo, la excesiva cercanía de Italia y la reelección de alcaldes corruptos más allá de la presunción de inocencia no auguraban ningún optimismo en la futura sapiencia de la masa. Et voilá: el comportamiento berlusconiano de los electores catalanes augura que vendrán más días que nos harán más..., más eso.

Eso sí, estas elecciones han tenido una virtud: por primera vez, que recuerde, no han podido decir todos que las habían ganado...

*

Subsección ¿Van a juzgan a Garzón en Francia o por ahí?.- Eso pensé cuando leí que el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, había dicho que el juez de la Audiencia Nacional iba a ser juzgado “sin prejuicios” (ABC, 25/11). Sobre todo, porque el instructor del TS acababa de negarle a Garzón pruebas que él y su abogado creen precisas para su mejor defensa; negativa que si bien entra en las prerrogativas del instructor, sólo pueden obedecer a prejuicios de éste: el reo quiere aunar solidaridad corporativa, politizar su causa o, peor de los jamases (parafraseo a Juan Malumbres), cargarse de razón jurídica.

“Lo que sí que existirá será un dolor general al tener que enjuiciar, si así se hace, a un compañero”, añadía. Ah, ya: que las lágrimas no dejarán ver los prejuicios...

No sé si a Dívar le extrañará que la Justicia viaje en el furgón de cola del prestigio popular desde el franquismo y a lo largo de toda la democracia. No debería. Como a mí no me extraña que el periodismo, que empezó en los asientos de la locomotora democrática, hoy sea mohíno compañero de viaje de jueces, abogados y, pobres: aún lo pagan: los militares. La opinión pública reconoce los méritos con escaso margen de error (generalmente, o, vistas las elecciones catalanas: reconocía).

*

Subsección Hartura de Rajoy.- Además de su patético “Quiero ser califa en lugar del califa”, que Rajoy repite hasta la náusea, con derroche de eses en vez de imaginación (¡busque otras fórmulas, hombre!), y papagayean sus adláteres, éste líder, que dice ser del “centro” y la “moderación”, ¿no tiene nada más que decir a los ciudadanos que su mantra antidemocrático? Es como uno de esos niños maleducados y molestos que tironean desconsideradamente de la chaqueta del padre o la falda de la madre para que atiendan sus caprichos imperativos hasta que consiguen convertir a sus progenitores en delincuentes, según la legislación actual, por soltarle el merecido soplamocos que, quizás inconscientemente, perseguía.

Dos años más de monserga gaseosa es penitencia que no se merecen los que votaron a ZP. Creo que ni siquiera lo merecen quienes le votaron a él.

*

Subsección Barça-Real Madrid: el síntoma.- Ni aunque fuera un madridista furibundo, que no es el caso, no podría objetar nada al 5-0 que el Barça le metió al Madrid el fatídico lunes 29 en el Nou Camp: el fútbol del Barça fue perfecto, como de dibujos animados, y el Madrid jugó, por decirlo así, como un pollo sin cabeza. En todo caso, los madridistas hemos de agradecer que los goles no fueran ocho, como le metió al Almería una semana antes y que los mereció menos que el Madrid.

En fin, comentarios para forofos, Para periodistas, la desfachatez de la señal televisual servida por cámaras y realizadores de TV3, la tele autonómica catalana. Con más cara que vergüenza profesional, no repitió casi ninguna de las jugadas conflictivas que podían beneficiar al Madrid o revelar una situación antirreglamentaria del Barça no sancionada por el árbitro (Iturralde, quien, dada su fama, no estuvo mal y supo pastorear el histerismo de Guardiola y de jugadores madridistas, Ronaldo y Ramos, y barceloneses, Piqué y Valdés). Obviamente, el realizador se concedía unos segundos para visionar la repetición de la jugada y, si no era acorde con su fanatismo culé, no puede llamarse de otra manera, utilizaba el recurso de la celebración de los goles que llevaba metidos el Barça...

Lo dicho: éste es el ruedo en que nos toca torear y éstos son los morlacos.

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Última actualización el Viernes 15 de Julio de 2011 13:16