Manuel López.- Ridiculizados y despreciados por fotógrafos BBC -“bodas, bautizos y comuniones”-, quienes han minusvalorado el trabajo de los fotógrafos de retrato y reportaje social por encargo no han conseguido su objetivo de que la “fotografía BBC” haya desaparecido del mapa. Ni mucho menos. Cierto que han desaparecido miles de estudios fotográficos cuyos propietarios mantenían su caché social con e prestigio de su actividad en la llamada “fotografía social”. Pero los mejores siguen activos, tan respetados… como solicitados sus servicios.
La era digital, lejos de que la inmensa mayoría de fotógrafos de social temían, no solo no ha representado amenaza alguna sino lo que los que algunos prescriptores no nos cansábamos de repetirles en congresos: “la electrónica os va a liberar del laboratorio industrial y devolver así el 100 por 100 del control de vuestro trabajo”.
En los congresos que los laboratorios fotográficos industriales organizaban en España en los años ochenta y noventa, en los que un servidor tuvo a su cargo un gran numero de conferencias, se percibían de lejos los dolores de parto de la fotografía digital en el paritorio de la fotografía química tradicional. El cuarto oscuro y sus “misterios” de la fotoquímica decían su adiós a manos del “cuarto claro”, pantalla del ordenador a la vista de todos como laboratorio público y democrático de la imagen fotográfica.
La transición no fue nada fácil, por eso solo podían sobrevivir los mejores. Con el digital, el usuario, que en el negocio de la fotografía de bodas y social es el cliente, resulta que entiende y opina, por lo tanto exige más y más, con todo conocimiento de causa.
Los fotógrafos de social que han salido indemnes de la revolución digital triunfaron porque acertaron a ver la jugada: en un asunto tan crucial como es la imagen de la persona en los momentos estelares de su vida no se trata de alardear de secretismos de la técnica o presumir de equipos e instalaciones despampanantes, sino de algo tan sencillo como de poner humildemente la mirada y el oficio enteramente al servicio de la causa principal y única: el gusto del cliente.
Ese es todo el secreto de la cosa. En las fotos de encargo quien manda es quien las paga. Si el fotógrafo profesional es capaz de dejar de exhibir su arte/oficio para convertirse en “director de imagen” de sus modelos, sale adelante en su oficio. Sin la menor duda. Un buen retrato, una buena foto de boda es para toda la vida.
En esta tercera entrega de los Hasselblad Masters Awards hemos optado por publicar ls tres fotos con las que compiten otros tantos autores. Tradición e innovación no están reñidas en el sector de la fotografía de bodas y social. Gente corriente como usted y como yo podemos convertirnos en protagonistas de imágenes fotográficas fabulosas cuando hay un fotógrafo contratado delante que consigue someter creativamente su técnica, arte y oficio a la imagen ideal que tenemos de nosotros mismos en sintonía con la mirada de cuantos hayamos de enseñarles la foto.
¡Un brindis por los mejores fotógrafos "BBC"!
© Antonio Martín. Hasselblad Masters, “Bodas/Social”:
© Bryan Foong. Hasselblad Masters, “Bodas/Social”:
© Roy Chandra. Hasselblad Masters, “Bodas/Social”:
http://www.hasselblad.com/masters
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