Manuel López* (Especial para P-ES).- En su época de alcalde de Berlín, Willy Brandt tenía por sagrada costumbre no dar comienzo a ningún acto oficial hasta que no llegara Jupp Darchinger, curtido redactor gráfico de la agencia DPA en la dividida capital alemana en los años sesenta. El futuro canciller sabía perfectamente lo que hacía. Ya se tratase de la recepción más intrascendente o de un acontecimiento histórico como fue la visita del presidente Kennedy en 1963, el emblemático estadista, uno de los personajes clave de la historia más reciente, era plenamente consciente de que no "existe" la noticia de la que hay foto. Normal: Willy Brandt fue periodista antes que político.